Crítica de la película 'Sólo los amantes sobreviven'

Sólo los amantes sobreviven

Una historia centrada en dos vampiros que han estado enamorados desde hace siglos.


Duración: 2 hr. 09 min.
País: Estados Unidos
Director: Jim Jarmusch
Guion: Jim Jarmusch
Reparto: Tom Hiddleston, Tilda Swinton, John Hurt, Mia Wasikowska

Crítica de la película 


El subgénero de los vampiros es uno de los capítulos más repetitivos de la historia del cine, y así como los mismos vampiros, es inmortal, es cambiante, es estoico. Necesita libar la sangre de la creatividad para poder sobrevivir.

Aunque ha sido así, en los últimos tiempos ha ido decreciendo. Pero, parece que Jim Jarmusch, uno de los cineastas más importantes del circuito independiente estadounidense, lo sabe; y por esa razón, crea una vertiente irresistible con Only Lovers Left Alive.

Es innegable decir que, es una historia de amor filosófica que, bajo la luna llena de su misticismo, narra la vida de Adam (Tom Hiddleston) y Eve (Tilda Swinton); una pareja de vampiros que ha vivido lo suficiente para narrar la historia de la humanidad en el inmenso camino de la eternidad. En un punto, Adam -con su inexpresivo rostro, mirada depresiva y guitarra en mano-, busca a su amor perdido, la despreocupada, dandi y volátil, Eve. Uno está en Detroit; la otra en Tanger. Todavía se aman. Cuando se reúnen, experimentan la vacuidad de la existencia en la cotidianidad del siglo XXI.

Estos vampiros, disfrazados de un dandismo rockstar, se zafan de lo convencional; ni siquiera son llamados vampiros, se refieren a los humanos como zombies. Poseen el cool en su sangre. Asimismo, no muerden a las personas para succionar su sangre, sino que beben sangre de los laboratorios para alimentarse. Disfrutan de la libertad a través de los siglos y no le temen a las aberraciones de la soledad. Su amor es trascendental sin miedo a reinventarse.

Por esa razón, la química escénica de Tom Hiddelston y Tilda Swinton, cautiva; por el simple hecho de que están juntos en casi todos los planos y se saben manejar. Sus interpretaciones no se limitan a los estribos del guion. Aunque la película transcurre lentamente, los diálogos y las expresiones de los personajes insertan un cinismo despiadado que atrae. 

La visión de Jarmusch, indiscutiblemente, paga tributo a la vida de rockstar, al horror gótico de vampiros y al arte universal cuando mezcla los géneros. Demanda que el espectador esté atento a las claves del primer plano y a los diálogos para descomponer el enigma de Adam y Eve, porque la película, en sí, carece de trama. Es a través de los diálogos que conocemos las raíces de su endogamia. 

El resultado es una alegoría distópica -del mundo de los vampiros- que se aleja de los matices que hemos visto; y nos da una mirada, bajo una atmósfera siniestramente nocturna de la naturaleza de la adaptabilidad del individuo en la sociedad contemporánea.

Y hay un magnetismo extraño que hace que funcione como cuento gótico de colmillos incrustados. Es un film que endiabladamente chupetea tu sangre visual para mantenerse vivo. Nos repite, una y otra vez: ¿Qué se siente vivir enamorados y mantener la expansión de la consciencia fresca por siglos de los siglos? No lo sé, no soy vampiro. Pero después de ver Sólo los amantes sobreviven, ahora sé qué se siente.


7/10




0 comments:

Publicar un comentario