En un saturado mercado de terror y comedias independientes, Borderline es una película del debutante Jimmy Warden que busca mezclar los géneros para entregar algo original en su cruce entre el thriller psicológico, la comedia negra y el terror de invasión de casas. Pero lo que Warden entrega aquí no es solo una de las peores películas del año, sino también un revoltijo genérico que se ahoga en sus propias pretensiones, resultando en una comedia negra de terror que ni asusta, ni ríe, ni conmueve con su propuesta de home invasion; como si alguien hubiese metido un guión de The Black List en una licuadora con clichés tarantinescos y un puñado de referencias pop vacías solo para esperar un batido aguado. Su argumento se sitúa en Los Ángeles en la década de los 90 y sigue a Sofía Minor, una actriz y estrella del pop que es acosada por la presencia de un fanático obsesivo que llega a su residencia para obligarla a contraer matrimonio, mientras su guardaespaldas intenta contenerlo sin saber que es un sociópata. En general, la narrativa esquematiza el barullo sobre las fórmulas convencionales del home invasion, en la que varios personajes son atrapados como víctimas de un demente en el interior de una casa. El problema, sin embargo, es que la originalidad inicial se desploma de inmediato porque el guión atropella el desarrollo de los personajes al mantener sus motivaciones en un epicentro de descripciones superfluas que, por lo regular, solo funciona en la superficie para impulsar inútilmente una trama que gira alrededor de situaciones previsibles y diálogos inanes que conducen casi siempre a violencia gratuita. Esta gratuidad violenta se debilita, entre otras cosas, con la dejadez de Sofía como la rubia del grito atrapada en la jaula de cemento; la suerte del guardia de seguridad que siempre evade la brutalidad; la inutilidad del jugador negro de baloncesto que se ve involucrado en el asunto por ser novio de Sofía; la sociopatía del tal Paul cuando irrumpe en la mansión antes de ordenar a sus secuaces que desaten el caos entre los rehenes. Warden, en su afán por subvertir expectativas de género adopta una estructura no lineal para subrayar la ironía calculada que conduce a los personajes hacia la espiral sangrienta, pero las escenas, incluso cuando se utilizan los flashbacks, devienen en confrontaciones sin ritmo en las que se ausenta el gancho. El horror se basa en jumpscares torpes que anuncian una violencia caricaturizada. Y los chistes adolecen de un timing fallido, como si Warden hubiera copiado sketches de Saturday Night Live sin entender el punch. Los personajes que muestra en la invasión domiciliaria son figuras huecas que, por añadidura, solo sirven para establecer un comentario de carácter progresista sobre la obsesión en la cultura de las celebridades y las fracturas de la sociedad norteamericana de la actualidad, evidenciado cutremente por la reunión climática de la boda que anuncia la ruptura irreconciliable entre dos facciones interculturales demasiado obvias. Entre todo esto, Ray Nicholson logra ofrecer algo de autenticidad cuando ejerce la mirada y la risa desquiciada de su padre para interpretar a un acosador psicótico que alucina con la rubia de sus sueños, a pesar de que su talento se desperdicia en un personaje enteramente unidimensional. Samara Weaving, por su parte, trata de aportar algo como la diva del pop vulnerable, aunque el guión la reduce al papel de una scream queen reactiva que solo grita y huye para cumplir con un gimmick rebuscado. El resto del elenco es demasiado olvidable como para tomarlo en serio. Al margen de todo esto, rescato las atmósferas que subrayan las subidas de tono en los escenarios, así como la banda sonora que incluye un par de canciones que me llegan al oído. Todo lo demás, en última instancia, es el producto de un ejercicio kitsch que cruza la línea hacia el territorio de los bodrios del direct-to-streaming.
Streaming en:
Ficha técnica
Año: 2025
Duración: 1 hr. 34 min.
País: Estados Unidos
Director: Jimmy Warden
Guion: Jimmy Warden
Música:
Fotografía: Michael Lloyd
Reparto: Samara Weaving, Ray Nicholson, Jimmie Fails, Eric Dane, Patrick Cox
Calificación: 3/10


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