Crítica de la película «El desratizador» (2023)

El desratizador
The Rat Catcher, conocido en la Latinoamérica con el título de El desratizador, es el tercero de los cuatro cortometrajes de Wes Anderson añadidos recientemente en la plataforma de Netflix, basado en una colección de cuentos de Roald Dahl. A diferencia del segundo, El cisne, que es aburrido en su núcleo narrativo, este funciona a plenitud cuando Anderson saca debajo de la manga unas cuantas sorpresas. En sus 17 minutos de duración, Anderson va directo al grano para atomizar, dentro de sus manías estilísticas, una historia corta bien entretenida sobre hombres y ratas que halla su mayor punto de gracia en el rol principal de Ralph Fiennes. La trama se desarrolla en un pequeño pueblo inglés y sigue a un periodista que relata las experiencias que tuvo al ser partícipe, junto a un mecánico, de las hazañas de un siniestro exterminador de plagas que es contratado para acabar con unos roedores que contaminan el lugar, casi como si se tratara de un paladín del ministerio de salubridad. A través de unos personajes que rompen la cuarta pared y, ante todo, de unos diálogos que ocasionalmente emplean el relato no iconógeno como herramienta básica de narración (donde por lo regular me veo obligado a imaginar ciertos sucesos), el cuentecito me resulta divertido por la manera en que el cazador de ratas elabora su plan para atrapar a la presa y cobrar el cheque, mientras el periodista y el mecánico son testigos de unos episodios bizarros que, a decir verdad, me toman por sorpresa, primero, en la escena en que el sujeto saca de sus bolsillos a una rata y a un hurón para que luchen a muerte debajo de su camisa y, segundo, en la que agarra una rata disecada que cobra vida para negociar algunas inquietudes en el último minuto. La actuación de Fiennes, propiamente dicho, se roba el show cuando aprovecha el maquillaje y su registro expresivo para interpretar a un hombre que muestra el aspecto de una rata (dientes largos, uñas sucias, ojos negros, pelo descuidado, etc.) por su extraña forma de caminar y de hablar, en un papel bastante peculiar que de por sí merece un todo un largometraje. Cuando Fiennes está en pantalla, Anderson erige un comentario sobre la condición humana y de lo que un individuo es capaz de hacer para sobrevivir en los instantes más oscuros, como si fuese una parábola en la que la rata es un simple mecanismo para metaforizar la lucha del hombre por su propia naturaleza. Y es, interesante, la forma en que utiliza algunos de los recursos habituales de su estética para agregar sustancia a los límites compositivos del encuadre, entre los que se encuentra el plano general, el reencuadre, el sobreencuadre, las simetrías, el plano holandés, los decorados teatrales de cualidad artificiosa y el uso de la animación en volumen que se muestra con sutileza en el diseño de la rata. La animación stop-motion empleada en el clímax, que remonta a sus días de Isla de perros y El fantástico Sr. Zorro, supone un punto de giro que me atrapa cuando menos lo espero y, dicho sea de paso, consigue que el resultado del corto sea más divertido de la cuenta.

Ficha técnica
Título original: The Rat Catcher
Año: 2023
Duración: 17 min.
País: Estados Unidos
Director: Wes Anderson
Guión: Wes Anderson
Música: 
Fotografía: Robert Yeoman
Reparto: Richard Ayoade, Rupert Friend, Ralph Fiennes,
Calificación: 7/10

Crítica breve de la película El desratizador, dirigida por Wes Anderson y protagonizada por Richard Ayoade y Ralph Fiennes.

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