Crítica de la película «V de venganza» (2005)

V de venganza
Después de pasar cerca de 18 años, me acerco de nuevo a V de venganza, de James McTiegue, la película basada en la novela gráfica escrita por Alan Moore e ilustrada por David Lloyd, que me causó cierta impresión cuando la vi por primera vez en 2006. Lo que descubro ahora, tras más de dos horas de metraje, no es exactamente lo mismo que pensé en aquella ocasión, pero sigo razonando lo suficiente como para saber que tiene hallazgos interesantes que la alejan de los productos convencionales del género de superhéroes. No solo pienso que se trata de una película de culto bastante profética, sino que, además, tiene un ritmo trepidante y es sumamente entretenida al narrar la distopía del justiciero anarquista que usa la máscara Guy Fawkes para luchar contra un régimen totalitario; manteniendo el pulso de suspenso incluso el clímax irregular que se apresura a cerrar el asunto con fuegos artificiales. La historia se ambienta en Gran Bretaña en un futuro alternativo a partir de 2019, en un período de inestabilidad en el que una pandemia arrasó con la sociedad y el país está gobernado por un partido político ultranacionalista, dirigido por un canciller llamado Adam Sutler, que impone un régimen fascista totalitario junto a sus cinco ministros y controla a la población a través de la propaganda, el encarcelamiento, la intimidación y la vigilancia permanente. La trama tiene como protagonista a V, un vigilante enmascarado que, en la noche del 4 de noviembre, rescata de un asalto a una mujer llamada Evey Hammond y la lleva ser testigo de la destrucción del Old Bailey; poco antes de asaltar una cadena de televisión en la mañana del 5 de noviembre para dirigirse a la nación y anunciar su plan para derrocar al gobierno fascista que oprime a la sociedad británica dentro de un año. En términos generales, la narrativa me parece intrigante porque opta por sintetizar la estructura para mostrar a V como un antihéroe solitario, elocuente y sofisticado que, detrás de la máscara, esconde la fuerza de voluntad que le sirve como arma para acabar con la tiranía de los burócratas corruptos que mienten y persiguen a disidentes, inmigrantes, homosexuales y religiosos con el fin de mantenerse aferrados al poder. Las escenas están cohesionadas de una forma rítmica que, con el uso de la elipsis, me toma por sorpresa cuando el vigilante nocturno da inicio a su plan de sabotaje de las instituciones gubernamentales, a pesar de que, a veces, mata demasiado fácil a los villanos mientras se relaciona con la mujer que comparte un pasado trágico similar al suyo. Los diálogos tienen vocación por lo poético. Y las escenas retrospectivas construyen las motivaciones de los personajes al añadir una sustancia sobre sus acciones, como si fueran las piezas de un rompecabezas que se resuelve sobre la gratuidad y los giros inesperados. Todos ellos están interpretados por un buen reparto. De entrada, destaco la actuación de Hugo Weaving, que se vale de la pericia física, los diálogos, la máscara, la peluca, el sombrero y la capa negra para interpretar a V como un vengador romántico y misterioso que busca vengarse para solventar los traumas psicológicos que lo endurecieron. A su lado hay roles secundarios notables de John Hurt como el dictador megalómano que ejerce su autoridad desde una pantalla; y, especialmente, de Natalie Portman como una mujer vulnerable, fuerte, con agudo sentido de justicia que por razones personales se vincula a la rebelión del enmascarado. Lo más interesante, supongo, es la manera en que las acciones de los personajes edifican sobre la superficie metáforas sociológicas que reflexionan sobre la noción de la identidad y la naturaleza corrupta del Estado, pero sintetizado, en su análisis político, desde el punto de vista de un hombre que entiende que el fin justifica los medios y la revolución hacia la libertad comienza cuando el individuo pierde el miedo para ser libre con el poder de las ideas. A modo subtextual, lo más escalofriante, quizás, es la manera en que su narrativa, que se desarrolla en el 2020, profetiza la desinformación, la polarización política, la vigilancia masiva y las consecuencias de una pandemia global que se viene dando desde hace ya cuatro años en el clima político de la actualidad. Se puede decir que encuentra un balance entre el entretenimiento y el comentario social. Y al margen del sombrío estilo visual, la espléndida banda sonora de Dario Marianelli y los personajes complejos, ofrece, como thriller distópico, un recordatorio poderoso de que las ideas tienen la capacidad de cambiar el mundo y que, incluso en las circunstancias más oscuras, la resistencia es posible porque son a prueba de balas.

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Ficha técnica
Título original: V for Vendetta
Año: 2005
Duración: 2 hr. 12 min.
País: Estados Unidos
Director: James McTeigue
Guion: Lilly Wachowski, Lana Wachowski
Música: Dario Marianelli
Fotografía: Adrian Biddle
Reparto: Natalie Portman, Hugo Weaving, Stephen Rea, John Hurt, Rupert Graves
Calificación: 7/10

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