Crítica de la película «Relic: herencia maldita» (2020)

Relic: herencia maldita
Relic es una película de terror que sirve como ópera prima de la directora Natalie Erika James y, además, sigue esa corriente de terror psicológico que se puso de moda tras la espeluznante The Babadook (Kent, 2014), Hereditary (Aster, 2018) y Us (Peele, 2019). Por lo visto ha asustado a mucha gente desde que se estrenó en el Festival de Cine de Sundance antes de la pandemia del COVID-19 y yo, por el contrario, no consigo meterme de lleno en su rompecabezas de presunta complejidad. Cuanto mucho, observo que es una película de terror en la que James evoca atmósferas oscuras en una casa maldita, pero cuyo interior carece de tensión o de algo impactante en su trama cadavérica sobre la demencia, la soledad y el horror de la vejez, quedando muchas veces en un terreno demasiado calculado que le resta fuerza a los pocos sustos que entrega como artificio. El argumento sigue a una mujer llamada Kay, en los momentos en que viaja junto a su hija Sam a una residencia familiar remota situada en un bosque australiano donde, al parecer, se ha perdido la abuela Edna, la matriarca de la familia que sufre demencia senil y desapareció sin dejar rastro tras haber enviudado. A partir del extraño fenómeno de la desaparición de la abuela, James utiliza una modesta economía de recursos estéticos que cobran su punto de solidez, quizás, en el uso de la elipsis, el sonido diegético, la música diegética de Brian Reitzell, los decorados de los espacios de la casa y el trato atmosférico de la lente de Charlie Sarroff; con la finalidad de acentuar un texto sobre los temores intrínsecos de la senectud, pero desde la perspectiva de una anciana que lucha contra las heridas del pasado y el paso del tiempo que deteriora el cuerpo y el alma. El asunto funciona en la primera media hora, pero, desafortunadamente, la narrativa avanza a un ritmo letárgico que no compensa para nada la falta de golpes de efecto, además de que no añade sustancia a las tres mujeres más allá de la capa de descripciones simples sobre el sufrimiento femenino en las tres edades de la mujer (juventud, adultez, ancianidad). No hay giros que me provoquen algún espanto, tampoco hay violencia o diálogos que sean memorables, pero sí me asalta la sensación de que es bien pobre el efectismo que utiliza James bajos los parámetros convencionales del subgénero de terror de posesiones. Todo luce demasiado acartonado, aburrido, predecible, una vez que la madre y la hija intentan huir de la casa embrujada mientras la abuela poseída por el demonio del deterioro las persigue con un cuchillo por los pasillos laberínticos. Dentro del marco de sus limitaciones, solo me parece creíble la actuación de Robyn Nevin como la señora de las manchas negras que expresa su dolor con la mirada y los silencios para señalar la indolencia de la hija que la abandonó. El resto de las imágenes las consumo, propiamente dicho, sin tener el privilegio de que me atrape alguna escena visceral o escalofriante.

Ficha técnica
Título original: Relic
Año: 2020
Duración: 1 hr. 29 min.
País: Australia
Director: Natalie Erika James
Guion: Natalie Erika James, Christian White
Música: Brian Reitzell
Fotografía: Charlie Sarroff
Reparto: Emily Mortimer, Bella Heathcote, Robyn Nevin
Calificación: 4/10


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