Crítica de la película «Monkey Man: El despertar de la bestia» (2024)

Monkey Man
Monkey Man: el despertar de la bestia es una película de Universal en la que Dev Patel inicia sus labores como director de cine y de la que yo, afortunadamente, me llevo una sorpresa que devuelve mi fe por el cine de acción de la vieja escuela. En las dos horas que dura su debut, Patel dirige con pulso un espectáculo que desbloquea un potencial de franquicia con la acción frenética que parece una versión india de John Wick, subvirtiendo algunas de las características convencionales del género para agregar valor en su comentario social sobre la corrupción, la discriminación y la violencia contra la mujer. En la trama, Patel interpreta a un hombre anónimo que se gana la vida participando como peleador enmascarado en un circuito de boxeo clandestino, al que suele llegar con una máscara de mono y donde frecuentemente recibe una compensación económica por perder los combates arreglados, pero cuyo destino se empaña de sangre cuando persigue a un antiguo jefe de policía corrupto para vengarse por la muerte de su madre y la masacre de su pueblo que atestiguó durante su infancia. En términos generales, el asunto de venganza de este sujeto no cuenta nada que yo no haya visto antes dentro de los marcos limítrofes del género de acción, pero en su registro de simplicidad encuentro que lo que ofrece es bien atrapante por la manera en que la narrativa juega sus cartas en los momentos propicios y, en mayor o menor medida, añade capas de profundidad psicológica a la motivación personal del protagonista, justificando su camino de venganza con metáforas que subrayan un discurso sobre el sacrificio y la lucha interna de un individuo que enfrenta sus propios demonios para encontrar alguna luz al final del túnel más oscuro, donde la figura del antihéroe de acción asume un papel simbólico, casi místico, que se aferra al sincretismo religioso como vía de escape a una realidad tortuosa, como una especie de reencarnación de Hánuman, aquel dios mono de la mitología hinduista que emplea su poder y su fuerza física casi ilimitada para ayudar a la gente oprimida. El tono trepidante me atrapa todo el tiempo con lo que sucede en pantalla cuando inician los tiroteos, las persecuciones por las calles nocturnas y las peleas en espacios cerrados que colocan al vengador en un peligro que alcanza las tres dimensiones cuando se suman las lecturas sociopolíticas. La actuación de Patel, en ese sentido, me resulta bastante auténtica porque interpreta al protagonista como un hombre sinuoso, vulnerable, determinado, de pocas palabras, que mata a sus enemigos sin remordimiento cada vez que rememora el trauma infantil del pasado que lo mantiene inmerso en un viaje violento de redención, autodescubrimiento y lucha contra la injusticia, pero cuyo arsenal expresivo se complementa, dicho sea de paso, por la enorme destreza física que demuestra su compromiso para los movimientos y los combates cuerpo a cuerpo que validan sus habilidades de artes marciales. El mayor rasgo de distinción, supongo, se halla en la puesta en escena en la que Patel logra mantener un equilibrio estupendo entre la acción vertiginosa y los instantes de quietud reflexiva que amplían la psicología del personaje principal a través de elementos estéticos como la elipsis, la analepsis, el plano de inserto, el primer plano, la iluminación de neón, el uso proxémico del espacio y las modalidades del encuadre móvil de una cámara en constante movimiento que dinamiza la acción cuando menos lo espero. Su estilo visual para capturar la belleza caótica de la ciudad de Mumbai es notable entre los rascacielos lujosos y los barrios sórdidos, y su elección de utilizar locaciones reales en lugar de efectos digitales exagerados le otorga a la película una autenticidad que se siente palpable en cada una de las coreografías de pelea. La banda sonora de Jed Kurzel, que mezcla la música electrónica pulsante y melodías tradicionales indias, eleva aún más la experiencia. El ritmo no se detiene hasta el clímax que sintetiza la poética de la violencia. Se trata, sin temor a equivocarme, de una ópera prima tensa y estilizada que consagra a Patel como una nueva revelación del cine de acción.

Ficha técnica
Título original: Monkey Man
Año: 2024
Duración: 2 hr. 01 min.
País: Estados Unidos
Director: Dev Patel
Guion: Dev Patel, Paul Angunawela, John Collee
Música: Volker Bertelmann
Fotografía: Sharone Meir
Reparto: Dev Patel, Sharlto Copley, Pitobash, Vipin Sharma, Sikander Kher, Sobhita Dhuliwala
Calificación: 7/10


Crítica breve de la película Monkey Man: El despertar de la bestia, dirigida por Dev Patel y protagonizada por Dev Patel y Sharlto Copley.

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