Crítica de la película «Hazme el favor» (2023)

Hazme el favor
Durante más de una hora y media, me someto al consumo de las imágenes que ofrece Hazme el favor, una película de Gene Stupnitsky que veo, supongo, para tratar de encontrar algo agradable que me alegre la tarde. Pero, desgraciadamente, no encuentro nada que me provoque alguna emoción, y trato de descifrar en mi cerebro cómo ha sido tomada en cuenta en la temporada de premios. De entrada, es una comedia sexual que destapa ciertos tabúes de género con el marcado carácter explícito del humor prefabricado que lanza Jennifer Lawrence, pero su propuesta pierde el efecto atrevido cuando transita por las mismas vías aburridas y convencionales. En la trama, Lawrence interpreta a Maddie Barker, una mujer de 32 años que se gana la vida como taxista de Uber y como camarera en la localidad de Montauk en Nueva York, pero cuya existencia se ve afectada por la crisis financiera que amenaza con enviarla a la bancarrota después de que su automóvil es embargado; algo que la obliga, desesperadamente, a aceptar el empleo inusual de una pareja adinerada que la contrata para que salga con su hijo Percy, de 19 años, con la finalidad de que pierde la timidez con las chicas antes de ingresar a la Universidad de Princeton. El asunto de esta muchacha, por lo regular, se ensambla siguiendo el manual básico de la comedia romántica de mayoría de edad, pero en un extraño giro que invierte los roles de género al colocar a la chica madura que seduce al jovencito inseguro. En su núcleo hay fiestas, bebida, citas, playa, cenas, sexo, desnudez y discusiones en autos con un tono habitualmente absurdo, que se desarrollan sin pausa mientras la mujer adulta intenta seducir al muchacho tímido para que este alcance la madurez deseada por los padres. Sin embargo, todo el cuento sobre amistad, maduración y dilemas cotidianos permanece situado en la superficie de plástico en la que los personajes impulsan la acción por lugares comunes y previamente explotados que carecen de cualquier rastro de gracia. Los gags me provocan minúsculas risas que cuento con los dedos en dos escenas. En pocas palabras, me aburre lo que veo. Solo alcanzo a destacar, mínimamente, la actuación de Lawrence cuando ejerce sus gestos histriónicos para interpretar a una adulta joven que, lejos de las deudas que la preocupan, manipula a los hombres con los que se acuesta como una feminista radical para destapar sus miserias sexistas y, de paso, ocultar la ausencia paternal que la marcó de por vida antes de que falleciera su madre, con un registro que toca una dosis de locura, franqueza y atrevimiento. La histeria restante me deja indiferente. No creo que el resultado variara mucho si la viera en pleno verano.

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Ficha técnica
Título original: No Hard Feelings
Año: 2023
Duración: 1 hr. 43 min.
País: Estados Unidos
Director: Gene Stupnitsky
Guion: John Phillips, Gene Stupnitsky
Música: Mychael Danna, Jessica Weiss
Fotografía: Eigil Bryld
Reparto: Jennifer Lawrence, Andrew Barth Feldman, Matthew Broderick
Calificación: 5/10


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