Crítica de 'Spider-Man: de regreso a casa': reinicio del arácnido más querido

Después de los acontecimientos del Capitán América: Guerra Civil, Peter Parker intenta equilibrar su vida en secundaria y su carrera como Spider-Man.

Ficha técnica

Año: 2017
Duración: 2 hr 13 min
País: Estados Unidos
Director: Jon Watts
Guion: John Francis Daley, Jonathan Goldstein, Jon Watts, Christopher Ford, Chris McKenna, Erik Sommers
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Salvatore Totino
Reparto: Tom Holland, Robert Downey Jr, Michael Keaton, Marisa Tomei



Crítica de la película


Las apariciones del Hombre Araña en la gran pantalla siempre han causado grandes expectativas. Han pasado cinco películas en las que el personaje fue interpretado, primero, por Tobey Maguire, en las inolvidables de Sam Raimi y, segundo, por Andrew Garfield en un primer reboot que, aunque lo hacía bien, nadie recuerda sus dos películas. Y ahora, para el segundo reinicio, Marvel se las ingenia con Spider-Man: Homecoming para ofrecernos justo lo que queríamos: humor, guiños, sorpresas y mucho entretenimiento.

Este es el reboot del Hombre Araña que merecemos. Incluso, cuando la cabeza de los estudios Marvel, Kevin Feige, había anunciado el pacto con Sony por los derechos del personaje, sabíamos que la expectación de ver a Spider-Man uniéndose al Universo Cinematográfico de Marvel iba a ser muy alta. Ver esta película simplemente lo confirma. Y este muchacho, Tom Holland, el nuevo enmascarado más querido de Nueva York, prueba que está hecho para el papel de Peter Parker, diciéndonos que el personaje ha regresado a casa para quedarse.

La idea de explorar los orígenes de Peter Parker una vez más le da ventaja al director Jon Watts de hacer una película de superhéroes diferente, edificada para renunciar a los elementos del relato de Parker que ya conocemos, como los instantes románticos de la pubertad y el fallecimiento del tío Ben, aunque hábilmente nos deja saber desde un principio que se trata de una historia de mayoría de edad donde se narra la travesía de un adolescente que está construyendo su propia identidad.

En esta ocasión nos encontramos con que Peter Parker (Tom Holland) es un joven que disfruta ser uno de los perdedores del colegio en el que convive con su mejor amigo Ned (Jacob Batalon) recibiendo buenas porciones de bullying. Todavía recuerda el momento en que una araña radioactiva le picó, otorgándole habilidades sobrehumanas que ha decidido usar para ayudar el vecindario neoyorquino.

La vida de Parker no ha sido fácil luego desde los eventos de Captain America: Civil War. Tiene que lidiar con los problemas de la cotidianidad, incluyendo los quehaceres del hogar en el que vive con la sexy Tía May (Marisa Tomei) y la inseguridad que le causa Liz, (Laura Harrier), la chica que le gusta. Asimismo, debe cumplir las reglas que le ha impuesto Tony Stark (Robert Downey Jr.) para controlarse y no causar un caos con sus poderes cuando sale a atrapar criminales, cosa que ignora para combatir a Vulture (un gran rol de Michael Keaton), un villano motivado a robar para sustentar a su familia.

Uno de los aspectos más interesantes de este Hombre Araña es que, como es un muchacho que obviamente no puede costearse su traje arácnido, los gadgets que utiliza, como la telaraña con la que escala rascacielos, son financiados por Tony Stark, quien desde “Civil War” ha demostrado tener una relación padre-hijo con Peter Parker, en la que lo orienta como un mentor que no quiere que siga los pasos de convertirse en Vengador.

Holland consigue el balance exacto para que la interpretación de Peter Parker y del Hombre Araña sea genuina como lo que se describe en los cómics creados por Stan Lee. Interpreta a Parker como un chico vulnerable e ingenuo y a un Spider-Man sarcástico. Saca lo mejor de las pasadas interacciones del personaje y lo proyecta con confianza, luciendo su personalidad con algo fresco y original.

Watts dosifica la trama de la película para equilibrar los matices de los personajes y unas secuencias de acción que resultan espectaculares. En los momentos más sorpresivos apuesta por la diversidad étnica, se aleja de las exageraciones del MCU, de los clichés del cine de adolescentes y evita similitudes con otras películas de Spider-Man. Su cinta está contada con vivacidad y con un ritmo que se sostiene y nos deja con todas las ganas de ver una secuela. Este es el mejor regreso de Spider-Man.


7/10




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