Vorágine (1950)

Sinopsis: Ann Sutton, una cleptómana casada con un conocido psiquiatra, es sorprendida por el malvado David Korvo, que la hipnotiza y trata de convertirla en coartada para un crimen.

Ficha técnica
Título original: Whirlpool
Año: 1950
Duración: 1 hr 52 min
País: Estados Unidos
Director: Otto Preminger
Guion: Ben Hecht, Andrew Solt
Música: Arthur Miller
FotografíaArthur Miller
Reparto: Gene Tierney, Richard Conte, José Ferrer, Charles Bickford,
Calificación: 7/10

Crítica breve de la película


Encuentro fascinante el argumento de Vorágine, de Otto Preminger. Es una película que me mantiene enganchado durante hora y media al conjuntar el cine negro policial y el thriller psicológico con una trama retorcida sobre hipnotismo, chantaje y asesinato. La protagonizan Gene Tierney, Richard Conte y José Ferrer. Escrita con un guion de Ben Hecht, la historia trata sobre Ann Sutton, una cleptómana casada con el reputado psiquiatra William Sutton, cuya vida se va cuesta abajo cuando David Korvo, un hipnotizador y chantajista que la ayuda para limpiar su nombre, la hipnotiza y la manipula para convertirla en coartada y asesinar calculadamente a otra mujer que intenta revelar su lado delictivo. A pesar de la aparente simplicidad del relato, lo que observo me deja tan hipnotizado como los personajes porque el sentido de ambigüedad moral recurre a la praxis del hipnotismo y del psicoanálisis para examinar a fondo los temas tempranos del director como los recuerdos, los celos y las falacias, como si se tratara de la única forma de ahogarse en el torbellino fatalista del crimen. La trama es escueta escondiendo los secretos, dosificando la carga de intriga y equilibrando el punto de vista de la víctima, el asesino y el policía. Preminger también utiliza recursos estilísticos como el primer plano, la iluminación expresionista y los travellings elegantísimos para amplificar la sospecha, las intenciones y los temores intrínsecos de los personajes. Hay asimismo una música destacable de David Raksin. Me parecen muy transparentes las actuaciones de Tierney como la cleptómana perseguida (su segunda colaboración con Preminger), Conte como el psicoanalista convertido en detective y Charles Bickford como el investigador atormentado por el pasado, aunque todos se ven eclipsados por la magnética presencia de Ferrer como el villano carismático y obsesivo. Es un sólido film noir sobre los efectos corrosivos de la manipulación.   




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