Crítica de la película «Mandrágora» (1928)

Mandrágora
A mi registro de cine mudo consigo añadir las imágenes que ofrece Alraune, conocida también con el título de Mandrágora, una película en la que el director y guionista austriaco, Henrik Galeen, adapta la novela homónima de Hanns Heinz Ewer, que está basada a su vez de una antigua leyenda medieval alemana. Se trata de la tercera de las cinco adaptaciones al cine de dicho material, y es una versión que goza de una calidad aceptable que al parecer tiene sus orígenes alguna transmisión televisiva que luego fue capturada a una cinta de VHS por un buen samaritano que después la colgó en Internet. Dentro del marco de esas limitaciones, me toma aproximadamente más de una hora y media para darme cuenta de que, a pesar de contar con actuación notable de Brigitte Helm, es un melodrama silente convencional y bastante aburrido del expresionismo alemán tardío, cuyo enfoque de terror de ciencia ficción pierde cualquier rastro de suspense con el cuento previsible de la vampiresa artificial que manipula a los hombres. La trama narra un fragmento en la vida de Jakob ten Brinken, un profesor que decide poner a prueba sus conocimientos y realiza un experimento científico a partir de la leyenda de la Mandrágora (en la que se creía que la raíz de forma humanoide de una mandrágora era producida por el semen de los hombres condenados a la horca), con el fin de responder a la interrogante de si el mal es adquirido genéticamente o si por el contrario es producto del entorno. El asunto de este científico loco me llama la atención después de las escenas en que discute con sus colegas y, como si fuese una réplica de Frankenstein, de la nada crea a una mujer al inseminar a una prostituta con el esperma de un criminal ahorcado, a la que adopta como si fuera su hija y la envía a estudiar a un convento del que más tarde se escapa con un hombre. Pero de pronto soy asaltado por una ausencia de ritmo que debilita la narración hasta reducir a los personajes a figuras de barro que no tardan en romperse como jarrones, en unas escenas que se reducen a conversaciones a puerta cerrada y los dilemas ético-morales que inician por la obsesión del profesor de controlar los impulsos de la muchacha una vez que esta es dominada por una promiscuidad que le sirve de resorte para conducir a la ruina a todos los hombres que seduce en el tren, en el circo, en el club de alta sociedad. En su galería de situaciones, lo que sucede me resulta demasiado ingenuo por la manera en que Galeen no se preocupa por añadirle textura psicológica a las acciones de los personajes, más allá de la capa descriptiva de su guion que los coloca en trayectos anticipados para abordar con tibieza los tópicos sobre la obsesión, la inseminación artificial y la emancipación femenina en clave individualista. Los golpes de efecto del guion son bien flojos. Su híbrido de terror y de ciencia ficción prácticamente se anula a sí mismo porque la narrativa se queda encerrada en la rutina del melodrama estéril. Hay, desde luego, un par de valores estéticos que me parecen interesantes por el uso del primer plano, el campo-contracampo, los decorados y el vestuario suntuoso de época. La secuencia de las sombras de las manos de Alraune sobre Jakob es un claro homenaje a Nosferatu (Murnau, 1922), de la que Galeen fue guionista. Además, encuentro algo aceptable la actuación de Paul Wegener como el profesor respetado que cae en desgracia y persigue a su creación para matarla con un cuchillo. Pero lo más destacado, sin duda, es la interpretación de Brigitte Helm, que se luce cuando emplea la mirada, el rostro y los gestos expresivos para exteriorizar la amoralidad de una femme fatale que disfruta destruir a los hombres. El rol de Helm no tiene nada que envidiarle a otras vampiresas como Theda Bara o Pola Negri, aunque, desafortunadamente, su presencia erótica y perversa no es suficiente para sacar del abismo a esta película.
 
Ficha técnica
Título original: A Daughter of Destiny (Alraune)
Año: 1928
Duración: 1 hr. 48 min.
País: Alemania
Director: Henrik Galeen
Guion: Henrik Galeen
Música: Willy Schmidt-Gentner
Fotografía: Franz Planer
Reparto: Brigitte Helm, Paul Wegener
Calificación: 5/10


Crítica breve de la película Alraune, dirigida por Henrik Galeen y protagonizada por Brigitte Helm y Paul Wegener.

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