Crítica de la película 'El gran maestro'

El gran maestro

La Historia del maestro de artes marciales Ip Man.


Duración: 2 hr. 10 min.
País: Hong Kong
Director: Kar Wai Wong
Guion: Wong Kar-Wai, Xu Haofeng, Zou Jinzhi
Reparto: Tony Leung Chiu Wai, Zhang Ziyi, Zhao Benshan, Chang Chen



Crítica de la película 



En el instante que observaba el prólogo sosegado -bajo la lluvia- de "The Grandmaster (Yi dai zong shi)", sentía que lo que Wong Kar-wai quiere transmitir, no es solo su vibrante estilo fílmico, sino la mezcla extravagante de peleas de artes marciales y de poesía visual para exhibir la vida de uno de los más grandes maestros del Wing Chun.

O sea, la película está claramente detallada, y nos proporciona emoción a través de las imágenes para enfatizar el estado de ánimo de los personajes durante algunas escenas. Esto, en efecto, construye un dramatismo profundo que le otorga una aproximación filosófica al asunto. Así que, básicamente, tiene más envergadura de drama que de cinta de acción convencional. Y esto Wong lo logra disminuyendo las secuencias de artes marciales para dejar fluir la estructura narrativa.

Por eso a diferencia de todos los biopics que he visto sobre Ip Man, en un aspecto metafórico, esta los supera por gran margen. Evidenciado, claro está, al presentar la ocupación del maestro Ip Man (Tony Leung Chiu Wai) en un episodio donde la degradación social y moral del pueblo chino comenzó a afectar el sentimiento colectivo de todos sus ciudadanos; incluyéndolo a él, que termina huyendo hacia Hong Kong.

En cierto punto, la historia se separa para formar lo que sería dos arcos argumentales con narradores múltiples. El primero, desde la perspectiva de Yip Man, mientras le busca sentido a su infortunio en Hong Kong y, el otro, desde el punto de vista de la familia Gong, encabezada por Gong Er (Zhang Ziyi), una maestra de artes marciales que enfrenta la extinción del linaje de la escuela de su padre, el maestro Gong Yutian (Wang Qingxiang). Aparte de ellos, también se muestra, en breves escenas, a "The Razor" Yixiantian (Chan Cheng), otro maestro afectado por la situación social expuesta.

De esos personajes, es una pena que The Razor tenga tan poca presencia escénica, ya que es, en mi opinión, uno de los más sugerentes de la trama, a pesar de que su historia parezca irrelevante. En cambio, Tony Leung -fiel colaborador de Wong Kar-wai- interpreta a Ip Man con características de personalidad muy complejas. Es más impasible, sagaz, arrogante e intuitivo que los que hemos visto. Quizá es la proyección que Wong tiene hacia el desarrollo del personaje con el fin de lograr un entonación más realista.

Ahora bien, es inevitable mencionar que los setpieces de las escenas de acción están constituidos de una manera espectacular. Cada movimiento o golpe filmado en primer plano -y plano de inserto- con cámara lenta (slow-motion), le otorga otra dimensión a las secuencias. Al hacerlo, Kar-wai logra diversificar la visión de las peleas cuando Ip Man patea traseros. Por esa razón es una película kung-fu muy diferente a los típicos films del género. Es un filme de "pelea menos, habla más, observa más". Es decir, detrás de las impactantes secuencias de pelea y de los diálogos astutos, se oculta un simbolismo con un resultado coherente que en ningún momento pierde el sello artístico. Además de usufructuar una fotografía deslumbrante en todos los planos.

Sugiero que tengas paciencia, porque aun teniendo un ritmo escénico estrictamente minucioso, es una épica de artes marciales poética y atestada de diálogos filosóficos que pone a meditar sobre las cuestiones que rodean el destino y la tradición de un arte. Y eso, sea como se vea, es su mayor atractivo.



7/10




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