Crítica de la película «Placeres desconocidos» (2002)

Placeres Desconocidos
Placeres desconocidos es una película en la que Jia Zhangke, con su ojo crítico, cierra lo que a veces se considera como la última de una trilogía informal tras Carterista (1997) y Plataforma (2000), donde los personajes que muestra no son más que individuos fracasados que divagan por las calles sórdidas para mostrar las realidades de una sociedad china en transición hacia el mundo globalizado. No se trata, desde luego, de lo mejor que ofrece su catálogo, pero Jia la narra con un estilo crudo que nunca pierde su punto de efecto capturando las experiencias de unos jóvenes inadaptados consumidos por el placer de la alienación cultural que trae la posmodernidad china, con un grado de realismo que se filtra con el uso de video digital que encuadra sus imágenes. En esta ocasión, el argumento tiene lugar en una ciudad industrial deteriorada en la provincia china de Shanxi y cuenta las peripecias de tres jóvenes descontentos que viven en Datong. El primero es Bin Bin (Zhao Weiwei), un joven de diecinueve años que vive con su madre en un pequeño apartamento cerca de la fábrica textil y, entre otras cosas, mata el tiempo caminando por las avenidas mientras se fuma un cigarrillo para olvidar la falta de empleo que lo golpea de día y de noche. El segundo es Xiao Ji, un joven rebelde que vive en un apartamento aún más pequeño con su padre y pasa su tiempo conduciendo su motocicleta por el pueblo en busca de algo. Y la tercera es Qiao Qiao, una joven cantante y bailarina que trabaja como prostituta por las noches para ocultar las heridas que tatúa sobre su rostro el novio que ejerce la función del matón local al que todos le temen. En términos generales, casi no pasa nada porque las motivaciones de los tres personajes tienen su núcleo en una crisis existencial que se manifiesta en un interior repleto de dudas, pero que, de alguna manera, me atrapa cuando ellos se meten líos, discuten con los demás holgazanes del barrio, experimentan el amor en un restaurante (estupenda la secuencia de la discoteca en la que un raccord establece un pequeño guiño a Pulp Fiction de Tarantino), miran por televisión los acontecimientos políticos del momento, contemplan el futuro que nunca llega. Con una mirada contemplativa, marcada por un fuerte sentido de realismo, Jia refleja la vida de este trío de personajes sin ningún golpe bajo ni rastro de lecciones morales, optando por configurar el uso proxémico del espacio de edificios destruidos y de las calles solitarias para acentuar, además, la condición socioeconómica de la nueva generación del "Control de la natalidad" entendida como la búsqueda de la libertad de unos jóvenes millennials que son retratados como seres aislados, anómalos, desvinculados de la realidad, sin disciplina, que se refugian en ese placer del ocio que ofrecen los productos importados de occidente (internet, correo electrónico, television por cable, teléfonos móviles, etc.) para olvidar el fuerte malestar que produce el desempleo y la escasez de oportunidades para cumplir alguna meta. Sus personajes, por lo tanto, están esclavizados por una ilusión de libertad que niega cualquier rumbo específico como señal de progreso y, ante todo, no pueden escapar de ese puente entre la modernidad china más conservadora y la contemporaneidad importada que modifica el comportamiento como el billete de un dólar. De ellos, destaco la amena actuación de Zhao Tao como la mujer china atrapada por la inercia de no ir a ninguna parte. A menudo, Jia los encuadra en una puesta en escena que, a ritmo parsimonioso, está adornada con las manías estilísticas que incluyen los planos generales, los planos largos, el sonido diegético, el fuera de campo, el sobreencuadre, el atrezo con claros fines políticos (los televisores), el uso del encuadre móvil y una cantidad considerable de barridos que reencuadran constantemente las conversaciones entre los personajes. Y, aunque la rutina a veces tiene ligeros tropezones, siempre es consistente en su cuestionario sobre los avances de la sociedad china contemporánea.

Ficha técnica
Título original: Unknown Pleasures (Ren xiao yao)
Año: 2002
Duración: 1 hr. 52 min.
País: China
Director: Jia Zhangke
Guion: Jia Zhangke
Música: 
Fotografía: Nelson Yu
Reparto: Wu Qiong, Zhao Weiwei, Zhao Tao
Calificación: 7/10

Crítica breve de la película Placeres Desconocidos, dirigida por Jia Zhangke y protagonizada por Wu Qiong y Zhao Weiwei.

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