Crítica de la película «Broker: Intercambiando vidas» (2022)

Broker: Intercambiando vidas
En Broker, Hirokazu Koreeda continúa, de manera rigurosa y reflexiva, su examen social sobre la dinámica familiar, pero ahora interroga con lupa el sistema de adopción y el tráfico illegal de niños desde el vínculo de una familia bastante inusual, en un extraño híbrido entre Nadie sabe y Somos una familia que, en su ejercicio de transitoriedad, eleva el registro al adoptar los apuntes genéricos del cine de carretera. En esta ocasión, Koreeda sitúa la trama en Corea del Sur y narra la historia de Sang-hyeon, el dueño de una lavandería y voluntario de una iglesia que, junto a su amigo Dong-soo, aprovecha una noche lluviosa para repetir una actividad ilícita que lleva practicando durante algún tiempo: robar a un bebé depositado por una madre anónima en la caja para bebés abandonados de la iglesia, mientras su cómplice borra las grabaciones de seguridad que sirven como evidencia para validar que el infante en cuestión fue abandonado ahí, pero con el único fin de vender al niño en el mercado negro de adopciones. La narrativa, por lo general, se estructura como un drama de carretera que se solidifica desde las escenas en que el protagonista y su socio emprenden un viaje en camioneta por la autopista para encontrar a un cliente que compre al bebé mientras escuchan las anécdotas de la madre del niño que regresó después de haberlo abandonado y los acompaña para ser partícipe de la venta (ella desea entrevistar a los posibles padres de la criatura); pero algunos golpes de efecto amplían la esfera del conflicto de los personajes en una serie de situaciones paralelas que, a modo de subtramas, involucran el pasado de la madre fugitiva que asesinó a un gánster (padre biológico del niño) cuando era prostituta, la investigación encubierta dos detectives que rastrean las pistas y monitorean los pasos de los delincuentes, la visita a un orfanato cerca de la costa del que se escapa un niño travieso, y, sobre todo, los lazos que se establecen entre ellos como si se tratara del caso de una familia real. Los dilemas de estos personajes, dentro de sus marcos limítrofes de moralidad, son utilizados por Koreeda no solo para dialogar sobre las debilidades del sistema de adopción y los claroscuros que obligan a las madres jóvenes a abandonar a sus hijos, con la típica lectura que adorna su poética sobre familias, sino, además, para articular un discurso sobre la ética que se esconde en el mercado negro de las adopciones, pero visto desde la perspectiva de dos ladrones generosos que ven el robo de niños abandonados como un deber para entregarlos a los padres adecuados a cambio de un incentivo capital (ellos saben que es ilegal, aunque lo hacen para redimirse por los pecados del pasado). El interior de la camioneta, propiamente dicho, simboliza el refugio que los personajes habitan como si fueran una familia unida que comparte las tragedias personales, donde en cada rincón se revelan las fragilidades del abuelo (un padre alcohólico que abandonó a su esposa y su hija), el padre (un huérfano que se tuvo que adaptar a una vida en la calle desde edades tempranas), la madre (una prostituta adolescente que fue agredida hasta tener un embarazo no deseado), el hijo (un huérfano inquieto con gran corazón) y el bebé que nace en medio de la tempestad. Pero Koreeda también se niega a condenar sus miserias y opta, con cierta sutileza, por mostrarlos como seres adoloridos por la culpa que recuperan la dignidad perdida y la felicidad al formar el núcleo de una familia inclasificable. Todas las actuaciones me parecen creíbles, orgánicas, en su reparto conformado por Song Kang-ho, Gang Dong-won, Lee Ji-Eun y Bae Doona. A menudo los encuadra sin sensiblería ni fórmulas melodramáticas, en una puesta en escena aterrizada que se enriquece con sus panorámicas urbanas, una música conmovedora y planos de mucho valor compositivo. Se trata, para mi gusto, de otra emotiva película sobre la familia que es ya una marca registrada del director japonés.

Ficha técnica
Título original: Broker (Beurokeo)
Año: 2022
Duración: 2 hr. 09 min.
País: Corea del Sur
Director: Hirokazu Koreeda
Guion: Hirokazu Koreeda
Música: Jung Jae-il
Fotografía: Hong Kyung-pyo
Reparto: Song Kang-ho, Lee Ji-Eun, Gang Dong-won, Bae Doona
Calificación: 7/10

Crítica breve de la película Broker: Intercambiando vidas, dirigida por Hirokazu Koreeda y protagonizada por Song Kang-ho y Lee Ji-Eun.

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