Encrucijada, de Jack Conway, me parece una película de cine negro que tiene un arranque intrigante con su trama de amnesia, chantaje y juicios, pero ni siquiera la presencia de William Powell y Hedy Lamarr es suficiente para impedir un tercer acto muy blando en el que todo parece previsible y las sorpresas iniciales se esfuman como recuerdos guardados en una gaveta. Es el primer remake de la película francesa 'Carrefour', de Curtis Bernhardt. Se ambienta en Francia en 1935 y relata la historia de David Talbot, un diplomático francés que disfruta de su tercer mes de matrimonio con su esposa Lucienne, además de una posición en la oficina de asuntos extranjeros; pero su vida se va cuesta abajo cuando es extorsionado por Carlos Le Duc, un hombre que exige el pago de un millón de francos a cambio de no delatarlo con la policía. Momentáneamente, el caso adquiere un formato de drama judicial que, supongo, sirve para amplificar el misterioso pasado de Talbot cuando se revela que sufre de amnesia y por eso no recuerda su pasado como un criminal notorio. La trama juega constantemente con ese aparato de dualidades y de identidad fragmentada. Y en un principio mantiene mis expectativas cuando el falso culpable intenta recobrar la memoria de sus tiempos en los bajos fondos del crimen, topándose con un extorsionista y una femme fatale oportunista que se aprovechan de su mente frágil para hacerle la vida imposible a él y su a bella esposa. Pero desafortunadamente en la segunda mitad anticipo con facilidad todo lo que veo y los personajes secundarios me dejan de importar cuando insisten en chantajear al adinerado hombre. Imagino que no tienen otra cosa por hacer. Por lo menos destaco la actuación de Powell como el diplomático elegante y confundido que busca saber la verdad a toda costa. Se me hace muy creíble cuando aprovecha el primer plano para expresar las dudas del personajes con los gestos y la mirada taciturna. En cambio el rol secundario de Lamarr es algo artificioso como la esposa preocupada por su marido, al igual que el de Basil Rathbone como el villano de cabecera. La climática secuencia en la oscuridad de la mansión no me emociona; se disipa con una resolución cuadrada y algo apresurada en la que abunda la insustancialidad. A mi parecer es una película menor en el catálogo de Conway.
Calificación: 6/10
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