En los pasillos (2018)

Sinopsis: Christian (Franz Rogowski) es nuevo en el supermercado. Se adentra en este universo desconocido con la ayuda de su compañero Bruno (Peter Kurth), que le enseña todos los trucos de la profesión y se convierte en su amigo. En poco tiempo se enamora de Marion (Sandra Hüller), que trabaja en el departamento de dulces y siempre bromea con él. Pero Marion está casada, aunque no es feliz en su matrimonio.

Ficha técnica
Título original: In the Aisles (In den Gängen)
Año: 2018
Duración: 2 hr 05 min
País: Alemania
Director: Thomas Stuber
Guion: Clemens Meyer, Thomas Stuber
Música: variada
Fotografía: Peter Matjasko
Reparto: Sandra Hüller, Franz Rogowski, Peter Kurth, Ramona Kunze-Libnow,
Calificación: 7/10

Crítica breve de la película


Hay algo que me conmueve en cada plano de 'En los pasillos', la película más reciente del director alemán Thomas Stuber. Es un drama, con minúsculos semblantes de romance que de inmediato son rechazados para favorecer el realismo y metáforas muy soterradas que encienden la bombilla de mi cerebro. Su historia me cautiva porque describe un vínculo afectivo entre una mujer y un hombre en el lugar menos pensado: en los rincones de un gigantesco supermercado. Así me lo narra lentamente con una voz en off, Christian Gruvert, el joven protagonista con un pasado escabroso (antes era un delincuente de tiempo completo) que para reinsertarse en la sociedad consigue trabajo en un mercado enorme, donde es asistido por su amigo Bruno para aprender a manejar el montacargas. En poco tiempo Christian se enamora de Marion, una mujer que trabaja en el departamento de dulces y que siempre bromea con él cuando se lo encuentra en el comedor. Son tres personajes infelices que me transmiten su empatía, dejándome ver sus vidas y las situaciones duras que son colocadas fuera de campo, como las vicisitudes laborales de los trabajadores de cuello azul que viven encarcelados para servir a los esclavos del consumo, la depresión causada por los fracasos y la infelicidad, el matrimonio disfuncional de una mujer que anhela escapar del maltrato, la libertad que resuena como las olas del mar. Me parecen muy acertadas la actuaciones de Franz Rogowski, Sandra Hüller y Peter Kurth, sobre todo cuando comunican cosas como la introspección, la confianza, la soledad y el afecto. También los significados del color azul, el control compositivo que captura la belleza en los espacios cerrados y abiertos con el plano general, la iluminación que subraya estados anímicos y la banda sonora que cuenta con una música diegética de Donizetti, Strauss y Bach. Es una película encantadora y muy poética. 




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