Crítica de la película «28 años después» (2025)

Exterminio: la evolución

28 años después, conocida también con el título de Exterminio: la evolución, es una película de Danny Boyle que conjetura la tercera entrega en la saga de terror postapocalíptica compuesta por 28 días después (Boyle, 2002) y 28 semanas después (Fresnadillo, 2007), en la que se muestra a un grupo de individuos intentando sobrevivir a una sociedad británica colapsada por un virus mortífero que infecta a la gente con un estado irreversible de rabia. No sé si se trata de una de las mejores del género, pero el rato de casi dos horas que paso viéndola me induce a razonar lo necesario como para saber que, al igual que las predecesoras, es una secuela visceral y atrapante de terror de zombies, en la que Boyle suele poner a su disposición su frenético estilo para ofrecer un crudo retrato sobre supervivencia, familia y pérdida de inocencia. La trama se sitúa casi tres décadas después en un territorio de Gran Bretaña que ha sido aislado y puesto en cuarentena. El protagonista es, primero, Jamie, un cazador especializado que viaja junto a su hijo Spike a un lugar prohibido para cazar infectados y enseñarlo a valerse por sí mismo, poco después dejar a su moribunda esposa, Isla, en la casa ubicada en una comunidad de supervivientes en una isla segura separada del continente por una única calzada de mareas fuertemente defendida. En términos generales, la narrativa me parece emocionante por la manera en que, en principio, la fórmula se establece sobre la base genérica del drama familiar, la aventura postapocalíptica y el terror de zombis, donde se suele alternar su protagonismo para construir un comentario sobre la dinámica familiar en tiempos de crisis. En este sentido, me atrapa la travesía del padre fuerte que protege a su hijo de los infectados de grado Alfa (un tipo de infectado que ha evolucionado para ser más grande e inteligente que los demás) que corren endemoniados por los bosques nocturnos; el relevo protagónico de Spike cuando lleva por sí solo a su madre con la esperanza de curar su enfermedad mientras recibe la ayuda de un militar; la llegada del niño y su madre al campamento de un siniestro doctor y superviviente del brote llamado Ian Kelson. En cierta medida, los personajes tienen un desarrollo tridimensional que justifica sus motivaciones intrínsecas a nivel psicológico y, entre otras cosas, amplían el espectro de tensión con unas acciones que le añaden un tono imprevisible al abanico de situaciones que surge del conflicto intrafamiliar. El guión de Garland funciona porque evita los clichés y, por lo regular, se centra en la resiliencia humana y los dilemas éticos al plantear preguntas profundas sobre el sacrificio y el costo de la supervivencia, arrojando las respuestas sobre la síntesis de una familia fracturada que afecta el lado inocente de un niño obligado escapar de la mayoría de edad; agregando además ligeros subtextos sobre la infancia, la maternidad y el vínculo paternofilial. Los personajes se sienten reales y sus decisiones, ampliadas por la vulnerabilidad y las cicatrices de un mundo roto, poseen peso dramático por la sólida química de un reparto encabezado por Aaron Taylor-Johnson, Jodie Comer, Alfie Williams y un complejísimo Ralph Fiennes. Pero, de igual modo, me resultan eficaces por esa estética de Boyle que, con montaje rítmico y encuadre móvil, demuestra una vez más su maestría visual para mostrar con autenticidad el caos de los infectados, bajo la energía frenética que dinamiza unas secuencias de terror que evolucionan entre las atmósferas sangrientas, el miedo inesperado y las ciudades en ruinas, producto del maquillaje y los decorados de una estupenda dirección de arte. La música de Young Fathers, del mismo modo, eleva las secuencias de acción y los momentos más introspectivos con su selección ecléctica. Boyle, en última instancia, ha creado, con estos elementos, una secuela que respeta el legado de las películas anteriores y que supone, al menos para mí, un cierre emotivo de la primera trilogía.



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Ficha técnica
Título original: 28 Years Later
Año: 2025
Duración: 1 hr. 55 min.
País: Reino Unido
Director: Danny Boyle
Guion: Danny Boyle, Alex Garland
Música: Young Fathers
Fotografía: Anthony Dod Mantle
Reparto: Aaron Taylor-Johnson, Jodie Comer, Ralph Fiennes, Jack O'Connell, Alfie Williams
Calificación: 7/10

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