Tortugas Ninja: Caos mutante es una película animada que consigo visionar para recuperar algo de esa nostalgia de la entretenida serie animada de los 80 y supone, además, un nuevo reboot que revela las inclinaciones de la Paramount Pictures para seguir ordeñando la franquicia luego del bodrio de
Teenage Mutant Ninja Turtles (2014) y la respectiva secuela que mezclan imágenes reales con las generadas por ordenador. Pero en el acto, atravieso sensaciones similares a lo que experimenté años atrás viendo la fatigosa
TMNT (2007), y no comprendo para nada la supuesta aclamación que ha tenido. Es una película de mayoría de edad que goza de una animación estilizada, pero que, de alguna manera, en la superficie se vuelve bastante aburrida con sus tortugas mutantes que luchan esta vez contra el prejuicio y la aceptación, en más de una hora y media que agrede continuamente a mi cerebro con su espectáculo acartonado que se repite inútilmente en la ciudad de Nueva York. Tras un breve prólogo en el que un científico es perseguido por militares y tira a la alcantarilla un desecho radioactivo, la trama se sitúa 15 años después y narra las experiencias de cuatro tortugas mutantes [Leonardo, Donatello, Rafael, Miguel Ángel] que viven en los alcantarillados y, ocasionalmente, suben a las calles para explorar el mundo humano discriminatorio que los rechaza, además de poner a prueba las habilidades de ninjutsu que les ha enseñado su padre, la rata antropomórfica Splinter, con el fin de que se defiendan de los humanos en caso de que sufran alguna agresión por su aspecto físico; pero cuyo destino cambia radicalmente cuando ayudan a la joven periodista Abril O'Neil para impedir los planes de Super Mosca, una mosca mutada que reúne a un ejército de mutantes y anhela acabar con la raza humana para instalar un mundo dominado por los de su especie. De un modo convencional, la trama desde el principio se torna bien previsible cuando las acciones de los personajes se reducen a las peleas con los tipos malos, a las persecuciones por las avenidas, a los instantes de intimidad familiar entre el padre y sus hijos en las cloacas. No hay factor de diversión. La narrativa sufre de una pérdida de ritmo que atropella la acción, mantiene a los personajes en las descripciones más aparentes y vierte la aventura en un tanque de aguas residuales, donde se reciclan las pretensiones de los chistes de una línea y se amplía la desesperación de agradar de unos personajes que carecen de gracia. Solo me aventuro a rescatar el estilo visual bastante atrayente que renderiza a los personajes animados como si fueran caricaturas del cómic en los bordes, la iluminación y las texturas, con un sombreado de celdas en 2D muy parecido a lo que se ofrece en
Spider-Man: Into the Spider-Verse en materia de movimiento; el trabajo de doblaje que captura las características de los personajes con las voces peculiares; y, sobre todo, la banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross que reproduce para mis oídos algunos clásicos del hip-hop como "Ante-Up", "Can I Kick It?" y "Shimmy Shimmy Ya", además de un leitmotiv que evoca la melancolía del rechazo. Todo lo otro se queda en buenas intenciones y me quita todo el interés por ver una secuela.
Ficha técnica
Título original: Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem
Año: 2023
Duración: 1 hr. 39 min.
País: Estados Unidos
Director: Jeff Rowe, Kyler Spears
Guión: Seth Rogen, Evan Goldberg, Dan Hernandez, Benji Samit, Jeff Rowe
Música: Trent Reznor, Atticus Ross
Fotografía: Kent Seki
Reparto (voces): Nicolas Cantu, Micah Abbey, Shamon Brown Jr., Brady Noon, Ayo Edebiri, John Cena, Seth Rogen, Jackie Chan, Ice Cube
Calificación: 4/10
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