Crítica de la película 'Sicario' (2015)

Sicario

En la zona fronteriza que se extiende entre Estados Unidos y México, una joven e idealista agente del FBI es reclutada por un oficial de una fuerza de élite del Gobierno para ayudar en la creciente guerra contra el narcotráfico.

Crítica de la película 


Se los puedo decir con toda seguridad: esta historia de Sicario la hemos visto miles de veces en el cine. Incluso las palabras "droga" y "cartel" hoy en día suenan más que "jodido" y "preso". El narcotráfico vapulea todas las partes de la sociedad, y a veces en la ficción del cine también.

Y quizá eso ya lo sabíamos, por esa razón con esta película Denis Villeneuve tiene sus intenciones claras al ejecutar algunas secuencias acción que son algo tensas, pero se queda a medio camino cuando plantea las cuestiones morales que hay detrás de la lucha contra el narcotráfico desde el punto de vista de una agente idealista.

Aunque no sabemos verdaderamente qué pasa allí, en algunas escenas se ofrece una mirada ácida del salvajismo y el clima amenazador que acarrea ese bajo mundo en la Ciudad Juárez y que solo vemos en los noticieros. El problema es que el dramatismo de este thriller va perdiendo pulso cuando toca la idea de que la violencia extrema de los carteles de la droga de México son el producto de una corrupción política de Estados Unidos. Ésa es su flojedad: la propaganda estadounidense.

Por eso apunta a la tensión que causa el conflicto del narcotráfico en el que se ve inmersa la agente del FBI Kate Macer (Emily Blunt), pero sin ni siquiera tener la cara dura de profundizar en los motivos de la historia de los personajes que exhibe. Solo nos limitamos a sentir la ansiedad que pasa por los ojos de Macer.

Si bien la dirección de Villeneuve 
(IncendiesEnemyPrisonerstiene sus momentos de intensidad con algunas secuencias de acción, la historia de la agente Macer queda dañada por los hoyos del guion. A veces parece que ni la historia es de ella. Su protagonismo queda eclipsado en el tercer acto por la introducción del misterioso Alejandro Gillick (Benicio Del Toro), el cual tiene su propia agenda para los sicarios. Así se convierte en dos historias dentro de una historia con dos perspectivas distintas.

Pero no hay que verlo tan mal, la película no está del todo perdida. Porque las actuaciones de Emily Blunt y, muy especialmente, Benicio Del Toro le dan credibilidad a los gestos y a la psicología de sus personajes. Y hay que darle el crédito a Del Toro. Interpreta a un Rambo de Medellín, a un exterminador de capos y a un agente sombrío que le importa una hez lo que pasa en el mundo, y todo en el mismo paquete. Incluso el enigma de su pasado y su indiferencia moral lo hacen realmente interesante en su camino de venganza personal.

Más allá de ahí, puede parecer visualmente atmosférica en el aspecto fotográfico que capta la cámara del gran Roger Deakins en las escenas fronterizas, pero aun así la historia me resulta un poco aburrida.

Ficha técnica:
Duración: 2 hr 01 min.
País: Estados Unidos
Director: Denis Villeneuve
Guion: Taylor Sheridan
Música: Jóhann Jóhannsson
Fotografía: Roger Deakins
Reparto: Emily Blunt, Benicio Del Toro, Josh Brolin, Jon Bernthal, Daniel Kaluuya



6/10




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