Crítica breve de 'El vendedor de tabaco' (2018)

El vendedor de tabaco
Caigo rendido ante los efectos dormitivos de esta película austríaca titulada El vendedor de tabaco, durante casi dos horas en las que no me presenta nada que sea novedoso o decididamente emotivo. La dirige un tal Nikalous Leytner, director que desconozco pero que al escudriñar su catálogo me doy cuenta de que es un versado en las películas para televisión. No es que se trate de algún pecado, pero me parece un drama histórico de mayoría de edad insustancial, nimio, con aroma a telefilme de History cuando atraviesa terrenos comunes para narrar su fábula sobre desilusión, psicoanálisis y antisemitismo. Se ambienta en Viena en 1937 y comienza con la historia de Franz, un chico de diecisiete años que ha viajado desde el campo donde vive con su madre para instalarse en la tienda del señor Otto Trsnjek, un vendedor de tabaco que lo toma como su aprendiz y le enseña a administrar la tienda y a atender a los clientes que la frecuentan, entre los que se encuentra el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud. La mayor parte de la trama se centra en la amistad que desarrolla el chico con el vendedor y con Freud, a quienes los ve como figuras paternales, así como el amor que siente por una joven cabaretera que lo pone a soñar hasta humedecer la cama. En un principio me resulta interesante observar los sueños extraños y muy simbólicos que este tiene en un lago, sobre todo porque de alguna manera amplían su espectro de frustración, los deseos reprimidos y la necesidad de hallar en el amor el camino hacia la madurez en medio de la tragedia. Pero a fin de cuentas no deja de parecerme un narrativa inane y rutinaria, en la que Leytner emplea hasta la saciedad el recurso de la analepsis subjetiva para subrayar lo que piensa el protagonista en su interior acartonado, repitiendo la cotidianidad de sus personajes hasta hacerme pensar en la llegada de los créditos cuando, de forma apresurada, muestra una alegoría política algo trivial sobre la raíz del nazismo. Los diálogos son producto de un guión de bolsillo. La carencia de ritmo es tan evidente como los tabacos que se fuma Freud. Lo único que posee autenticidad es la reproducción del período y, por supuesto, la actuación de Bruno Ganz como Freud. El resto es un melodrama sin pena ni gloria, tan desgastado como las cenizas de un cigarro.

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Ficha técnica
Título original: The Tobacconist (Der Trafikant)
Año: 2018
País: Austria
Director: Nikolaus Leytner
Guion: Klaus Richter , Nikolaus Leytner
Música: Matthias Weber
Fotografía: Hermann Dunzendorfer
Reparto: Simon Morzé, Bruno Ganz, Johannes Krisch, Emma Drogunova
Calificación: 5/10

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