Crítica de la película 'A Roma con amor'

A Roma con amor

Una historia acerca de un número de personas en Italia, algunos americanos, algunos italianos, algunos residentes, algunos visitantes, y algunos de los romances y aventuras en los que se ven envueltos. 


Duración: 1 hr. 52 min.
País: Estados Unidos
Director: Woody Allen
Guion: Woody Allen 
Reparto: Jesse Eisenberg, Ellen Page, Alec Baldwin, Woody Allen, Penélope Cruz



Crítica de la película 


El año pasado cuando Woody Allen nos llevó con mucho entusiasmo por las calles de París, el resultado fue la transmisión total de la magia que vive en esa ciudad -amorosa- hacia nuestros ojos; me sentí enamorado. Esta vez, continuando su tour europeo se muda a Roma con To Rome With Love., y aunque posee "amor" en su título, no demuestra ni la "a" (de amor). En otras palabras es una película cuyo significado en italiano significa: un revoloteado repertorio de historias separadas, en una ciudad famosa, con dos o tres clichés típicos del librito

Puedo decir que el estilo fílmico de Allen está intacto. Su cámara se desplaza por la ciudad con el mismo amor que siente por las ciudades europeas, pero lo que se pierde es ese amor que surge entre los personajes y la historia, la cual, con toda firmeza, digo que desaparece en el camino cuando hace una parada en el aburrimiento. Así nos damos cuenta que desde el principio se trata de cuatro historias diferentes y separadas que no se conectan, muy a pesar de que algunos personajes indirectamente sí lo hacen, pero sólo en el comienzo y en el final de sus historias (como Antonio y Milly). 

Primero Jerry (Woody Allen), un productor retirado de ópera, se encuentra en un viaje hacia Roma con su esposa Phillys (Judy Davis) para visitar a su hija Hayley (Alison Pill), la cual tiene "comprometida" en su estado de facebook con Michelangelo (Flavio Parenti), un joven que conoció en Roma. En un momento Jerry se reúne con Giancarlo (Fabio Armiliato), el padre de Michelangelo y nota rápidamente su talento natural para la ópera. Al darse cuenta de la potente voz de Giancarlo en la ducha, decide utilizarlo para explotar su voz. 

Por otra parte, John (Alec Baldwin), un famoso arquitecto, es visto por Jack (Jesse Eisenberg), estudiante de arquitectura que admira su trabajo. En una conversación estilo "bla bla" le invita a su departamento donde vive con su novia Sally (Greta Gewig), para mostrarle sus trabajos. Cuando aparece Monica (Ellen Page), la confiada, obsesionada y dominante mejor amiga de Sally, Jack se siente atraído por su magnética persona; y John juega un rol esencial, ya que actúa como mentor de Jack en ese embrollo. Aunque da la impresión de que a veces es invisible para todos menos para Jack o Mónica. En otras palabras, es como si fuera su consciencia opinando de forma cínica ante las cosas románticas que pasan (un narrador omnisciente). 

Una historia que encontré como una distracción total es la que envuelve las infidelidades separadas que suceden entre Milly (Alessandra Mastronardi) y Antonio (Alessandro Tiberi), una pareja recién casada que cuando se separa durante un día, se ven rodeados de situaciones extramaritales por ambas partes; especialmente cuando se aparece Anna (Penélope Cruz), una prostituta de tercera que por equivocación se aparece en el apartamento de Antonio mientras la "inocente" Milly se encuentra accidentalmente perdida en Roma. 

Definitivamente, las escenas más entretenidas son las de Roberto Benigni. No sé por qué, pero de solo verlo me río. Interpreta a Leopoldo Pisanello, un típico trabajador de oficina que de la noche a la mañana se ve rodeado inexplicablemente de paparazis y reporteros. Así en el camino se da cuenta de qué precio tiene la fama para poder disfrutarla. 

El filme no se enfoca en lo romántico para nada. Es sólo otra comedia donde Allen nos muestra su típico cliché de las infidelidades entre parejas; cosas que suceden muy a menudo en su mundo. Los chistes son vagos, decepcionantes y aunque me dieron pequeños momentos de risas, lo lograron, pero sólo en el principio, cuando las historias toman lugar. Curiosamente las mejores escenas la tiene Roberto Bengnini en su extraña historia de fama. 

Ahora que lo pienso detenidamente Woody Allen no actúa en su propia filmografía desde Scoop (2006). No sé qué lo hizo volver, pero lo que sí sé es que, tres de cuatro historias en esta película me resultaron secas. Si se ve desde otro punto de vista, satiriza cada una de estas historias - la ópera, los paparazzis, las infidelidades y la fama - junto con personajes que, por así decirlo, no tienen ningún tipo de desarrollo de personalidad

Las escenas tienen un ritmo apresurado que se tornan mucho más difíciles de apreciar con unos diálogos sobrescritos, los cuales se apoyan en el sarcasmo para tratar de generar gracia; peor aún, terminan desconcertándonos. Creo que a Woody Allen se le acabó el combustible en su tanque de diálogos astutos; tendrá que llenarlo nuevamente. 

Aun llamándola "Bop Decameron" o "Nero Fiddled" las historias de esta película no están claras, se llenan de surrealismo y se olvidan en el camino de cómo explicar los raros sucesos que acontecen a los personajes. Por eso To Rome With Love no satisface a través de sus distracciones argumentales. Me hizo sentir que tenía un año viéndola.



  4/10




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