Crítica de 'Lady Bird': una adolescencia inolvidable

Sinopsis: Una joven estudiante que se hace llamar "Lady Bird" (Saoirse Ronan) se muda al norte de California para pasar allí su último año de instituto. La joven, con inclinaciones artísticas y que sueña con vivir en la costa Este, tratará de ese modo encontrar su propio camino y definirse fuera de la sombra protectora de su madre (Laurie Metcalf).

Ficha técnica
Año: 2017
Duración: 1 hr 34 min
País: Estados Unidos
Director: Greta Gerwig
Guion: Greta Gerwig
Música: Jon Brion
Fotografía: Sam Levy
Reparto: Saoirse Ronan,  Laurie Metcalf,  Lucas Hedges,  John Karna


Crítica de la película


Recientemente he visto a Lady Bird, película que representa el debut en solitario de Greta Gerwig como directora. La cinta conjunta el drama y la comedia para contar la historia de una adolescente que tiene el espíritu de un alma libre que solo quiere volar. La forma en la que Gerwig captura las etapas de la adolescencia hace que esta película de mayoría de edad sea más honesta que conmovedora. Demuestra que no es solo una buena actriz, sino también una gran realizadora.

La película posee un estilo visual que parece un recuerdo de los años de la preparatoria. Es un retrato genuino de lo que significa ser adolescente en cualquier época. La protagonista, Christine 'Lady Bird' McPherson (Saoirse Ronan), es una muchacha que tiene una relación dificultosa con su mamá, se la pasa hablando mentiras, siente curiosidad por el sexo y lucha por establecer su propia identidad. Anhela entrar a la universidad para independizarse, pero la procrastinación (típica en los jóvenes) logra que vaya de aquí para allá ignorando las cosas que verdaderamente le importan: su familia. En fin, una joven.

La acción se desarrolla en el 2002. Christine, a quien le gusta que la llamen Lady Bird, reside en la ciudad de Sacramento con sus parientes. Como cualquier chica, inicia discusiones acaloradas con su madre, Marion (Laurie Metcalf), y muestra un mayor respeto por su padre, Larry (Tracy Letts), el cual la comprende mejor. Asimismo tiene un hermano mayor, Miguel McPherson (Jordan Rodrigues), con quien se lleva bien, a pesar de que se ha graduado y todavía vive en la casa porque no ha encontrado un trabajo adecuado. Su fiel amiga es Julie Steffans (Beanie Feldstein), con la que comparte todos los secretos de su diario vivir.

En el último año en el instituto, la vida de Christine se complica cuando la rebeldía y su directa verborrea colisiona con los sujetos que la rodean. Vive de una manera muy peculiar, experimentando vicisitudes. No titubea para tomar la iniciativa y flirtear con los chicos que le gustan, además de que quiere experimentar el noviazgo y la pérdida de la virginidad. Se aleja de su inseparable amiga para buscar amistades superficiales que le concedan popularidad, fingiendo ser una persona que no es para conseguirlo. Aunque sus peticiones son rechazadas, no se rinde para ingresar a una de las universidades de Nueva York. Como carece de pelos en la lengua, debilita el inacabable trabazón con su madre y discute con algunos de los profesores en la escuela católica a la que asiste. Todos estos problemas establecen su individualidad.

La idea que construye el relato de Christine se sustenta en las costumbres generacionales de los adolescentes (que siempre se repiten) y en el vínculo que detenta con su madre. El modo en el que se relaciona con sus amigos y con sus familiares moldea el camino hacia una madurez precoz. Su futuro es el presente. La excelente actuación de Saoirse Ronan como Christine es puro fuego expresivo, desprende carisma, comunica emociones dispersas que se adaptan perfectamente a la descripción de las escenas. Créditos para la reveladora actuación de Laurie Metcalf como Marion, quien interpreta a la madre estricta y protectora con una naturalidad que casi me saca lágrimas.

Esta comedia dramática, sacada del circuito de cine independiente, está dirigida con un vigor que nunca pierde ritmo. Aunque no es autobiográfica, Gerwig, quien también ha escrito el guion, ha declarado que tiene algo de parentesco con lo que ha vivido, por eso especulamos que la crónica de Lady Bird es un reflejo de su propia experiencia. Su película es nostálgica y mesurada. Cuenta con personajes sugestivos y con los momentos más preciosos de la cotidianidad de la pubescencia: la sexualidad, el amor, la amistad, las relaciones familiares, las decisiones personales. De esto no hay nada nuevo, pero está narrada con una espontaneidad que he disfrutado bastante.



7/10




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