Crítica de la película «El juicio de Viviane Amsalem» (2014)

Según las leyes religiosas judías, en Israel no existe el matrimonio civil ni el divorcio civil, solo los rabinos pueden legalizar la disolución de un matrimonio si existe la posibilidad de que el esposo acepte los términos. Debido a esos estatutos, el término “vivieron felices para siempre” parece una ilusión de las parejas que se pasan los interminables días de felicidad arañándose para poder seguir casados. Es por esto que en el instante en el que comienza Gett y Viviane Amsalem (Ronit Elkabetz) pretende divorciarse de su cónyuge, Elisha Amsalem (Simon Abkarian), el asunto se va cuesta abajo por los senderos de la confusión, pues Elisha, como buen marido machista que ama la misoginia, le niega la desunión a Viviane en la corte una y otra vez hasta el punto de quedar estancados en un limbo legal en el cual los rabinos comienzan a cansarse de las discusiones de la pareja en medio de la audiencia. Ambos han estado comprometidos por más de veinte años, a pesar de que llevan un par años separados, y solo la legalidad los mantiene unidos como un imán de polos iguales. Todo el embrollo hogareño del pasado y el trato que recibió por parte de su compañero ha hecho que Viviane codicie el descasamiento para no convertirse en una marginada social, por lo que lucha ante el Tribunal Rabínico para lograr lo que ella considera como un derecho en una sociedad donde la mujer es tratada como una esclava con las barbáricas costumbres de la edad de piedra. Viviane Amsalem, tremendamente interpretada por la fallecida Ronit Elkabetz, es una hermosa señora que ha aguantado bastante la infelicidad que la ha propiciado la unión con Elisha. Es tolerante, tenaz y nos recuerda que la decencia es lo último que se pierde. Su lucha en contra de su esposo implora la obtención del gett. El gett es el documento conyugal de la ley religiosa judía que debe ser presentado por el consorte para efectuar la separación. Cuando la mujer no está casada las legislaciones de adulterio no aplican para nada. El gett también devuelve a la mujer los derechos legales que tiene el marido en lo que se refiere a ella en un casamiento judío. Y esto es importante para la trama de la película porque, en efecto, una de las posibles razones por la que Elisha le niega la ruptura a Viviane es la acusación de que ha cometido adulterio con Carmel Ben-Tovim (Menashe Noy), el abogado defensor de Viviane. Aunque también es probable que en el pasado haya abusado de ella. Elisha, es el típico hombre conservador que respeta todas las patrañas de las ordenanzas tradicionalistas para que Viviane sienta el peso de su dominio. Está muy bien interpretado por Simon Abkarian, quien consigue que su rostro sea el epítome del orden patriarcal. Esta es una película frugal que resulta muy dramática por la manera en la que las discusiones que dialogan los personajes se intensifican con el paso de cada una de las fascinantes escenas. Además, cuenta mayormente con una sola locación para crear el estado de intimidad y de incomprensión en el que se encierran. La sala judicial es su cárcel. La intensa narración de los directores Ronit y Shlomi Elkabetz nos ha enganchado con el retrato de dos personas que aman odiarse, aunque estén juntos. Su cine denuncia los delirios de una familia israelí que a través de los ojos esconden una grave tragedia familiar. Y las miradas y los silencios se encargan de decirnos lo que piensan los personajes. Los hermanos Elkabetz, en la última película de la trilogía de Viviane Amsalem que comenzó con To Take a Wife y Shiva, estudian el dilema conyugal desde la perspectiva de las instituciones patriarcales, sin perder nunca el pulso dramático. La firmeza de su discurso nos dice que la dignidad de las mujeres israelíes ambiciona una igualdad de condición. Basta con saber que funciona como la voz de todas esas mujeres que han sido silenciadas por un dogma anhelando una libertad, pero que, lamentablemente, es una independencia que ha sido arrebatada por la intolerancia.

Ficha técnica
Título original: Gett
Año: 2014
Duración: 1 hr 55 min
País: Israel
Director: Ronit Elkabetz, Shlomi Elkabetz
Guion: Ronit Elkabetz,  Shlomi Elkabetz
Fotografía: Jeanne Lapoirie
Reparto: Ronit Elkabetz, Simon Abkarian, Menashe Noy,
Calificación: 8/10




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