Crítica de 'Un día lluvioso en Nueva York': Woody Allen sin gracia

En mi crítica de esta semana hablo de 'Un día lluvioso en Nueva York', la nueva película de Woody Allen.




Todavía recuerdo la polémica que desató la película reciente de Woody Allen titulada ‘Un día lluvioso en Nueva York’. Comenzó cuando Amazon Studios violó la cláusula contractual para detener el lanzamiento de la película en los Estados Unidos, debido a la controversia desatada por el supuesto caso de acoso sexual en contra del director señalado nuevamente por el vigente movimiento Me Too. Allen presentó una demanda millonaria contra Amazon citando que no había cumplido con las obligaciones contractuales de lanzar la película según lo pactado originalmente, alegando que el estudio había abandonado la película por razones que, como bien sabemos, tienen su raíz en la corrección política. Por suerte la acción legal se resolvió y Allen consiguió los derechos de distribución para el mercado internacional, pero la mancha indeleble dejada por los guardianes de la moral hizo posible que se ganara el rechazo de unos cuantos actores de la película, que terminaron donando su salario para limpiar su imagen.

Afortunadamente, ese suceso ha permitido que la película se estrene por estas aguas latinoamericanas. La he visto pensando que, a pesar de la controversia, se trataría de una cinta atrayente que devolvería la estética de Allen a su período clasicista. Pero veo que me equivocaba. Como comedia romántica tiene algunos momentos fugaces con los tropezones de los protagonistas que se esconden en la lluvia, así como también un precioso estilo visual que retrata la ciudad de Nueva York con la luminosidad de Vittorio Storaro, unos decorados preciosos y una música que adorna las nostálgicas escenas, pero carece de la gracia, del sentido de ironía y de la emoción que se encuentra en otros trabajos del realizador rodados en la metrópoli que nunca duerme. Presiento los clichés que solo sirven para presentar una radiografía satírica sobre el mundo del espectáculo y los dilemas amorosos que adornan la cotidianidad de unos burgueses que tienen la vida resuelta, en un cuento melodramático que roza lo superficial.


Elle Fanning y Timothée Chalamet. Imagen cortesía de Perdido Productions.


La historia de la película describe la vida de un joven llamado Gatsby Welles (Timothée Chalamet), quien es un estudiante muy inteligente proveniente de una familia aburguesada que estudia en el Yardley College y que no está muy contento con su estadía en la universidad ni con el rumbo que toma su existencia. La única razón por la que asiste es porque su prometida quiere terminar su carrera de periodismo en dicha facultad. Posee también unos conocimientos agudos en materia de filosofía, literatura y arte, cosa que presume en los diálogos que sostiene con su novia Ashleigh (Elle Fanning). Su hastío del mundo esnobista al que pertenecen sus padres lo rectifica con ánimos de rebeldía jugando póker en lugares clandestinos. Como Ashleigh tiene pensado viajar a Manhattan para entrevistar a un reputado cineasta llamado Roland Pollard (Liev Schreiber), Gatsby se propone acompañarla con el dinero que se ha ganado para que puedan reanimar su romance visitando los museos, las calles y todo lo relacionado al ámbito cultural de la ciudad de Nueva York.


Jude Law, Elle Fanning y Liev Schreiber. Foto de Perdido Productions.


A partir de ese momento, una llovizna que se amplifica en todas las escenas y un montaje de tiempos alternativos separa a Gatsby y a Ashleigh por la urbe neoyorquina, en una serie de infortunios aparentemente superficiales que los coloca en una vorágine de prejuicios, decepción, coqueteos y celos. 

Ashleigh, la precoz e ingenua muchacha que anhela secretamente pertenecer al círculo de las celebridades, atestigua la insatisfacción del depresivo Pollard que ve como un desilusionado el corte de su película en una sala de cine, consuela al guionista judío Ted Davidoff (Jude Law) cuando este sorprende a su esposa que les infiel con su mejor amigo, y cuando coquetea y se resiste ante los encantos de la superestrella latina del cine Francisco Vega (Diego Luna). En cambio, el solitario Gatsby solventa su crisis existencial divagando por las calles neoyorquinas, participando en la filmación del cortometraje de un colega en el que conoce a la hermana de su ex pareja llamada Shannon (Selena Gómez), tocando en el piano una canción de Frank Sinatra frente a la atractiva Shannon, paseando con Ashleigh por un pasillo del museo decorado con cuadros impresionistas, desilusionándose al pensar que Ashleigh le ha sido infiel, y hasta contratando a una cotizada y bellísima escort de nombre Terry (Kelly Rohrbach) para que lo acompañe fingiendo que es Ashleigh en la lujosa fiesta privada en la mansión de sus padres. 


Selena Gomez y Timothée Chalamet. Imagen de Perdido Productions.


Con estos personajes, muchos de los cuales reflejan una efigie intrínseca de Allen, se consigue lecturas socioculturales sobre la naturaleza de la especulación y la manera superflua en que los medios y las personas perciben la cosificación de la mujer confundiendo la candidez con la atracción sexual. El recelo es el hilo conductor de una percepción equívoca, del hecho que se percibe como auténtico cuando es completamente ilusorio. Y se demuestra por la presencia de la bella Ashleigh (vestida con un color azul pastel que dulcifica su personalidad) cuando despierta los caprichos de esos hombres ligados al orbe cinematográfico y en varios instantes sucumbe ante los recovecos morales que la comprometen y que arruinan su relación sentimental con el muchacho neurótico de vocabulario intelectual, aunque en última instancia ayuda a corregir las inseguridades de todos. Ashley es vista como un objeto del deseo que evoca tensión sexual, a pesar de que se intente ocultarlo debajo de una inocencia calculada y no llega a acostarse con nadie. Tema muy presente en la filmografía alleniana que, en esta ocasión, es disimulado cuando se condena cualquier intento de seducción. Es por esa razón que el rol secundario de Ashleigh cobra mayor fuerza que el de Gatsby.   


Elle Fanning y Timothée Chalamet. Imagen de Perdido Productions.


La película estructura esas situaciones recurriendo a una capa de coincidencias que, inútilmente, lastra el relato hasta el punto en que lo sorpresivo se vuelve reiterativo, favoreciendo una exposición narrativa que depaupera el desarrollo de los personajes y los convierte en figuras vacías de plástico que solo ofrecen una verborrea esnobista en circunstancias triviales que complementan el anacronismo. Se despliega, no obstante, bajo el aguacero que simboliza la melancolía y las preocupaciones algo banales de unos personajes que ignoran su posición social. Son como gotas que caen al vacío para renovarse y revitalizar su esencia, tal y como lo hacen Gatsby y Ashleigh al esclarecer sus sentimientos en una ruptura afectiva frente al reloj Delacorte del zoológico de Central Park. La lluvia omnipresente es una metáfora que cura todas las penas.  

La película tiene buenas intenciones con los personajes interpretados por esos actores de lujo, aunque solo se destaque la expresiva Elle Fanning por encima del resto (el Chalamet es insípido, no tiene carisma). Recurre a una elegante lente de Storaro para golpear los rostros de los personajes con una iluminación que resalta contrastes emocionales y que embellece cada rincón mundano de la Gran Manzana. Es notable el uso del plano de dos, las múltiples referencias culturales de grandes artistas (Virginia Woolf, F. Scott Fitzgerald, Mark Rothko, Auguste Rodin, Ingmar Bergman, Akira Kurosawa) y las similitudes con otras películas del universo de Allen. Pero no me parece que haya algo encantador ni gracioso en su fábula amorosa sobre unos millennials esnobistas que se encuentran alejados de la sociedad actual. Todo se queda medianamente delineado. Fácilmente entra en su catálogo de cintas mediocres. 

Ficha técnica
Título original: A Rainy Day in New York
Año: 2019
Duración: 1 hr 32 min
País: Estados Unidos
Director: Woody Allen
Guion: Woody Allen
Música: variada
Fotografía: Vittorio Storaro
Reparto: Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gomez, Jude Law, Diego Luna, Liev Schreiber,
Calificación: 5/10



Tráiler de la película 





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