Sinónimos (2019)

Sinopsis: Yoav es un joven israelí que llega a la capital francesa con grandes expectativas, decidido a deshacerse de su nacionalidad lo más rápido posible. Para él, ser israelí es como un tumor que debe ser extirpado. Convertirse en francés, por otra parte, simplemente significaría su salvación. Para borrar sus orígenes, Yoav primero decide no hablar una sola palabra de hebreo. El diccionario se convierte en su mejor compañero.

Ficha técnica
Título original: Synonyms (Synonymes)
Año: 2019
Duración: 2 hr 03 min
País: Francia
Director: Nadav Lapid
Guion: Nadav Lapid, Haim Lapid
Música: Paul Hepker, Mark Kilian
Fotografía: Shai Goldman
Reparto:  Tom Mercier, Quentin Dolmaire, Louise Chevillotte, Uria Hayik
Calificación: 7/10

Crítica breve de la película


Encuentro muy provocativa la película 'Sinónimos', del director israelí Nadav Lapid. Posee drama, humor y una estética vibrante. Me resulta contagiosa por lo que describe de un insólito personaje llamado Yoav, cuya historia me divierte y me coloca en un estado de reflexión. Yoav es un joven israelí que no anda muy bien de la cabeza y que llega a París, Francia, con la esperanza de deshacerse de su nacionalidad israelita y olvidar un pasado de traumas psicológicos y conflictos familiares. Está avergonzado de ser judío por los claroscuros sociopolíticos de su país. Pero lo cierto es que disfruto de los diálogos ricos en retórica que salen de su mente, y de sus caminatas solitarias por las calles parisinas, donde anda preocupado por su condición socioeconómica, casi siempre mirando para todos lados como un paranoico, en unas escenas que lo ponen en una situaciones difíciles y en unos trabajos inusuales, como en la que es ayudado por un escritor generoso y la novia violinista que le proveen ropa y dinero, los relatos poéticos sobre su vida personal, su empleo en una agencia de seguridad, el alboroto que causa en la entrada de la embajada o en la discoteca, la retorcida sesión fotográfica con un artista plástico. Es un personaje de mucha fuerza expresiva, y está tremendamente interpretado por Tom Mercier. Le sirve a Lapid para erigir un discurso sociopolítico sobre la inmigración, el interculturalismo y las contradicciones de la identidad nacional para hablar de la manera en que el hombre posmoderno ha olvidado el significado de la igualdad de derechos (simbolizado por los sinónimos). Se destaca el encuadre meticuloso que cristaliza lo que piensa Yoav, principalmente con el plano subjetivo y agresivos barridos de una cámara en mano muy inquieta, además del empleo simbólico del color para subrayar la energía, la locura y el enojo. Es una película de múltiples significados. Me ha gustado mucho. 




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