Crítica breve de 'Justicia para todos' (1979)

Justicia para todos
A mi parecer Justicia para todos, de Norman Jewison, es un drama legal que traza un discurso interesante sobre las contradicciones éticas del sistema judicial norteamericano, pero ni siquiera la actuación decente de Al Pacino puede rescatar una trama que se hunde en la cárcel de la vacuidad. Todo lo que expone lo estructura de forma mecánica para que el tema jurídico tenga cierta sustancia, aunque en el fondo los personajes permanezcan en una superficie en la que abundan los diálogos expositivos, la falta de ritmo, la ausencia de humor y unas escenas que se repiten sin fuerza, una y otra vez, hasta robarme el interés con el que atestiguo a un abogado enfrentándose al poder, el chantaje y la corrupción subterránea que corroe los engranajes de esa cosa tan cuestionable llamada justicia. Con un guión de Valerie Curtin y Barry Levinson, narra un fragmento en la profesión de Arthur Kirkland, un abogado defensor en Baltimore que es encerrado por desacato en la corte después de golpear a Henry T. Fleming, un juez con el que no se lleva bien. Se presenta como un abogado impulsivo, algo histriónico y con un fuerte carácter apegado a su deber y las normas morales. Pero un giro lo pone en una encrucijada ética cuando tiene que defender al juez Fleming, acusado de golpear y violar a una pobre mujer, incluso sabiendo que el magistrado es una persona corrupta e inescrupulosa. Antes del anticipado juicio, permanezco en un estado de indiferencia absoluta, en el que soy culpable de verlo dialogando con sus colegas abogados y un juez que no anda bien de la cabeza, defendiendo a un travesti afroamericano y a un inocente encarcelado injustamente por un delito menor, reflexionando sobre los dilemas éticos de su profesión, descubriendo pruebas irrefutables que demuestran la culpabilidad del cliente que lo manipula para lograr su inocencia. Con un histrionismo calculado, la interpretación de Pacino se adecúa expresivamente a los conflictos internos de un protagonista que parece un volcán a punto de hacer erupción cuando es víctima del poderío maquiavélico de una justicia desquiciada. Su rol, cuanto mucho, es regular, muy por debajo de sus interpretaciones magistrales. Los secundarios son hasta innecesarios y carecen de desarrollo. Se repone mínimamente durante la escena climática del juicio en la que Pacino denuncia, con mucha elocuencia, lo que yo ya sabía: los corruptos son culpables. Mi único veredicto es que se trata de un anodino drama de abogados.

Calificación: 5/10


 Crítica breve de la película 'Justicia para todos', dirigida por Norman Jewison y protagonizada por Al Pacino.

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