Una cuestión de género (2018)

Me abraza un agudo aburrimiento viendo este drama legal y biográfico de la directora Mimi Leder sobre la figura de la jueza Ruth Bader Ginsburg. Como película se destaca por su recreación del período y por moderadas actuaciones de Felicity Jones y Justin Theroux, pero no tiene nada que sea cautivador, carece de sustancia porque aborda de forma muy trivial el discurso sobre la discriminación de género y la igualdad. Inserta por la fuerza esa corrección política unidireccional, intrascendente para contentar algunos grupos. Trata la historia de Ruth Ginsburg a partir de los años 50, cuando se da cuenta de que vive en una sociedad patriarcal y decide trabajar como misionera al servicio del feminismo para erradicar cualquier rastro de desigualdad de género en las leyes norteamericanas. Y todo va bien hasta que lo convencional arrasa con toda la narración y me deja perplejo cuando veo que la carrera de esa mujer tan relevante es tratada con tanta ligereza, en una trama descaradamente calculada, previsible, en la que sé de antemano que va a triunfar en los tribunales para que el discurso sobre la feminidad preserve la supuesta coherencia. Los problemas judiciales que combate la heroína son interesantes, pero casi siempre transitan por la superficie, están desarrollados con cierta vacuidad. Los personajes secundarios son colocados como marionetas para que la protagonista pueda expresar algunos diálogos baladíes en situaciones artificiosas. Es un biopic básico, indulgente y muy convencional.

Calificación: 5/10


Crítica breve de la película 'Una cuestión de género', de Mimi Leder.



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