Crítica de la película «La playa» (2000)

La playa

En La playa, Danny Boyle continúa su exploración de individuos ordinarios que se sumergen en la búsqueda de nuevas experiencias como alternativa a la monotonía existencial. Está basada en la novela homónima de Alex Garland y, hasta donde sé, en el momento de su estreno fue un éxito de taquilla como producto de la Leomanía que estaba en pleno apogeo como una moda de la cultura pop inducida por la masiva atención mediática que tuvo Leonardo DiCaprio como ídolo adolescente de Hollywood. Esta es la única explicación posible que hallo para su éxito comercial, porque, francamente, ahora que la veo durante dos largas horas me pongo del lado de los que la tienen como una de las peores películas de Boyle. A pesar de que tiene algunas florituras visuales y DiCaprio le pone algo de esfuerzo a sus delirios expresivos, tengo la ligera sospecha de que la aventura exótica de Boyle es aburrida a perpetuidad y, a menudo, su narrativa se pierde en una jungla congestionada de personajes unidimensionales de la generación X que se olvidan con los créditos. La trama se ambienta en Tailandia y sigue a Richard, un joven estadounidense que busca un paraíso perdido en Bangkok que le proporcione alguna experiencia nueva lejos de la rutina cotidiana, donde conoce una joven pareja francesa, Françoise y Étienne, a los que convence para ir a una misteriosa isla con el mapa que le da un drogadicto paranoico poco antes de "suicidarse" en un hotel. En general, la narrativa tiene un arranque que comienza de una forma interesante cuando el protagonista que escapa de la civilización se enfrenta a lo desconocido en la isla y luego llega a una comunidad de turistas perdidos después de enamorarse de la chica que le gusta. El problema, no obstante, es que hay una ausencia gravísima de desarrollo en el tratamiento de los personajes y, entre otras cosas, las acciones que ellos tienen solo cumplen una función descriptiva para impulsar la trama inútilmente sobre la base de situaciones predecibles que se resuelven con facilismos y clichés, anulando cualquier posibilidad de cohesionar un conflicto que se siente hueco en su horizonte de sucesos. De esta manera, me mantengo anestesiado cuando veo la aventura amorosa de Richard y Françoise en la isla perdida; los problemas internos de la secta de hippies en la playa liderada por una mujer excéntrica que reúne las condiciones para ser comunista; la deriva psicodélica de Richard cuando se aleja de la dinámica grupal para perseguir sus propios intereses en la selva maldita ocupada por traficantes con metralletas. Los personajes secundarios son meros estereotipos, de los que se sabe poca cosa. DiCaprio, por su parte, ofrece una ventana a su madurez expresiva como actor al interpretar a Richard como un chico ingenuo, egoísta, manipulador, que engaña para conseguir lo que quiere, aunque aquí parece atrapado en su carisma juvenil, y es un protagonista insípido cuya motivación se reduce a una búsqueda superficial, con unos monólogos en off que resultan redundantes y pretenciosos. Todo el dilema moral isleño es utilizado por Boyle para enunciar, en su síntesis discursiva, algunas metáforas que interrogan el colonialismo, la sociedad del consumo y la fragilidad del individualismo, entendido como el deseo de libertad utópica de un sujeto alienado y descontento por la oferta individualista de la civilización que, en una extraña ironía, descubre los peligros de una vida comunitaria que rechaza la propiedad privada y las libertades individuales, en un mundo cerrado que no se ajusta a su idea de comodidad. Lejos de todo esto, la estética de Boyle consigue arrojar algunos de los síntomas de su enérgico estilo visual al evocar atmósferas alucinógenas y frenéticas con el uso intensivo del encuadre móvil de Darius Khondji. La banda sonora, cargada de música electrónica, también se integra con consistencia en un par de escenas. Nada de esto impide, sin embargo, que su película parezca la sátira de un comercial turístico para televisión.



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Ficha técnica
Título original: The Beach
Año: 2000
Duración: 1 hr. 59 min.
País: Reino Unido
Director: Danny Boyle
Guion: John Hodge
Música: Angelo Badalamenti
Fotografía: Darius Khondji
Reparto: Leonardo DiCaprio, Tilda Swinton, Virginie Ledoyen, Guillaume Canet, Robert Carlyle
Calificación: 4/10


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