Crítica breve de 'La vida privada de Enrique VIII' (1933)

La vida privada de Enrique VIII
La vida privada de Enrique VIII, de Alexander Korda, es un drama biográfico de época que, para mi gusto, tiene una auténtica actuación de Charles Laughton como el monarca lujurioso, pero francamente carece del vigor necesario para ser placentero cuando retrata sus caprichos a lo largo de varias décadas de su reinado. Por su rol, Laughton ganó el Oscar a Mejor Actor en 1934 y, debido al éxito internacional, se consagró como una estrella. La historia se desarrolla en 1536 y presenta las vicisitudes del rey Enrique VIII, quien luego de la ejecución pública de su segunda esposa, Ana Bolena, se casa Jane Seymour, quien trágicamente muere unos meses después luego de dar a luz. Para escapar de la tragedia, desposa a la princesa alemana Anne de Cleves y termina casándose nuevamente, pero el matrimonio acaba en un divorcio. A mi en un principio me interesa la manera en que Korda encuadra la cotidianidad de ese monarca encaprichado con los interiores pomposos en los que se destaca la autenticidad de los escenarios, el vestuario y los grandes planos generales que absorben todo el panorama del palacio, así como el tratamiento de la elipsis que acentúa el paso del tiempo que le va quitando la vitalidad a las situaciones que suceden a puertas cerradas. Pero es demasiado acomodaticio para mi gusto y pronto me harto de ver al rey ampuloso comiendo pollo con desenfreno, seduciendo a las bellas cortesanas que andan por los pasillos, atendiendo asuntos estatales con el estadista Thomas Cromwell, buscando una esposa que lo deje satisfecho y que le permita olvidar la desilusión de los matrimonios anteriores, casándose con la engañosa Katherine Howard solo para descubrir el adulterio que guarda con Thomas Culpeper. Es una crónica que, a pesar del estilo visual, es algo dúctil retratando la vida amorosa del rey mujeriego y los amores que traicionaron su confianza. Aunque algunos de esos elementos me desagradan, no me cabe la menor duda de que la interpretación de Laughton absorbe completamente lo que hay en el encuadre, añadiendo una capa expresiva a cada una de sus acciones, valiéndose de la gestualidad y de la mirada para capturar de forma muy convincente el egocentrismo, la soberbia y la megalomanía del tirano británico. Desafortunadamente es lo único destacable. Los secundarios que lo acompañan son tan blandos como un pedazo de pan. Es un biopic, como mucho, regular de Korda sobre los delirios de grandeza de un monarca. 


Calificación: 6/10




Crítica breve de la película 'La vida privada de Enrique VIII', dirigida por Alexander Korda y protagonizada por Charles Laughton. 

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