Crítica de la película «El niño y la garza» (2023)

El niño y la garza

En El niño y la garza, el realizador japonés Hayao Miyazaki recupera su poética del naturalismo para evocar, supongo, algunas de las preocupaciones filosóficas que han gobernado su estilo desde hace varias décadas, marcando a la vez su regreso al cine de animación luego de haber anunciado su retiro de la industria con el estreno de Se levanta el viento (2013). Se dice que su producción duró aproximadamente nueve años, enfrentándose a varios retrasos y al ritmo lento de animación con el que Miyazaki suele esbozar todo porque prefiere el dibujo a mano con técnicas tradicionales. Valoro, hasta cierto punto, el compromiso de todo el grupo involucrado porque, a decir verdad, es una película animada de Miyazaki que goza de un trabajo de animación que se ve algo bonito por fuera con las florituras naturalistas, pero, por desgracia, su fábula fantástica pierde fuerza y casi no tiene emoción cuando narra la odisea de mayoría de edad sobre la pérdida, el dolor y la resiliencia ante la tragedia, en dos largas horas en la que me abraza la sensación de que el director tiende a frecuentar demasiado los mismos ejes temáticos sin añadirle un grado de profundidad más allá del registro de obviedades. Su argumento se ambienta en la Segunda Guerra Mundial y sigue a Mahito Maki, un niño inocente que pierde a su madre en el incendio de un hospital bombardeado en Tokio y que, con el paso del tiempo, se adapta a vivir con su padre (empresario de una fábrica de municiones) y con la madrastra que es la hermana idéntica de su madre fallecida; pero cuya existencia da un giro cuando se encuentra con una peculiar garza gris que lo lleva hasta una misteriosa torre ubicada en las profundidades de un bosque. En general, la aventura del niño tiene arranque que me llama la atención porque se monta sobre esas viejas fórmulas fabulescas sobre niños ordinarios que descubren eventos extraordinarios. En este sentido, recibo con algo de entusiasmo el inicio del viaje del niño con arco y flecha en mano que recorre toda Narnia en busca de la madre perdida mientras se topa con un enjambre de criaturas raras y animales silvestres; las intervenciones de presunto alivio cómico de la garza engañosa que indirectamente guía al niño; las ancianas sirvientas de la casa de aspecto siniestro; el descenso al mundo oceánico adornado de pelícanos agresivos; la dimensión del mago ascético preocupado por una pila de bloques de juguete de piedra que representan el equilibrio de un mundo a punto de ser destruido. El problema fundamental, no obstante, es que durante todo este trayecto me doy cuenta de que la narrativa carece de gancho porque los personajes solo ocupan las descripciones triviales del guion como estereotipos genéricos de Ghibli y, por lo regular, sus acciones se reducen a diálogos expositivos que tienden a subrayar demasiado la síntesis discursiva que se edifica como un hilo conductor. Miyazaki solo los utiliza como figuras cosméticas que buscan funcionar como un catalizador para estructurar en la superficie una parábola de mayoría de edad sobre el sufrimiento; pero entendido ahora como el conflicto intrínseco de un niño inseguro en estado de negación que supera los desafíos de ciertas experiencias traumáticas y descubre el poder de adaptarse a los tiempos difíciles que debilitan los lazos familiares. Como es habitual, Miyazaki cuelga debajo de todo esto soterradas metáforas sobre el cuidado del medioambiente y la relación del hombre con una naturaleza que agoniza por fuerzas externas. Y, dicho sea de paso, ejecuta un ejercicio de estilo que encuentra su balance en el diseño de los personajes, los escenarios surrealistas y el movimiento dinámico de todos los seres peculiares que ocupan el encuadre. También aprovecha con soltura las piezas melódicas de la partitura de Joe Hisaishi en escenas clave. Sin embargo, nada de esto evita que, en efecto, su película animada nunca despegue del epicentro de indulgencia, redundancia y simbolismo rebuscado.



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Ficha técnica
Título original: The Boy and the Heron (Kimitachi wa dô ikiru ka)
Año: 2023
Duración: 2 hr. 04 min.
País: Japón
Director: Hayao Miyazaki
Guion: Hayao Miyazaki
Música: Joe Hisaishi
Fotografía: Atsushi Okui
Reparto (voces): Soma Santoki, Masaki Suda, Aimyon, Yoshino Kimura, Takuya Kimura, Shōhei Hino
Calificación: 6/10


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