Crítica de la película 'Holy Motors'

Holy Motors

Desde el amanecer hasta el anochecer, pocas horas de la vida de Monsieur Oscar, un personaje oscuro que viaja de una vida a la siguiente. Él, a su vez, es capitán de una industria, asesino, mendigo, monstruo, padre de familia y...


Duración: 1 hr. 55 min.
País: Estados Unidos
Director: Leos Carax
Guion: Leos Carax
Reparto: Denis Lavant, Edith Scob, Kylie Minogue, Michel Piccoli, Eva Mendes,



Crítica de la película 


Algunas veces uno se queda detenido pensando en cómo actúan las personas; en cómo actúan en su vida personal, familiar, profesional; tantas personas, tantas vidas, tanto qué explicar. Y parecería raro, pero es ahí donde Holy Motors quiere estampar, más que un mensaje, una metáfora sobre la naturaleza humana en un contexto extraño que relaciona todas las vidas de varios individuos dentro de un solo individuo. 

Con esa idea en la cabeza, Leos Carax, en su primera película desde 1999, se las juega con una dirección brillante que, coincidencialmente, toma prestada los atributos estéticos de "Cosmopolis" de David Cronenberg, ya que gran parte de la vida del personaje principal se presenta mientras se desplaza en una limusina blanca con un lujoso interior llamativo, por supuesto, aunque los temas sean completamente diferentes. 

Y son diferentes en el sentido de que las apariencias engañan, y engañan al punto de que "las personas creen lo primero que ven". Aquí exploramos misteriosamente un día en la vida de Mr. Oscar (Denis Lavant), un actor-simulador que abordo de una lujosa limusina, se encarga de realizar una serie de trabajos excéntricos que terminan encerrándolo en una paradoja sobre las vidas distintas que choca con su simulación, o mejor dicho, con la realidad. 

Así nos damos cuenta de que las vidas de Mr. Oscar posiblemente estén conectadas a un fenómeno que hace posible que todas las personalidades que personifica tengan una crisis de identidad. Su progreso desemboca en un giro hipnótico que tiene como propósito simbolizar la ambivalencia entre el cine y la realidad dentro de la ficción, así como la inmensa capacidad que tiene el arte como proceso de narración y de creación. 

Pero quizá es no fuese posible sin la interpretación de Denis Lavant, que es simplemente increíble. No solamente está interpretando el mismo personaje con diferentes vidas, sino que cada vida lo transforma en una persona totalmente diferente. Este le aplica las características y los gestos a cada personaje de una manera natural y demente. Puedo decir que es una interpretación envolvente de múltiples facetas sobre un personaje dentro del personaje dentro del personaje. 

En esta película la ciencia-ficción prevalece aunque no se determine. En la manera en que lo veo, el Mr. Oscar viaja hacia distintas realidades alternas. Cada paralelismo de esas vidas conlleva a que él crea en la persona que está viviendo la vida, mutando su personalidad con la del contrario. Con esto Carax deja claramente una incógnita misteriosa cuya respuesta se encuentra oculta en el "Holy Motors"; y es un enigma que, fuera de lo que se piense, pone nuestro cerebro a trabajar horas extras.

Esto se evidencia cuando explica los detalles insólitos que arrastra al Monsiuer Oscar a través de su historia. Pero te deja cuestionando si lo que pasa en realidad está sucediendo o no. No sabemos qué le sucede al Sr. Oscar. Su vida es extraña, y en teoría posiblemente esté siendo controlada por alguna entidad compleja. Todos los acontecimientos suceden en un simple día. Esta es una idea ingeniosa, ya que "Holy Motors" no se apoya en ciencia-ficción repetitiva o saturada de efectos especiales para centrarse en la temática, sino que apunta al ingenio del arte minimalista para transmitir su idea. 

Algunas escenas muestran un contenido violento muy excesivo y, en ocasiones, la estética surrealista la hace más demente de la cuenta. Sin embargo, su anormalidad es tan desgarradora y tan profunda que la convierte en una película verdaderamente original. 

Es por eso que Holy Motors mantiene la esencia del cine de arte a través de un fatalismo oscuro que libera una visión plenamente excéntrica, surrealista, metafórica. Es una de esas películas raras que genera un cuestionario mental después de verla.


7/10




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