Crítica breve de 'Utamaro y sus cinco mujeres' (1946)

Utamaro y sus 5 mujeres
No creo en lo absoluto que Utamaro y sus cinco mujeres sea uno de los grandes melodramas jidaigeki de Kenji Mizoguchi, pero reconozco que me causa una impresión considerable su cuento sobre el sufrimiento de la mujer japonesa y la pasión de un artista. Es una adaptación de la novela de Kanji Kunieda sobre la vida del pintor de estampas japonés de la era Edo, Kitagawa Utamaro; aunque en cierta medida la utiliza como resorte ficcional, con ciertos registros autobiográficos (Mizoguchi era apasionado de la pintura), para retratar uno de los temas fundamentales de su cine: la condición social de la mujer que sufre en los dominios patriarcales tradicionales del período feudal de Japón. Se refleja con la historia del protagonista, Utamaro, quien es un reputado pintor, especializado en el retrato femenino, que tiene la obsesión de buscar como modelos a algunas de las señoritas que circulan por los prostíbulos de Tokio. La trama, escrita por Yoshikata Yoda, conquista mi sensibilidad cuando observo al artista gozando de la admiración de todos, luchando en duelos de pintura y pintando a cortesanas hermosas en varios lugares. En la puesta en escena abunda el control compositivo característico de la estética del director, con estupendos plano secuencias que capturan la autenticidad de la época, con el plano general efectivamente estático que encuadra a los personajes como una especie de acto teatral y el uso meticuloso del fuera de campo para realzar las miradas que se fugan del cuadro. Particularmente me cautiva la actuación de Minosuke Bandô como el famoso pintor, pero también me seduce la de Kinuyo Tanaka como la concubina celosa. Aunque en la superficie algunos de los personajes carecen ligeramente de una textura dramática que, en ocasiones, afecta minúsculamente la cohesión narrativa, el melodrama me resulta conmovedor cuando Mizoguchi simbólicamente coloca al artista encadenado como prisionero del arte que ejecuta para expresarse, subrayando ingeniosamente que sin el arte su vida es una tragedia tan insoportable como la desdicha de esas mujeres que tanto desea ilustrar en sus lienzos; reflejado, supongo, por las cinco féminas relacionadas con sus allegados que están condenadas al sufrimiento. El resultado funciona casi como una parábola de la biografía del propio Mizoguchi, ese magnífico retratista cinematográfico de mujeres niponas que se oculta tras el yukata del pintor.  


Ficha técnica 
Título original: Utamaro and His Five Women (Utamaro o meguru gonin no onna)
Año: 1946
Duración:  1 hr 46 min
País: Japón
Director: Kenji Mizoguchi
Guion: Yoshikata Yoda
Música: Hisato Osawa, Tamezô Mochizuki
Fotografía: Minoru Miki
Reparto: Minosuke Bando, Kinuyo Tanaka, Kotaro Bando, Toshiko Iizuka, Hiroko Kawasaki
Calificación: 7/10



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