Las 10 mejores películas de 2016



A estas alturas nos hemos dado cuenta de que ya es una costumbre mencionar todos los años las mejores películas estrenadas durante el periodo. Como bien sabemos, cada año siempre se estrenan dos o tres películas que se distinguen del resto por su edificación pletórica y por la evidente superioridad estética (por supuesto, hablamos de forma subjetiva). Por eso es hora de hablar de las mejores películas del 2016. 


La selección confirma que estas son las películas que valen la pena repetir una o dos veces más. Por supuesto, algunas más que otras. Asimismo la lista se irá actualizando a medida que entren nuevas películas.



A continuación veamos el listado:



10. Manchester by the Sea





A pesar de ser un drama afectivo sobre el sufrimiento de una persona, por momentos reímos y casi lloramos. Es un cine sincero que es alérgico a la tragedia fácil. Casey Affleck ofrece una actuación sumamente conmovedora.


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9. Captain Fantastic





Por momentos, al ver el afiche de la película pensaríamos que se trata de otra obra de Wes Anderson, pero nos equivocamos al saber que Matt Ross ha creado su propia estética con la efigie de una familia desconectada de la realidad social. Los personajes se sienten vivos y pícaros, incluyendo a Viggo Mortensen como Ben, el padre de los jóvenes, quien ofrece una tremenda actuación.


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Para ser una película de policías persiguiendo rateros tiene una tensión inquietante que me ha enganchado desde el principio hasta el final con el relato de los parientes desesperados en momentos dificultosos (la crisis económica de una familia). Es el western moderno de David Mackenzie.


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7. Hunt for the Wilderpeople



La aventura de Ricky Baker (ese gordito rapero que ven en el póster) es una experiencia inolvidable. Hay risas, persecuciones, encanto, conflictos familiares, naturaleza. Es una de las mejores comedias de mayoría de edad de Nueva Zelanda y una de las mejores del año.




6. Jackie





La crónica de siete días en la trágica vida de Jacqueline Kennedy después del asesinato de su esposo, John F. Kennedy, es algo difícil de olvidar con la descomunal actuación de Natalie Portman. Jackie es la película más efectiva del chileno Pablo Larraín.



5. Sing Street




Aquel que no le guste "Sing Street" debería ir a un doctor a revisarse, porque esencialmente la chispa de nostalgia que desprende es algo destinado a personas de todas las edades y épocas. Tiene estupendas actuaciones, personajes carismáticos, una increíble banda sonora y una trama verdaderamente divertida que nos confirma que Carney ha revivido la magia de los musicales.


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4. Arrival





Hay que decirlo claro para que se entienda bien, Arrival es una experiencia cerebral de ciencia-ficción. Su originalidad nos dice que todavía se puede hacer una película de extraterrestres que trate temas distintos y provocativos que despierten el letárgico cerebro. Villeneuve es un maestro.


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La psicología retorcida de The Handmaiden (Ah-ga-ssi), nos recuerda la genialidad con la que Park Chan-wook crea escenas inolvidables, y eso es un placer que no tiene precio. Su distinción ha alcanzado un nuevo pico en el thriller de misterio con la crónica audaz de la simpatía de la trampa. Ahora la violencia de viene erotizada.


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Aquí se paran las aguas. Es el musical de la década. Es un homenaje al cine y a la universalidad de la música, pero es también una agridulce historia de amor ensimismada en el falso optimismo de los sueños que se interponen con la realidad cuando cambian con el paso del tiempo. Su encanto nos dice que la magia de los musicales todavía sigue más viva que nunca.


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Podemos describir a Toni Erdmann diciendo que es una tragicomedia que recurre a lo irrazonable para hacernos reír y a la melancolía para conmovernos. Pero es algo más que eso, es un drama extraordinario. Es una experiencia cinematográfica que encierra una crítica mordaz de la sociedad moderna cristalizada con la relación de un padre chistoso y su estresada hija. Es una insólita película que logra que uno llore y se ría en una misma escena.


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Capitán Fantástico

En los bosques del noroeste del Pacífico, Ben Cash, un padre dedicado a criar a sus seis hijos con una educación física e intelectual rigurosa se ve obligado a abandonar su paraíso y entrar en el mundo, desafiando a su idea de lo que significa ser un padre.


Ficha técnica
Año: 2016
Duración: 1 hr. 58 min.
País: Estados Unidos
Director: Matt Ross
Guion: Matt Ross
Música: Alex Somers
Fotografía: Stephanie Fontaine
Reparto: Viggo Mortensen, George MacKay, Missi Pyle, Kathryn Hahn

Crítica de la película


Ahora confirmamos oficialmente que la locura pletórica que se apodera de Captain Fantastic, es lo que logra engancharnos de principio a fin con la peculiar historia del excéntrico padre que tiene la difícil tarea de criar a sus seis hijos aislado de la sociedad y perdido en las profundidades de un bosque. Quizá parezca algo raro, pero realmente se trata de una película original que invita a la reflexión social.

 

La razón por la que nos pone a reflexionar es porque consigue balancear la comedia y el drama a través de unos temas que apuntan al funcionamiento de la sociedad. Y son mensajes que se repiten con intensidad para criticar el ‘establishment’, los tabúes sociales, la religión, la política, el consumismo, la tecnología, el sistema médico, el sistema educacional y todos los aparatos cívicos que desvirtúan al hombre de su verdadera esencia. Y la moraleja es mucho más linda cuando es tratada desde el punto de vista de un padre supervivencialista que compra una falsa utopía para vendérsela a sus descendientes.

 
 

El director Matt Ross, quien ya habíamos visto en roles secundarios, hace que la ejecución de cada escena sea fantástica por la manera en la que le otorga un atractivo caricaturesco a los personajes para que se sientan empáticos sin caer en estereotipos baratos. Su fábula habla de la responsabilidad paternofilial, pero también del humanismo secular del hombre civilizado. Para ser su segunda película le ha quedado de maravilla.

 

Los inicios de esta preciosa historia se desarrollan en las hondonadas de una selva apartada de la civilización donde Ben Cash (Viggo Mortensen), un papá cercano a las tendencias hipsters y a las mañas hippies, ha durado diez largos años viviendo en el remoto boscaje. Allí, educa a sus hijos para enseñarles a pensar de forma crítica. También los enseña a sobrevivir como cazadores-recolectores usando técnicas autosuficiencia.

 

Así lo atestiguan Bodevan Cash (George MacKay), Kielyr Cash (Samantha Isler), Vespyr Cash (Annalise Basso), Rellian Cash (Nicholas Hamilton), Zaja Cash (Shree Crooks) y Nai Cash (Charlie Shotwell), quienes además de tener unos nombres insólitos que parecen sacados de The Hobbit, alimentan su curiosidad intelectual y su libre pensamiento escuchando las filosofías de su progenitor. Crédito a los jóvenes actores por tan apreciada química. Parecen niños superdotados, pues saben de todo, desde entrenamiento médico hasta las habilidades de supervivencia. Como han vivido aislados del orbe social a causa del adoctrinamiento obsesivo de su patriarca, han adquirido sapiencias en varias ramas del saber; sin embargo, a causa de esto desconocen algunas normas sociales y el progreso tecnológico.

 

Ben, quien está magníficamente interpretado por Viggo Mortensen, quiere ser el maestro perfecto, obsesionado con el conocimiento y el rechazo del consumo organizado. Su misión es la de proteger a sus hijos de los peligros de la sociedad cueste lo que le cueste. Es lo más cercano a un anarcoprimitivista que probablemente tiene un pasado enlazado al modo de vida norteamericano y a la desilusión capitalista. Algo le tuvo que haber pasado para rechazar la sociedad escudándose detrás del ecocentrismo. Aunque destila arrogancia, nunca se olvida del coraje y del cariño para proteger a sus hijos con sabiduría. Es un personaje saturado de persuasión.

 

Leyendo el título pensábamos que se trataría de una película de superhéroes, pero nos hemos llevado una grata sorpresa con esta tragicomedia familiar. Irónicamente, en los mejores momentos Ross celebra el heroísmo de un padre que cuida a sus hijos con un estupendo guion y con unos personajes inteligentes que nunca alteran los ánimos de entretener. El viaje cómico por la carretera de la familia viene con emociones.




8/10


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Horizonte profundo

Basado en los eventos sucedidos en el Golfo de México en abril del 2010, cuando el accidente petrolífero de la plataforma Deepwater Horizon causó una de las catástrofes medioambientales más graves causadas por el hombre.


Ficha técnica
Año: 2016
Duración: 1 hr. 47 min.
País: Estados Unidos
Director: Peter Berg
Guion: Matthew Sand, Matthew Carnahan
Música: Steve Jablonsky
Fotografía: Enrique Chediak

Reparto: Mark Wahlberg, Kurt Russell, Kate Hudson, John Malkovich, Dylan O'Brien, Gina Rodriguez,

Crítica de la película


Los eventos de la 'Deepwater Horizon,' aquella plataforma petrolífera arrendada a BP ('British Petroleum') que explotó y se hundió en las aguas del Golfo de México el 20 de abril de 2010, es algo que todos recordamos porque la magnitud del desastre causó daños inconmensurables al ecosistema marino y al medio ambiente en general. Algunos lo llaman “el accidente marino de vertido de petróleo más grande de la historia”. Pero uno (que obviamente no estaba allí) se pregunta, ¿cómo sucedió dicha catástrofe? ¿Qué sucedió antes de la aterradora crisis?


Son esas preguntas que el director Peter Berg nos responde con su nueva película, Deepwater Horizon, quien contando con la destreza para el relato basado en hechos reales, nos cuenta las vicisitudes que condujeron a la tragedia desde el punto de vista de los supervivientes. Y consigue el efecto dramático deseado porque el ritmo de la trama es inquietante, pues en ningún momento deja de engancharnos con el suspenso que brota desde las entrañas de la torre de fuego.



Esta dramatización también cuenta con buenas interpretaciones del reparto encabezado por Mark Wahlberg (quien ya había trabajado con Berg en Lone Survivor), Kurt Russell, John Malkovich y Gina Rodriguez. Este equipito de actores logra convencernos con los personajes que interpretan.


La historia comienza en abril de 2010 en la 'Deepwater Horizon,' una plataforma petrolera operada por el contratista privado Transocean, la cual tiene como objetivo perforar las profundidades del océano para extraer el preciado líquido negro: petróleo.


El protagonista Mike Williams (Mark Wahlbeg) y su superior, Jimmy Harrell (Kurt Russell), se sorprenden al saber que los trabajadores asignados para verter el cemento que mantiene estable a la perforadora han sido despachados por el supervisor de BP, Donald Vidrine (John Malkovich), sin realizar la prueba de presión que gradúa el nivel de la perforación. Lo que desconocen es que ese simple error humano es el detonante de algo catastrófico que está a punto de suceder.


La habilidad con la que Berg maneja cada rincón de este thriller biográfico es lo que realmente hace que sea una película sólida. La mayor parte del tiempo construye una atmósfera de pánico y de claustrofobia para que los personajes comiencen a sentir el peso de sus acciones. A veces suelta planos simbólicos para anticipar las consecuencias del infortunio. Y nos coloca en medio del peligro para atestiguar el enorme terror al que se exponen los personajes.


La película, para ser un drama fundado en un hecho real, me ha conseguido entretener con el estado de tensión mecanizado por la historia de estos personajes comandados por Mark Wahlberg como Mike Williams, quien juega el papel del héroe común que intenta salvar las vidas de los colaboradores. Y agrada saber que el heroísmo se siente verosímil y poco exagerado.


Lo importante es que está bien narrada cuando el relato del torreón infernal entra en acción. En ese instante somos testigos del espantoso caos de una calamidad que, además de emocionarnos, también nos invita a la reflexión.



7/10


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Florence Foster Jenkins

La historia de Florence Foster Jenkins, una heredera de Nueva York que soñaba con ser una cantante de ópera, a pesar de tener una voz de canto terrible.


Ficha técnica
Año: 2016
Duración: 1 hr. 50 min.
País: Reino Unido
Director: Stephen Frears
Guion: Nicholas Martin
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Danny Cohen
Reparto: Meryl Streep, Hugh Grant, Simon Helberg, Nina Arianda, Rebecca Ferguson

Crítica de la película


Debo reconocer que esta película, Florence Foster Jenkins, me ha hecho reír mucho. Casi muero de un infarto de tanto reírme. Me he reído bastante con la historia de la soprano estadounidense que se hizo famosa, irónicamente, por su completa ineptitud para el canto. Y se me hace todavía más interesante al saber que la vida de esta mujer que cantaba mal está basada en hechos reales.


La intención del director británico Stephen Frears, es la de contar la biografía de Florence Foster Jenkins usando los dotes actorales de la fabulosa Meryl Streep, quien en diversos papeles nos ha confirmado que tiene voz para cantar y para imitar acentos. Y todo le queda de maravilla interpretando a la cantante aficionada que canta ingenuamente, aun ignorando que le haría un favor a la humanidad si deja de hacerlo porque solo un sordo podría tomarse en serio las notas que salen de su boca.



Frears (The QueenPhilomena) también nos habla de las frivolidades de una sociedad hipócrita embriagada por la vergüenza, sobre todo porque doña Florence, a pesar de ser una excéntrica sesentona que padece el síndrome de María Callas, desconoce que su mágica incompetencia para la ópera es una fuente certera de burlas sarcásticas y de ácidas críticas. Aunque eso no evita que ella cante, lo indudable es que su amor por la música es lo que la motiva a realizar sus sueños.


La gente puede decir que no puedo cantar”, dice Florence a su cónyuge, “pero nadie puede decir que no canté”. Y la entendemos, pues es mejor morir en el intento que no intentarlo. La historia de Florence Foster Jenkins (Meryl Streep) comienza en la ciudad de Nueva York en los años 40, donde vive una aburguesada vida social con su esposo, el actor shakespeariano St. Clair Bayfield (Hugh Grant).


Como melómanos, disfrutan de las joyas melodiosas de Mozart, Beethoven, Chopin, Wagner, Brahms, Verdi y otros grandes compositores de la música clásica y de la romántica. Para ello fundan el Club Verdi, un grupo selecto del clan de la jactancia elitista que se reúne para celebrar la pasión que tienen por la música. Pero Florence tiene otra ambición latente: interpretar ópera. Lo que no sabe es que su ingenuidad y su actitud para vanagloriarse, le impiden reconocer que tiene una pobre habilidad para ser una soprano entusiasta.


Lo más disfrutable de esta comedia dramática es el inmenso efecto de gracia que consigue Meryl Streep como Florence Foster Jenkins. Hace que todas las escenas de Florence se sientan emotivas por la solazada manera en la que expresa su vanidad cuando se relaciona con la gente de su estirpe. Si bien es alegre, genuina y un tanto petulante, detrás de toda esa cortina de fruslería esconde el retrato de una mujer que atestigua la tragedia. Y lo sabemos una vez que la enorme falta de destreza para la melodía no le imposibilita que siga cantando ópera con el fin de satisfacer sus anhelos más profundos.


A Streep también la acompañan buenos intérpretes con excelentes actuaciones. Hugh Grant logra una estupenda actuación como St. Clair Bayfield, el esposo hedonista de Florence que, a diferencia de sus infidelidades y su extravagante estilo de vida, la quiere porque comparte con ella el mismo sentimiento de fracaso, pues antes era actor shakespeariano que no lo querían ni en su casa. También damos crédito al secundario Simon Helberg como Cosmé McMoon, el pianista amanerado contratado por Jenkins para sus lecciones musicales, quien logra encantar por sus gestos exagerados.


Para ser una comedia dramática que cuenta el relato biográfico de una artista incompetente para la vocalización resulta verdaderamente entretenida. Y aunque posee una detallada reproducción del período y una portentosa banda sonora de Alexandre Desplat, la tragicomedia biográfica de Florence Foster Jenkins funciona porque a Meryl Streep le da la gana de entregar una sólida interpretación. Eso es más que suficiente para que sea agradable.



7/10


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Rogue One: una historia de Star Wars

El Imperio Galáctico ha terminado de construir el arma más poderosa de todas, la Estrella de la muerte, pero un grupo de rebeldes liderados por Jyn Erso decide realizar una misión de muy alto riesgo: robar los planos de dicha estación antes de que entre en operaciones.


Ficha técnica
Año: 2016
Duración: 2 hr. 13 min.
País: Estados Unidos
Director: Gareth Edwards
Guion: Chris Weitz, Tony Gilroy
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Greig Fraser
Reparto: Felicity Jones, Diego Luna, Ben Mendelsohn, Donnie Yen, Jiang Wen, Mads Mikkelsen, Forest Whitaker,

Crítica de la película


Reconozco que soy un fanático de Star Wars. En un par de ocasiones he repetido la saga completa de las películas para saborear la rica fantasía cósmica que desprenden los líos en los que se mete una caterva de monjes con sables de luz (los Jedi y los Sith) a través de generaciones. Y cuando me enteré de que expandirían la mitología de este universo con una serie de spin-offs situados antes de la trilogía original, me puse tan contento como un mocoso embelesado y solo pensaba en el anticipado momento que se estrenara la primera para ver lo que podían hacer con la antología.


Pues bien, ya se ha estrenado Rogue One: A Star Wars Story, el primero de los tres. Y ahora que lo hemos visto solo deseamos que la Fuerza acompañe a todos los que vayan a verla, porque, efectivamente, es una ópera espacial que a pesar de tener diminutos períodos de sorpresas digitales, se queda sin fuerza para contar la historia del grupito de rebeldes que intentan robarse unos planos, que como bien sabemos, le pondrían fin a la Estrella de la Muerte (aquella estación planetaria que destruye mundos enteros) en uno de los eventos más importantes de toda la línea temporal de Star Wars.



No se puede negar que la intención de este director, Gareth Edwards (Godzilla), es la de evocar la nostalgia con muchísimas referencias que aluden al estilo visual de Star Wars: Episode IV - A New Hope, además de llevarnos a lugares de la galaxia que no habíamos visto antes y a otros que resultan familiares. Pero no le veo la gracia, no le veo la emoción a la historia de Jyn Erso y de los acartonados personajes secundarios que la acompañan.


La historia de Jyn Erso (Felicity Jones) es la de una mujer fría y reservada que por su triste pasado decide rebelarse contra el Imperio Galáctico. En su viaje se une a la Alianza Rebelde y termina conociendo al subversivo Cassian Andor (Diego Luna) y al sarcástico droid, K-2SO (voz de Alan Tudyk). La misión de estos revolucionarios es la de robar los esbozos de la Estrella de la Muerte para destruirla y combatir al malévolo Imperio Galáctico.


Aunque la motivación de Erso siempre está clara: reunirse con su padre, la manera tan forzada con la que se une a Cassian, K-2SO, Saw Gerrera (Forest Whitaker), Bodhi Rook (Riz Ahmed), Chirrut Îmwe (Donnie Yen) y Baze Malbus (Jiang Wen) impide que sea una protagonista interesante. Sin mencionar que la siguen como si fuera una líder de antaño cuando apenas se ha involucrado en el conflicto. Lo mismo pasa con los secundarios por la falta de desarrollo de las motivaciones y de cada pedazo de diálogo que sale de sus bocas. Solo K-2SO y Chirrut proveen algo de humor con lo que dicen en algunas de las escenas.


Edwards también apunta a la diversidad, pues la protagonista es nuevamente una mujer, y los personajes que se encuentra en el camino son actores de distintas etnias, algo que vemos muy bien aunque no tengan nada de química cuando se relacionan.


Todo se mueve al son de la repetición superflua. Aunque hay algunas secuencias de acción que son efectivas cuando están acompañadas de la banda sonora de Michael Giacchino, en un claro homenaje musical a la legendaria composición de Star Wars de John Williams, la narración del tercer acto comienza a sentirse desarticulada, prolongando la batalla final innecesariamente solo para que entre en juego la predecible conclusión que se conecta con el principio de “A New Hope”.


Puede que tenga un gran diseño de producción, de vestuario y muchos guiños de la tradición como los stormtroopers, los Star Destroyers, los caminantes AT-AT, la aparición CGI de Grand Moff Tarkin (Peter Cushing), los primeros planos de los pilotos del Escuadrón Rojo y la aparición de Darth Vader, pero la ejecución de la fórmula está realizada con una holgazanería galáctica que nunca la despega de lo convencional.



6/10


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Sin nada que perder

Un padre divorciado y su hermano ex-convicto recurren a un desesperado plan para poder salvar la granja familiar, en el oeste de Texas.


Ficha técnica
Año: 2016
Duración: 1 hr. 42 min.
País: Estados Unidos
Director: David Mackenzie
Guion: Taylor Sheridan
Música: Nick Cave, Warren Ellis
Fotografía: Giles Nuttgens
Reparto: Jeff Bridges, Chris Pine, Ben Foster, Gil Birmingham


Crítica de la película


Hay que decirlo de una forma clara para que se entienda bien: esta película, Hell or High Water, es una de las mejores películas del año. Y es una prueba de que este señor, el director escocés David Mackenzie (Starred Up), ha conseguido un western moderno que no tiene nada que envidiar a películas similares como No Country for Old Men, de los hermanos Coen, pues ejecuta la película con un ritmo sólido que nunca altera la narración de la historia de los hermanos que roban bancos para saldar una vieja deuda.

 

La idea de Mackenzie es trasladar los elementos de los westerns clásicos y de los thrillers de robo al escenario contemporáneo de Texas. Y la cosa le queda de maravilla. Vemos al alguacil astuto que quiere cazar a los ladrones, al indio comanche que es el fiel compañero del alguacil, a los ladrones que asaltan por una razón específica, a la familia de los ladrones, a la granja de la familia, a los caballos convertidos en carros, y, por supuesto, los enfrentamientos a tiro limpio.

 
 

Este es el género del ‘western nuevo’ o ‘neo-western’, y la película lo utiliza de una manera escueta que jamás cae en los clichés innecesarios. Lo interesante es que la trama de los hermanos forajidos también encierra una parábola capitalista de los efectos de la crisis económica en la que los hombres buenos renuncian a la moralidad social con tal de buscar dinero para sacar a su familia de la pobreza. En su balanza solo hay agua o infierno.

 

El guion de esta cacería de criminales lo ha escrito Taylor Sheridan (Sicario). Los protagonistas Toby (Chris Pine) y Tanner Howard (Ben Foster), son dos hermanos involucrados en los escamoteos de bancos en el estado de Texas. Al principio parece que lo hacen por diversión, pero luego nos damos cuenta de que han recurrido a ese desmoralizado plan para poder salvar la propiedad de la familia que ha sido incautada por el banco a causa de la gran deuda acumulada.

 

Sin embargo, su racha de ratería se ve truncada por Marcus Hamilton (Jeff Bridges) y por su amigo Alberto Parker (Gil Birmingham), dos Rangers de Texas que tienen su propia agenda para los robadores.

 

La calidad de los intérpretes no tiene desperdicios. Están estupendamente interpretados por Chris Pine, Ben Foster y Jeff Bridges. Este trío de actores consigue que los personajes se sientan vivos en cada pedazo plano en los que aparecen. Y en el trayecto conocemos los trasfondos enterrados debajo de los motivos de sus personajes para sentir empatía hacia sus acciones.


Bridges, como el agente en víspera del retiro que quiere recuperar la energía de las antiguas persecuciones, es solo una muestra de la naturalidad y de la convicción con la que domina las escenas. La película le pertenece. Asimismo, Foster, como el exconvicto que se limpia el trasero con la justicia, entrega lo que probablemente sea una de las actuaciones más potentes de su carrera. Es la perfecta contraparte de Bridges. También otorgo créditos para Pine por su rol como el padre divorciado que quiere redimirse por la situación financiera.

 

Uno de los puntos fuertes del film, además de la buena música y de la composición visual que evoca a los viejos westerns encuadrando los grandes planos generales en las praderas texanas, es la riqueza exhibida a través de los diálogos que escupen estos personajes durante las confrontaciones. Algunas veces se expresan con una estupenda chispa de ironía y de humor que logra que sean más profundos de la cuenta.

 

Para ser una película de policías persiguiendo rateros tiene una tensión inquietante que me ha enganchado desde el principio hasta el final con el relato de los parientes desesperados en momentos dificultosos. Aunque siempre mantiene la adrenalina y la seriedad en la colisión de los vaqueros del Nuevo Oeste, sabemos que la intensidad de su viaje pertenece a los caminos familiares del Salvaje Oeste.




8/10


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Snowden

La historia de los acontecimientos que siguieron a la publicación por parte del diario The Guardian de los documentos clasificados que aportó Edward Snowden sobre el programa secreto de vigilancia mundial de la NSA en 2013.


Ficha técnica
Año: 2016
Duración: 2 hr. 14 min.
País: Estados Unidos
Director: Oliver Stone
Guion: Oliver Stone, Kieran Fitzgerald
Música: Craig Armstrong, Adam Peters
Fotografía: Anthony Dod Mantle
Reparto: Joseph Gordon-Levitt, Shailene Woodley, Melissa Leo, Zachary Quinto,


Crítica de la película


Hoy en día todos conocen la figura de Edward Snowden, pero hace un par de años atrás no lo conocían ni en su casa porque era solo un profesional de la computación, oscurecido por la sombra siniestra de los servicios de inteligencia para los que trabajaba. Lo que hizo este turpén de la informática antes de convertirse en el nuevo patriota cibernético fue revelar miles de documentos clasificados sobre la violación de la privacidad cometida por el gobierno estadounidense en todas las partes del mundo.


Snowden es, prácticamente, la razón por la que desde entonces se ha formado una discusión sobre los derechos de la privacidad y de la vigilancia masiva en una sociedad de ‘selfies’ controlada por los medios digitales y por la tecnología. Algunos lo llaman héroe, otros lo llaman traidor. Pero lo que no se puede ignorar es que la influencia política ocasionada por sus actos ha cambiado el tema de la libertad de expresión en el siglo XXI.



Lo que sabíamos era que, debido al gran impacto desatado por la polémica, algún día veríamos una película biográfica, ¿y quién mejor para dirigirla que Oliver Stone? Stone, quien es conocido por dirigir películas de la controvertida existencia política de los Estados Unidos, consigue un thriller biográfico muy eficaz que nos pone cuestionar en todo momento las acciones de Edward Snowden con la historia de un joven conservador, con amplio sentido de la justicia y con una habilidad prodigiosa para usar las computadoras, que se ve perseguido por el gobierno al llevar a luz pública un secreto aterrador.


El protagonista, Edward Snowden, estupendamente interpretado por Joseph Gordon-Levitt, le cuenta detalladamente la situación en la que se ha involucrado a la cineasta Laura Poitras (Melissa Leo) y al periodista Glenn Greenwald (Zachary Quinto) desde el instante en que estuvo en la milicia hasta sus días como analista de inteligencia en los cuarteles de la CIA y de la NSA. Sabe que no tiene mucho tiempo para narrar el acaecimiento porque los agentes del régimen le van a caer encima.


La idea de Stone es presentar a Snowden como una efigie patriótica y como un alertador que se halla encerrado en las dudas de la responsabilidad ética. Utiliza una narración que avanza con presteza para que en cada escena en la que aparece Snowden se despierte un sentido de paranoia engendrado por el espionaje telefónico y computacional perpetrado por la NSA.


La lucha que Snowden mantiene en el exilio para proteger a su país va más allá de su vida cotidiana y de las cuestionables leyes norteamericanas. Su misión es la de concientizar a los ciudadanos de todo el globo con los temas de la invasión de la privacidad, de la información individual y de la vigilancia global, algo que está sucediendo ahora mismo en nuestras narices.


Lo interesante es que Snowden nos pone a pensar en el acontecimiento cubriendo varios años de la vida de Edward Snowden. Y es algo que la prensa nunca pudo ofrecernos. Aunque Laura Poitras dirigió Citizenfour, el aclamado documental de Snowden, Stone es el primero que ofrece un drama político, con el suspenso mesurado y con los ecos de documental por los que es reconocido, para retratar el acontecimiento más relevante de las últimas décadas, por supuesto, a través de una narrativa escueta que nos dice que la intimidad de las personas se encuentra desvestida ante la mirada del ‘establishment’.



7/10


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