Crítica de la película «Dios y el diablo en la tierra del sol» (1964)

Dios y el diablo en la tierra del sol
Dios y el diablo en la tierra del sol no es precisamente una película de Glauber Rocha que me lleve hasta las nubes, como veo que le sucede a una cinefilia añeja de izquierda que le rinde culto, sobre todo porque en la superficie no es muy diferente a otros relatos sobre revoluciones campesinas que he visto en las cinematecas del neorrealismo italiano y del cine soviético más inmediato. Pero es, desde luego, una cinta de notable envergadura formal, alegórica, que me invita a razonar cuando saca a la luz algunas de las señas particulares establecidas por el cinema novo brasileño. En términos generales, Rocha toma prestado ciertos elementos compositivos del western para edificar, con su pericia estética, un tratado sociopolítico bastante sobrio sobre desigualdad, corrupción y resistencia campesina en los tiempos de autoritarismo. Su argumento, firmado con guion de Rocha bajo ligeros registros ucrónicos, sitúa la acción en la década de 1940, luego de la muerte del líder cangaceiro Lampião y en pleno régimen del Estado Novo, donde se sigue a Manuel, un vaquero hastiado por la miseria y el maltrato que, en un intento de vender las últimas dos vacas que le quedan para comprar su propio terreno, mata a su patrón explotador luego de una discusión acalorada y se convierte en un fugitivo de la justicia al lado de su esposa Rosa, donde entre otras cosas recorre las tierras baldías del sertão norteño buscando respuestas a las preguntas que interrogan los males del poder político y religioso que parece haber poseído el país sin ningún rastro de moralidad; llegando a unirse ciegamente a una secta religiosa controlada por un mesías autoproclamado que engaña a los campesinos analfabetos con las parábolas fabricadas que predica como charlatán y, más tarde, a una banda de cangaceiros encabezada por Corisco y Dadá. Con el cuadro del protagonista, Rocha examina algunos de los episodios grises de la violenta historia sociopolítica brasileña del siglo XX, a través de la revolución campesina entendida como un síntoma de la injusticia y de la inequidad social que, ante todo, es provocada por la autocracia que lacera la dignidad de las masas empobrecidas que están condenadas a una estela de opresión y de violencia. En pocas palabras, habla sobre los guerrilleros folclóricos que se enfrentaron a la explotación del latifundio y de los poderes fácticos estatales (simbolizados por el cazarrecompensas Antônio das Mortes), en una nación sometida al abuso y acostumbrada a ser gobernada por terratenientes y dictadores totalitarios, además del papel que desempeñaron las autoridades clericales de la iglesia católica para adormecer al campesinado con diatribas de manipulación social. Lejos del drama que subordina a los personajes al servicio del texto y reduce sus matices psicológicos con una impostura calculada, me parece interesante la manera en que Rocha, con un montaje de naturaleza rupturista, emplea en la puesta en escena recursos expresivos como el uso del silencio, el sonido diegético, la voz en off, la elipsis simbólica, el fuera de campo, la ruptura de la cuarta pared, la iluminación en blanco y negro de marcado contraste, el encuadre móvil de una cámara en mano bastante inquieta que siempre está en constante movimiento y la música extradiegética que suena abruptamente para describir con las líricas la desdicha de los desposeídos; con el fin de señalar, a través de un realismo aterrizado y cierto tono costumbrista, la dura condición socioeconómica de los campesinos oprimidos que corren desesperados por los terrenos desérticos para rechazar los dogmas espirituales y encontrar su lugar en una utopía que, a simple vista, parece inalcanzable. Tiene algunos pasajes predecibles y algunas situaciones fáciles, pero considerando que Rocha solo tenía 25 años al momento de dirigirla, mis quejas se resisten. Es una buena película del cine brasileño, realizada con una energía prodigiosa.

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Ficha técnica
Título original: Black God, White Devil (Deus e o Diabo na Terra do Sol)
Año: 1964
Duración: 2 hr 00 min
País: Brasil
Director: Glauber Rocha
Guion: Glauber Rocha
Música: Sérgio Ricardo
Fotografía: Waldemar Lima
Reparto: Geraldo Del Rey, Yoná Magalhães, Othon Bastos, Maurício do Valle, 
Calificación: 7/10


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