La vieja guardia 2

Buscando el catálogo de estrenos de Netflix me topo con lo que ofrece La vieja guardia 2, una película de la desconocida Victoria Mahoney que sigue las aventuras de un grupo de superhéroes inmortales basados en la novela gráfica de Greg Rucka y Leandro Fernández. La experiencia que extraigo por verla durante más de hora y media me dejan lo suficientemente anestesiado como para saber, dicho sea de paso, que es una de las peores que en visto en este año, siendo incluso muchísimo peor que La vieja guardia (Prince-Bythewood, 2020). Como secuela busca expandir el universo de mercenarios inmortales liderados por Charlize Theron, pero me resulta un ejercicio enormemente aburrido en el que predominan, en cierta medida, los clichés y las secuencias de acción convencionales que se olvidan cuando acaban los créditos. La trama retoma a Andy y su equipo de inmortales enfrentándose a nuevas amenazas, mientras ella se adapta a la lucha después de perder su inmortalidad y, además, trata de frenar el plan ambicioso de Discord, una poderosa inmortal milenaria que emerge para amenazar al mundo junto a Quynh, su antigua compañera inmortal que fue sellada en una doncella de hierro y enterrada bajo el agua durante siglos. En general, la narrativa se enmarca bajo los estándares de las fórmulas básicas del género, donde la heroína y su grupo planifican sus estrategias de combate antes de realizar las misiones peligrosas en el calendario agendado por la villana estereotipada. El problema central, sin embargo, es que todos los personajes carecen de desarrollo porque solo cumplen una función descriptiva del guión y, por lo regular, permanecen estacionados un largo rato en un abanico de situaciones predecibles que reduce sus acciones, entre otras cosas, a diálogos expositivos a puerta cerrada en los que se suele hablar más de lo necesario para explicar el barullo de la inmortalidad, poco antes de iniciar la acción masturbatoria que se resuelve sobre facilismos. Estos personajes huecos no son más que figuras estereotipadas, arregladas sobre las tendencias progresistas de Netflix que moldea cada una de sus características sobre la intersección woke del sexo, raza y género; donde la feministas presuntamente empoderadas tienen el control de todo, los hombres dependen del asiático inteligente y la afroamericana es la elegida del asunto de inmortalidad por cuestiones obvias; siempre sobre la base del trabajo en equipo para justificar su negación ante cualquier elemento disruptivo que no sea colectivista. De esta manera, permanezco en completo estado de abulia al ser testigo de la misión personal de la guerrera temeraria para enfrentarse con hacha en mano a la enemiga que una vez fue su querida amiga; las discusiones del sabio chino junto a los demás integrantes del grupo para intentar resolver el conflicto sobre sus motivaciones mecánicas; la persecución de la malvada mercenaria que busca recuperar la inmortalidad que perdió para satisfacer su megalomanía individualista. Todo me luce demasiado apresurado en su epicentro de tiroteos, peleas cuerpo a cuerpo y unas secuencias de acción que, en más de una ocasión, se sienten genéricas y sin gancho, como un producto hecho a destiempo que solo refleja que en el estudio no había mucho presupuesto y optaron, a su vez, en unas coreografías que parecen ejecutadas por aficionados de las artes marciales. El reparto estelar solo consigo ver algo de compromiso físico en el rol de protagónico de Theron, a pesar de que no es suficiente para sostener una historia que no le da espacio para desarrollarse. El resto de los secundarios, que incluye a Uma Thurman y Matthias Schoenaerts, queda relegado a momentos superficiales dentro de un limitado tiempo de pantalla. Todos estos inconvenientes me dan la sensación de que es una secuela incompleta que, como bodrio, no justifica su existencia en su duración de menos de 100 minutos, como si estuviera filmada para mantener contentos a unos suscriptores que, en última instancia, se entretienen con cualquier sosería de la plataforma de streaming.



Streaming en:



Ficha técnica
Título original: The Old Guard 2
Año: 2025
Duración: 1 hr. 45 min.
País: Estados Unidos
Director: Victoria Mahoney
Guion: Greg Rucka, Sarah Walker
Música: Ruth Barrett, Steffen Thum
Fotografía: Barry Ackroyd
Reparto: Charlize Theron, Uma Thurman, Henry Golding, Chiwetel Ejiofor, KiKi Layne, Matthias Schoenaerts
Calificación: 2/10
El Presidente

Luego de un par de años sin acercarme al cine de Carl Theodor Dreyer, procedo a seguir escudriñando su filmografía temprana con el visionado de El Presidente, una película muda poco conocida de su catálogo que supone su ópera prima como director. Hasta donde sé, el material sirve como una adaptación de la novela de Karl Emil Franzos y, además, en su versión restaurada me permite conocer los rastros característicos de su estética que más adelante cobraría mayor preponderancia en sus películas. En cierta medida, Dreyer encuadra aquí un melodrama mudo que refleja sus preocupaciones estéticas tempranas, pero, por desgracia, casi no le pone pujanza a la historia sobre dilemas morales, clases sociales y sacrificios paternales. Su argumento, ubicado 30 años después de una tragedia familiar de tres generaciones, sigue la existencia de Karl Victor von Sendlingen, un aristócrata y juez danés enfrentado al dilema moral de la condena de su hija ilegítima, Victorine, acusada de infanticidio durante un juicio, en un contexto de estrictas normas sociales y promesas familiares en un pequeño pueblo a principios del siglo XX. En términos generales, esta narrativa tiene un preámbulo interesante que se presenta, quizás, por su estructura de escenas retrospectivas que, de algún modo, funcionan para subrayar el conflicto de clases que hilvana las motivaciones de los personajes. En este sentido, se muestra la preocupación de Karl que, atormentado por la culpa de no poder romper el juramento de su familia que le impedía casarse con una plebeya que amaba, busca salvar a su hija ilegítima de ser condenada a muerte; las desdichas de Victorine cuando sufre por el crimen luego de quedar embarazada de un aristócrata que no quería casarse con ella poco antes de abortar; la preparación de la huida en secreto del presidente del tribunal para sacar a su hija de la prisión tras la negativa de petición de clemencia. El problema fundamental, sin embargo, es que la trama se apresura por facilismos y los personajes, a menudo, carecen de desarrollo psicológico más allá de las descripciones que condicionan sus acciones bajo un marco de melodrama irónico y situaciones predecibles. Aunque la actuación de Halvard Hoff como juez es algo competente a nivel expresivo, el resto del reparto cae en el histrionismo. Estas limitaciones imposibilitan que yo sienta algo por el sufrimiento de los personajes porque, entre otras cosas, solo son utilizados por Dreyer como figuras teatrales para comunicar un discurso sobre la injusticia, el prejuicio social y el sacrifico paternal, entendido como la virtud de un hombre honesto que, motivado por el deber paternofilial y los traumas pasados, rechaza su honor como juez para rescatar a la hija previamente abandonada que ha sido víctima de abusos y engaños. Esta síntesis discursiva manifiesta las experiencias personales del propio Dreyer, quien nació como hijo ilegítimo, producto de la relación prohibida entre un terrateniente burgués casado y una criada escandinava que acabó suicidándose al ingerir azufre. Dreyer, quien fue adoptado por otra familia que le dio su apellido, se enteró del destino de su madre cuando era adolescente y es posible que esto, de hecho, lo haya impulsado a escribir el guión. De esta manera, concibe algunos paralelismos que le permiten comparar su vida con la ficción al examinar las injusticias morales que puede haber en la institución de la magistratura, las clases y el matrimonio. Lo más importante, por otro lado, son las propiedades formales que Dreyer adopta sobre el encuadre para sintetizar el infortunio de sus personajes a través de la elipsis, el vestuario de época, el plano simbólico, los escenarios teatrales, el primer plano, el uso innovador de flashbacks, el manejo del travelling y los puntos de iluminación que crean una atmósfera sobria que refuerza el tono melancólico del drama. Estos elementos, al menos, dejan entrever los destellos del genio técnico que definiría su carrera, pero, desafortunadamente, no son suficientes para subsanar una falta clara de profundidad emocional.



Streaming en:



Ficha técnica
Título original: The President (Præsidenten)
Año: 1919
Duración: 1 hr. 24 min.
País: Dinamarca
Director: Carl Theodor Dreyer
Guion: Carl Theodor Dreyer
Música: N/A (muda)
Fotografía: Hans Vågø 
Reparto: Halvard Hoff, Elith Pio, Carl Meyer, Jacoba Jessen, Axel Madsen, Jacoba Jessen, Olga Raphaël Linden
Calificación: 6/10

Conoce 5 accesorios esenciales para crear un cine en casa y ver las películas con tu familia o en solitario.



Ver las películas en familia


No hay nada que me emocione más que una buena noche de cine con mi familia o en la completa soledad, y con el tiempo he aprendido que tener el equipo adecuado puede convertir tu sala en un cine de verdad. 


Después de muchas noches de prueba y error, aquí te comparto mis cinco imprescindibles para que montes un cine en casa que haga que todos quieran repetir esas noches llenas de risas, emociones y palomitas en un espacio acomodado, cercano a la experiencia de una sala de cine real.



1. Elige tu pantalla ideal: TV o proyector


Cuando pienso en cine, lo primero que se me viene a la mente es una gran pantalla. Por eso, mi primera recomendación es invertir en una buena TV o un proyector. Hoy la opciones abundan en sitios como Best Buy, Amazon o en eBay. Personalmente, me inclino por un proyector porque proyectar una película en una pared o pantalla grande me hace sentir como en una sala de cine. Modelos con resolución 4K y buen brillo, como los de Epson o BenQ, me han dado imágenes nítidas y colores vivos, incluso con algo de luz en la sala. 


Si prefieres una TV, una OLED o QLED de 55 pulgadas o más es mi elección para una experiencia visual que se acerque aunque sea un poco la sala de cine real.


2. Sumérgete con un sistema de sonido envolvente


El sonido es la mitad de la experiencia para mí, y estoy seguro que para cualquiera en este negocio de la cinefilia. Un sistema de sonido envolvente con altavoces satélite y un subwoofer potente hace que sienta cada explosión y cada nota de la banda sonora. 


He probado sistemas 5.1 de marcas como Sony y Samsung, y son una maravilla para sumergirte en la película. Si el espacio o el presupuesto no dan para tanto, una barra de sonido con Dolby Atmos, como las de Vizio, es mi alternativa favorita. Asegúrate de que sea fácil de conectar a tu pantalla con Bluetooth.


3. Prepara palomitas como en el cine (opcional)


Si hay algo que siempre falta en mis noches de cine son las palomitas, y es porque no me gustan, aunque a veces hago el sacrificio de comprar algunas en el supermercado. Pero la mayoría de los cinéfilos las consumen en una sala de cine convencional o hasta en su casa. 



Para lograr esto, sugiero que compres una máquina de palomitas de Nostalgia y, créeme, ese aroma a maíz recién hecho es pura magia. Es súper fácil de usar, y los tuyos te pueden ayudar a prepararlas. Puedo añadir mantequilla, sal o incluso un toque de caramelo para variar. Es un pequeño detalle que hace que todos en casa se emocionen antes de que empiece la película. Pero no olvides los tazones para compartir.


4. Haz tu sala más acogedora con cojines y mantas


Para mí, estar cómodo es clave para disfrutar de una película entera como un vago flotando en una nube. Por eso, siempre tengo a mano cojines suaves y mantas calentitas. El aire acondicionado debe estar a mil en verano. Los cojines de espuma viscoelástica son mis favoritos para apoyar la espalda, y los pufs son un éxito con los niños, aunque los sofás para cine también hacen la diferencia. 


Las mantas de felpa me mantienen abrigado en esas noches frías de aire acondicionado, y suelo elegir diseños con colores oscuros que le dan un toque especial a la sala. Asegúrate de tener suficientes para que todos en la familia tengan su rincón acogedor.


5. Conecta tus historias favoritas con un dispositivo de streaming


No puedo imaginar mi cine en casa sin un dispositivo de streaming como el Amazon Fire TV Stick. Con él, tengo Netflix, Disney+, Amazon Prime Video y hasta sitios corsarios al alcance de un clic. Es súper fácil de usar, y me encanta que se puede crear perfiles para que los niños vean sus películas favoritas y los padres las suyas. El control por voz es un salvavidas cuando alguien quiere buscar su película favorita. ¡Es como tener un cine infinito en casa!



Con estas cinco cosas, mis noches de cine en casa se han convertido en el momento favorito de la semana para mi y hasta para toda mi familia. Desde la pantalla hasta las palomitas, cada detalle hace que estas veladas sean especiales. No sirve de nada limitarse a tener una TV con un sonido genérico. Montar un cine en casa es vital para ampliar la experiencia de elegir tus películas y a disfrutarlas. 


Si te ha gustado esto, también te sugiero leer mi artículo de Los 5 mejores servicios de streaming para ver películas en familia. 

La leyenda de Ochi

En La leyenda de Ochi, la ópera prima de Isaiah Saxon, encuentro las señas particulares de aquella fórmula spielbergiana sobre niños ordinarios que descubren cosas extraordinarias, bajo los marcos ficcionales del cine fantástico que se supone que es para toda la familia. Pero durante una hora y media permanezco sentado en mi asiento cuestionando, en más de una ocasión, las decisiones creativas que hay detrás de su guión. A pesar del atractivo visual, las buenas intenciones de su premisa se pierde en una narrativa aburrida y unos personajes huecos que no le añaden sustancia a la fábula de aventura sobre xenofobia, identidad cultural y dilemas familiares. Su argumento se ubica en un pueblo remoto de la ficticia isla de Carpatia y sigue a Yuri, una joven que ha sido criada por su autoritario padre para ser una cazadora, junto a otros niños, de unas criaturas que habitan los bosques llamadas Ochi; pero cuya vida cambia radicalmente cuando rescata a un bebé Ochi herido y emprende un largo viaje para devolverlo a su hogar. En general, esta narrativa se desarrolla sobre las bases del drama familiar, el cine de aventuras y la fantasía, donde la joven protagonista escapa de su casa para descubrir un mundo desconocido más allá de las fronteras establecidas. En este sentido, se muestra la travesía de Yuri cuando carga al pequeño Ochi en su mochila mientras se enfrenta a los peligros de la naturaleza inquieta y los animales salvajes; la misión del padre desesperado con armadura y hacha en mano que sale con su ejército de chavales armados para buscar a su hija perdida; la llegada de la madre de Yuri que vive como una ermitaña en una remota cabaña ubicada en las montañas. Sin embargo, todos los personajes carecen de desarrollo porque solo cumplen una función descriptiva para impulsar la trama inútilmente y, por lo regular, sus acciones caen en un terreno accidentado en el que casi no se sabe nada de ellos, además de que suelen atravesar una serie de situaciones predecibles a las que le falta cohesión. Las motivaciones de los personajes secundarios son poco exploradas, quedando solo como meros accesorios narrativos. Los diálogos expositivos tienden a sobreexplicar las obviedades del conflicto familiar. Y los momentos clave, como la conexión entre Yuri y el Ochi, se manifiestan de una forma apresurada que no da tiempo a empatizar con su amistad. Todo permanece estancado entre las persecuciones en el bosque, las conversaciones al aire libre y los instantes de reconciliación. Como es habitual en las producciones de A24, Saxon acomoda los conflictos de los personajes para comunicar, desde la superficie, un comentario sobre la xenofobia, la familia y los prejuicios sociales, entendido como la aventura de una adolescente que alcanza la mayoría de edad al rechazar las órdenes establecidas por el orden patriarcal para abandonar el prejuicio y conquistar los miedos identitarios que le impiden "aprender otro idioma". A modo subtextual, la figura del Ochi metaforiza la condición del inmigrante que intenta sobrevivir a un lugar hostil en el que no es bienvenido por las leyendas ancestrales contadas por los odiadores xenófobos. El problema de su discurso, no obstante, es que casi no tiene profundidad porque pide a gritos que se tome en serio su paranoia progresista sobre los inmigrantes ilegales. Saxon, por otra parte, se preocupa, por lo menos, de implementar algunas propiedades estéticas que le confieren autenticidad al extraño mundo de Carpatia a través del vestuario, el decorado de los escenarios, el primer plano, el uso de la iluminación y las panorámicas naturalistas que evocan atmósferas visualmente absorbentes en un par de planos. El diseño CGI de los Ochi también me resulta competente. Estos elementos integrados, junto a la banda sonora y la shakespeariana actuación de Willem Dafoe, son las únicas cosas a destacar porque, francamente, es una película aburrida, sin ritmo, que falla al intentar mimetizar el encanto de las fábulas fantásticas de los años 80.



Streaming en:



Ficha técnica
Título original: The Legend of Ochi
Año: 2025
Duración: 1 hr. 35 min.
País: Estados Unidos
Director: Isaiah Saxon
Guion: Isaiah Saxon
Música: David Longstreth
Fotografía: Evan Prosofsky
Reparto: Helena Zengel, Finn Wolfhard, Emily Watson, Willem Dafoe
Calificación: 5/10
Parthenope: Los amores de Nápoles

En Parthenope, el director italiano Paolo Sorrentino recupera su poética de la juventud para escudriñar, supongo, la ligereza que se esconde detrás de la belleza. Por lo que sé, describió su material como una metáfora de aquella sirena de la mitología griega llamada Parténope, que más adelante dio nombre a una ciudad situada en Nápoles, Italia. Sin embargo, las dos largas horas que paso viendo sus escenas me hacen cuestionar, en más de una ocasión, si lo que trata de narrar es un anuncio comercial para una fragancia femenina, porque, en efecto, es lo que parece a simple vista. Desde la superficie, se muestra como un drama en el que Sorrentino, con su estética habitual, arroja un par de planos de elegancia mediterránea, pero, por desgracia, su narrativa es un vacuo canto de sirenas que parece una promoción pagada de Yves Saint Laurent, donde veo desperdiciado el talento y la beldad de esta actriz, desconocida para mí, llamada Celeste Dalla Porta. Su trama se ambienta en la citada ciudad de Nápoles a partir de los años 60 y relata la existencia de Parthenope, una mujer de enorme belleza que atrae la mirada de todos los hombres que la observan de lejos, incluyendo su hermano incestuosamente apegado a ella y el vecino que está obsesionado con poseerla; pero cuya forma de ver la vida va cambiando con el paso de los años, a medida que conoce a los hombres y, además, cursa la carrera de antropología a las órdenes de un profesor estricto al que desafía intelectualmente. En términos generales, la narrativa tiene un comienzo interesante al mostrar la cotidianidad de Parthenope cuando explora su feminidad para descubrirse a sí misma mientras sigue su propio camino individualista frente al mar. El problema fundamental, no obstante, es que todo el asunto se vuelve anodino porque el personaje de Parthenope carece de desarrollo más allá de las descripciones superfluas que justifican sus motivaciones y, por si fuera poco, sus acciones se reducen inútilmente a un abanico de situaciones rutinarias que se reparten entre las poses, los cigarrillos fumados y los diálogos a puerta cerrada sobre nimiedades mundanas. De esta manera, me quedo inmediatamente anestesiado por la falta de tacto dramático que hay en la travesía de Parthenope cuando se cruza con unos personajes secundarios —desde los amantes hasta los excéntricos habitantes— que, entre otras cosas, no aportan nada sustancial al conflicto central. Todo luce demasiado arreglado en su capa de banalidad. Y tengo la sospecha de que Sorrentino intenta retratarla de cierta manera para ofrecer un comentario sobre la feminidad, el deseo, la vejez y la mundanidad de la belleza, entendida como la búsqueda de libertad individual de una mujer frívola que, en su viaje de décadas, descubre el valor de ser independiente en una sociedad machista que la cosifica como una muñeca de porcelana con el paso del tiempo. En este sentido, la actuación de Dalla Porta es un poco decente al comunicar, con su mirada y la expresividad de su rostro, la melancolía de una mujer solitaria, inteligente, que emplea el poder de lo bello para emanciparse de los estereotipos femeninos, a pesar de que a veces parece una figura etérea sin profundidad que nunca logra trascender su simbolismo. A un ritmo letárgico, Sorrentino encuadra a Dalla Porta en una puesta en escena que, por lo menos, refleja sus preocupaciones estéticas a través del vestuario, la elipsis, los decorados opulentos, la iluminación, el primer plano, el encuadre móvil y un amplio sentido de armonía compositiva que se subraya en el uso  del plano panorámico que frecuentemente embellece las figuras casi manieristas que posan sobre los paisajes marinos del mar Mediterráneo. Este ejercicio de estilo de Sorrentino, ajustado sobre un tono erótico y surrealista, acentúa imágenes suntuosas y una banda sonora evocadora, pero, en resumen, no posee brío ni introspección. Queda, más bien, como una película plana, preocupada en admirarse a sí misma frente al espejo.



Streaming en:



Ficha técnica
Título original: Parthenope
Año: 2024
Duración: 2 hr. 17 min.
País: Italia
Director: Paolo Sorrentino
Guion: Umberto Contarello, Paolo Sorrentino
Música: Lele Marchitelli
Fotografía: Daria D'Antonio
Reparto: Celeste Dalla Porta, Gary Oldman, Stefania Sandrelli, Luisa Ranieri, Silvio Orlando
Calificación: 4/10

Descubre cuáles son las 200 mejores películas del siglo XXI (2000-2025) hasta este momento, en un listado ecléctico diferente al de New York Times.



Las 100 mejores películas del siglo XXI


A pocos meses de cerrar los primeros 25 años del siglo XXI, me lanzo con entusiasmo a recopilar las 100 mejores películas de este período, siguiendo mi tradición de elaborar listas anuales basadas en mis criterios personales, siempre subjetivos y, por qué no, un tanto audaces. Este listado, ordenado por relevancia numérica, nace de un universo de miles de películas que he tenido el privilegio de disfrutar, ya sea en mi sala de proyección personal, en cines o a través de las plataformas de streaming que han transformado nuestra manera de consumir cine.


La selección inicial abarcó cientos de títulos estrenados entre 2000 y 2025, pero tras un arduo proceso de curación, logré reducirla a estas 100 joyas cinematográficas. No pretendo que esta lista sea definitiva, como sucede con la reciente infame lista del New York Times; es un trabajo vivo que se actualizará con el tiempo, incorporando nuevas obras que merezcan un lugar en este panteón fílmico. Mi objetivo es destacar aquellas películas que, por su impacto artístico, emocional o técnico, han marcado este cuarto de siglo.



El siglo XXI ha sido testigo de una revolución en el cine. La irrupción de las plataformas de streaming, lideradas por gigantes como Netflix, Amazon y Disney, ha desafiado el dominio de los estudios tradicionales de Hollywood, democratizando el acceso al contenido y acelerando la producción de películas. Este cambio ha traído una avalancha de historias variadas, pero también un ritmo vertiginoso, o mejor dicho líquido, que amenaza con sepultar grandes obras en el olvido. Por eso, listas como esta son más relevantes que nunca: sirven como faros para rescatar y celebrar el cine que trasciende.


Mi metodología, como siempre, se basa en mi propio sistema de evaluación, que no pretende ser objetivo ni complacer a todos. Sé que mis elecciones pueden generar debates acalorados entre los puristas del cine, pero esa es precisamente la belleza del arte: su capacidad para dividir y unir a la vez. Este listado se nutre de mis reseñas anuales, que he compilado con dedicación desde el año 2000, y refleja mi visión personal de lo que hace a una película memorable.



A continuación, presento las 100 mejores películas del siglo XXI, ordenadas por su relevancia según mi criterio. La lista se actualizará periódicamente para incorporar nuevos estrenos o reconsiderar títulos a la luz de nuevas perspectivas. Sin más preámbulos, aquí va:



01. Origen (2010)
02. Mulholland Drive (2001)
03. Incendies (2010)
04. Ciudad de dios (2002)
05. Bastardos sin gloria (2009)
06. El maestro (2012)
07. El irlandés (2019)
08. La red social (2010)
09. Héroe (2002)
10. Timbuktú (2014)
13. Toni Erdmann (2016)
14. Regreso a casa (2014)
15. La caída (2004)
16. Osama (2003)
17. Watchmen (2009)
18. El lobo de Wall Street (2013)
19. Interestelar (2014)
21. El gran pez (2003)
22. Una aventura extraordinaria (2012)
23. El renacido (2015)
24. Bestias sin patria (2015)
25. Los 8 más odiados (2015)
27. Exiliado (2006)
28. Memento (2000)
29. Los infiltrados (2006)
30. El árbol de la vida (2011)
31. Vals con Bashir (2008)
34. La gran belleza (2013)
35. El laberinto del fauno (2006)
36. El arca rusa (2002)
37. La doncella (2016)
38. Un profeta (2009)
39. Parásitos (2019)
40. Perdidos en Tokio (2003)
41. Somos una familia (2018)
42. El gran truco (2006)
43. Petróleo sangriento (2007)
44. Volver (2006)
45. Kill Bill: Volumen 1 (2003)
46. Y tu mamá también (2001)
47. El señor de los anillos: El retorno del rey (2003)
48. Amores perros (2000)
55. Snatch: Cerdos y diamantes (2000)
56. Naturaleza muerta (2006)
57. 21 gramos (2003)
61. Por siempre Lilya (2002)
62. Adaptación (2002)
82. La favorita (2018)
83. Blade Runner 2049 (2017)
84. Guerra fría (2018)
85. Atrápame si puedes (2002)
86. Fuera de juego (2006)
87. El tigre y el dragón (2000)
88. El señor de los anillos: Las dos torres (2002)
89. Un día en familia (2008)
90. Dogville (2003)
91. Politécnico (2009)
92. Elefante (2003)
93. Matrimonio tardío (2001)
94. Katyn (2007)
95. El hijo de Saúl (2015)
96. Hable con ella (2002)
97. Cafarnaúm (2018)
98. In the Loop (2009)
99. Casino Royale (2006)
100. La provocación (2005)
101. Vivir (2022)
102. La noche más oscura (2012)
103. El atlas de nubes (2012)
104. Felices dieciséis (2002)
105. El ocaso del samurai (2002)
106. El luchador (2008)
107. Yo capitán (2023)
108. 12 años de esclavitud (2012)
109. Amélie (2001)
115. El secreto de sus ojos (2009)
116. Domingo sangriento (2002)
117. Cartas desde Iwo Jima (2006)
118. Gravedad (2013)
119. El artista (2011)
120. La llegada (2016)
121. Omar (2013)
123. El topo (2011)
124. Kill Bill: Volumen 2 (2004)
128. Frost/Nixon (2008)
129. Sentencia previa (2002)
130. Los increíbles (2004)
131. Donnie Darko (2001)
132. Yo, Tonya (2017)
133. Perdida (2014)
134. En primera plana (2015)
135. El infiltrado del KKK (2018)
140. Vivir al límite (2008)
141. La gran estafa (2001)
142. Ciudad del pecado (2005)
143. Capote (2005)
144. Up: una aventura de altura (2009)
145. Jackie (2016)
146. Temple de acero (2010)
147. El primer hombre (2018)
148. Hugo (2011)
149. Dheepan (2015)
150. Dunkerque (2017)
151. El empleo (2008)
152. Gladiador (2000)
153. El viento que acaricia el prado (2006)
155. Antes del atardecer (2004)
156. Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2004)
157. Tierra de nadie (2001)
158. Una historia violenta (2005) 
159. El expreso del miedo (2013)
160. Machuca (2004)
161. Babel (2006)
162. Cinderella Man (2005)
163. Jurado nº 2 (2024)
165. Victoria (2015)
166. Wall-E (2008)
167. Una mente brillante (2001)
168. El ultimátum de Bourne (2007)
169. Batman inicia (2005)
170. Mommy (2014)
171. 007: Operación Skyfall  (2012)
172. Toy Story 3 (2010)
173. Capitán Fantástico (2016)
174. Amor sin escalas (2009)
175. Slam Dunk: la película (2022)
177. Lluvia de hamburguesas (2009)
178. Secretos íntimos (2006)
179. El último samurái (2003)
180. Expiación, deseo y pecado (2007)
181. El tren de las 3:10 (2007)
182. En el dormitorio (2001)
183. Capitán Phillips (2013)
184. 127 horas (2010)
185. La habitación (2016)
186. Escándalo americano (2013)
187. El discurso del rey (2010)
188. Hater (2020)
189. El señor de la guerra (2005)
190. Hotel Rwanda (2004)
199. Kick-Ass (2010)


Los títulos restantes, considerando que este siglo todavía no termina, se añadirán progresivamente, siguiendo el mismo criterio de selección basado en mis listas anuales. Mantente atento a las actualizaciones.



Este listado no es solo un ejercicio de nostalgia, sino un testimonio del poder del cine para reflejar, desafiar y transformar nuestra percepción del mundo. Espero que esta selección te inspire a redescubrir estas obras o a explorarlas por primera vez. 

El pacto

El pacto es una película de Guy Ritchie que rastrea ese cine bélico de la última década ambientado en el contexto de la guerra de Afganistán, donde se suele mostrar a un pelotón de soldados norteamericanos que luchan contra los talibanes en medio de una misión que sale mal, como ocurre en El único sobreviviente (Berg, 2013) y La batalla de Kamdesh (Lurie, 2019). Aunque tiene momentos rescatables con las actuaciones decentes de Jake Gyllenhaal y Dar Salim, su narrativa tiende a frecuentar lugares comunes que son predecibles y, en general, carece de la pujanza suficiente como para ser un drama bélico completamente satisfactorio sobre heroísmo, inmigración y dilemas éticos. La trama sigue a John Kinley, un sargento mayor de los boinas verdes del ejército estadounidense en Afganistán, y su intérprete local, Ahmed, quienes forman un vínculo tras sobrevivir a una emboscada frente a las guerrillas del talibán. En una primera mitad, se muestra la odisea de John cuando es ayudado por Ahmed, mientras permanece malherido y observa el sacrificio que hace el musulmán para que puedan escapar por las montañas a una zona segura lejos del dominio de los talibanes con metralleta en mano que ponen un alto precio sobre sus cabezas. En la segunda, en cambio, presenta la misión encubierta de John cuando, varias semanas después de haber sido rescatado, atraviesa el territorio enemigo para rescatar a Ahmed y su familia como muestra de agradecimiento por haberle salvado la vida previamente. En términos generales, la narrativa se monta sobre las bases genéricas del cine bélico para comunicar, en sus dos mitades, un comentario sobre la lealtad, la ética y el llamado del deber, entendido como la misión personal de un hombre que abandona el prejuicio hacia los extranjeros y descubre el valor moral de lo que significa ser leal más allá de las barreras nacionales. Esto es, hasta cierto punto, entendible. Sin embargo, sospecho que los personajes no tienen mucha complejidad fuera de la capa banal que esquematiza sus motivaciones y los diálogos genéricos, además de que sus acciones se reducen, entre otras cosas, a un abanico de situaciones rutinarias que cae a menudo en los clichés básico del género bélico donde el héroe estadounidense debe "salvar" a su aliado afgano mientras matan a los terroristas estereotipados. El tono inconsistente, mostrado en algunas secuencias de combate, se debate entre el drama bélico introspectivo y el thriller de acción, pero no se compromete plenamente con ninguno de los dos géneros, quedando en un vacío donde todo el conflicto se resuelve sobre una plataforma de facilismos. Por la parte actoral, por lo menos, encuentro que Gyllenhaal ofrece una actuación competente como el oficial desconfiado, serio, impulsivo, que busca al amigo afgano que le salvó la vida para saldar la deuda; aunque a ratos me da la sensación de que su personaje está limitado por un desarrollo superficial. Por otro lado, Salim brilla como Ahmed, aportando autenticidad a un papel secundario que podría haber caído en estereotipos, pero que, desde luego, es bastante sobrio utilizando la mirada y los gestos de su rostro para evocar la ira soterrada de un ciudadano afgano con el pasado trágico que intenta huir del infierno con una visa norteamericana. El estilo visual de Ritchie se acomoda para encuadrar a estos actores en una puesta en escena que se destaca, ante todo, por el vestuario militar, los intertítulos que describen conceptos militares, la reproducción auténtica del período y las panorámicas que capturan los paisajes desérticos y polvorientos de Afganistán, fruto de una correcta fotografía de Ed Wild. La banda sonora, compuesta por Christopher Benstead, es algo funcional, pero mis oídos son incapaces de escucharla. Se puede decir, en resumen, que es una película bélica con una ejecución irregular, a la que Ritchie no le pone la fuerza necesaria como para empujarla hacia un lugar que deje una huella duradera.



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Ficha técnica
Título original: The Covenant
Año: 2023
Duración: 2 hr. 03 min.
País: Reino Unido
Director: Guy Ritchie
Guion: Ivan Atkinson, Marn Davies, Guy Ritchie
Música: Christopher Benstead
Fotografía: Ed Wild
Reparto: Jake Gyllenhaal, Dar Salim, Antony Starr, Alexander Ludwig, Emily Beecham, Jonny Lee Miller
Calificación: 6/10