Crítica de la película 'Terapia de riesgo'

Terapia de riesgo

Una mujer utiliza prescripción de medicamentos como una forma de manejar su ansiedad para enfretar la salida de su marido de la cárcel.


Duración: 1 hr. 46 min.
País: Estados Unidos
Director: Steven Soderbergh
Guion: Scott Z. Burns
Reparto: Rooney Mara, Jude Law, Catherine Zeta Jones, Channing Tatum



Crítica de la película 


La última vez que escuché que Steven Soderbergh se retiraría de hacer películas, me preguntaba cómo sería su última producción cinematográfica; considerando su historial impecable de filmes inolvidables. Probablemente el retiro sea cierto, pero antes nos entrega Side Effects, un enigmático thriller psicológico de esos que destapan varias interrogantes en su trama desde el principio hasta el final. 

Creo que si Alfred Hitchcock estuviese vivo y viera este film estaría sorprendido, pues como una droga sin prescripción Side Effects tiene efectos secundarios en nuestros ojos y es, principalmente, por ocultar una verdad en su trama para despertar la curiosidad. O sea, que tiene MacGuffin. Aunque sea un thriller criminal, tiene el misterio en sus venas y son los personajes los encargados de mostrarlo, con un clímax no tan articulado pero sí efectivo en el largo plazo. 

La trama es víctima fluida de la paranoia, en esta nos enfrentamos a Emily Taylor (Rooney Mara), una mujer pálida y ansiosa, mientras batalla contra una depresión severa que la hace atentar contra su vida en varias ocasiones. Eventualmente termina conociendo al Dr. Jonathan Banks (Jude Law) para controlar su tendencia maniacodepresiva; no sin saber que un medicamento recetado sin prescripción médica generará cambios inesperados entre su estado mental y las personas que la rodean. 

Todos los personajes, en especial los interpretados por Rooney Mara y Jude Law (el psiquiatra-convertido-a-detective), son víctimas del engaño, algunas veces auto-impuesto, para intrigar con su propósito. Las de Channing Tatum y Catherine Zeta-Jones, en mi opinión, están para rellenar el hueco alrededor de su impredecible trama. Cada interpretación tiene su valor escénico, y aunque una que otra se intercambia protagonismo en el transcurso, no dejan de ser actuaciones aceptables. 

Esta vez Soderbergh repite con su colaborador Scott Z. Burns (Contagion) con un guion no tan impactante pero si intrépido e inteligente cuando configura los personajes con relación al misterio que los rodea. Así acercándose al nudo, uno ni siquiera tiene idea de lo que está sucediendo en realidad. Quizá lo hicieron de esa forma para intrigar con una historia retorcida. 

Ya hemos visto este tipo de cine en el mundo Soderbergh, así que no sorprende tanto, pero si lo podemos aceptar. Side Effects es un filme sobre las consecuencias, consecuencias de una acción relacionando con el "abuso" de medicamentos farmacológicos. Pero por encima de eso, esconde fortuitamente temas sobre corrupción dentro de ese mundo y las conspiraciones llevadas a cabo para fines malévolos. Básicamente una metáfora de la sociedad contemporánea, en donde la manipulación de información es vital para una conspiración de cualquier tipo. 

Thomas Newman también está aquí y deja sentir los efectos secundarios de su banda sonora original con una música atmosférica y oscura, adecuada a las características auditivas que demandan estos tipos de thrillers. 

Aunque no contenga el calibre argumental de las mejores de Steven Soderbergh, Side Effects es una película de suspenso aceptable cuando emplea la dosis adecuada de misterio, sin llegar al punto de sobredosis. Sospecho que, sorprenderá fuertemente algunos espectadores, ya que al fin y al cabo es lo que este realizador sabe hacer en cada una de sus películas, asombrar con temas controversiales que sacuden una sociedad.

Calificación: 6/10




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