Crítica de la película «El tesoro» (1923)

El tesoro
El tesoro es una película muda del cine expresionista alemán que he visto, dicho sea de paso, con el fin de continuar estudiando la filmografía de ese gran director llamado Georg Wilhelm Pabst. Se trata, al parecer, de su ópera prima como cineasta, que llega hasta nuestros días en una edición restaurada que por fortuna incluye la partitura musical original de Max Deutsch. Y lo que observo en sus imágenes durante más o menos una hora y media me obliga a razonar lo suficiente como para darme cuenta de que Pabst, con una estética finamente ajustada, evoca algunos de los rasgos particulares del expresionismo alemán en los decorados y las atmósferas turbias, pero que, desgraciadamente, no agrega ningún valor emocional a una trama que se debilita al transitar por las vías previsibles de la tragedia faustiana y el melodrama. La historia se desarrolla en la casa reconstruida de una zona rural y tiene como protagonista a Balthasar Hofer, un maestro orfebre que vive con su esposa y se dedica a trabajar como fundidor de campanas junto a su ayudante Svetelenz y al que, en una taberna, le cuenta el rumor de que un tesoro se encuentra enterrado en algún lugar de la vivienda como producto de la destrucción causada por la invasión de los otomanos en el siglo XVII. En términos generales, el asunto de este orfebre tiene un arranque algo blando que se deja sentir en cada una de las cinco partes que estructuran el argumento, donde las acciones de los personajes permanecen estacionadas en un terreno acomodaticio que describe las situaciones que suceden en la casa con un rastro de teatralidad que pocas veces añade profundidad a sus descripciones más inmediatas. De esa manera para mí no es muy difícil anticipar el romance entre el joven orfebre que llega al pueblo y la hija del maestro; las caminatas nocturnas del asistente jorobado que anhela encontrar el tesoro escondido con una vara de zahorí para casarse con la hija de su amo; la investigación del muchacho que rastrea el tesoro en su ubicación exacta en el mapa de la residencia luego de un trabajo de deducción; la avaricia que destruye a los hombres una vez que desentierran el oro en un cofre hasta ser dominados por una violencia que no responde a tratos morales. Todo me luce demasiado arreglado en su comentario sobre el amor y las trampas de la codicia, que no es más que una respuesta al contexto histórico de la condición socioeconómica de las clases alemanas más desfavorecidas por los efectos de la guerra (los personajes más viejos son mostrados como seres soeces que venden su alma al diablo por dinero), algo que se manifiesta con intensidad en muchas otras películas del período. El derrumbe de la casa simboliza la caída de los que persiguen ese camino. Sin embargo, algunas de las debilidades narrativas son paliadas por las cualidades estéticas que reflejan las inquietudes tempranas de Pabst por el medio cinematográfico, vertidas sobre la puesta en escena a través de componentes como la iluminación expresionista, los claroscuros, el plano simbólico, el primer plano, el plano-contraplano, el uso del montaje paralelo y los decorados artificiosos que acentúan el ambiente de desesperación y de sordidez por el que transitan los personajes en cada uno de los rincones de la enorme casa que se encuadran con el gran plano general. El espacio hermético de las escaleras o el sótano funciona casi como un protagonista arquitectónico en su registro proxémico. La banda sonora de Deutsch, arreglada como una sinfonía en cinco actos, adopta un leitmotiv que seduce mi sentido del oído con sus extrañas piezas atonales y dodecafónicas de piano que subraya el estado de ánimo de las escenas. Estos elementos, junto a la actuación notable de Albert Steinrück como el orfebre que desciende al abismo de la locura, es lo único que me atrevo a rescatar de esta regular película del director alemán.

Ficha técnica
Título original: The Treasure (Der schatz)
Año: 1923
Duración: 1 hr. 20 min.
País: Alemania
Director: Georg Wilhelm Pabst
Guion: Georg Wilhelm Pabst, Willy Hennings
Música: Max Deutsch
Fotografía: Otto Tober
Reparto: Albert Steinrück, Lucie Mannheim, Ilka Grüning, Hans Brausewetter, Werner Krauss
Calificación: 6/10



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