Crítica de la película «Maldad encubierta» (1926)

Maldad encubierta

Maldad encubierta es una película muda de Tod Browning en la que Lon Chaney vuelve a interpretar a un hombre tullido y perverso para acentuar, supongo, su efigie como "El hombre de las mil caras" que conquistó toda la etapa del cine mudo de Hollywood como uno de los actores más emblemáticos. El rato de hora y media que paso viendo sus imágenes me obligan a razonar lo suficiente como para entender que la actuación de Chaney es algo creíble como el hombre de doble personalidad, pero, en general, el melodrama mudo de Browning se queda corto en profundidad narrativa y ejecución, permaneciendo casi siempre en un terreno formulaico que no explota adecuadamente sus premisas. Su trama se ambienta en los bajos fondos de Londres y sigue las andanzas de Dan "The Blackbird" Tate, un ladrón londinense de Limehouse que se esconde tras la coartada de un lisiado benevolente conocido como "The Bishop", al que tiene como hermano gemelo y es producto de un trastorno disociativo de identidad que lo lleva a alternar el control de su comportamiento para huir de la policía cuando comete crímenes. El arranque es, desde luego, un poco interesante cuando la narrativa mezcla el crimen, el romance y el melodrama para presentar la errática personalidad del personaje principal sobre la vieja idea del doppelgänger. En este sentido, se muestra la travesía de Dan como un gángster peligroso y astuto que recorre de noche los bares de mala muerte poblados de prostitutas y borrachos antes de enamorarse de una mujer que actúa en el café como cantante; la generosidad de The Bishop con los pobres que lo respetan de día sin saber que su invalidez es un engaño; la llegada de un ladrón elegante que se suele pasar por un caballero de sociedad para seducir a la misma dama que le gusta a Dan. Sin embargo, las posibilidades de la película quedan mutiladas por varios problemas fundamentales de su guion. En primer lugar, casi todos los personajes carecen de desarrollo lejos de las descripciones superfluas que impulsan sus motivaciones y, entre otras cosas, sus acciones se reducen a un abanico de situaciones previsibles en el que, por lo regular, se le da demasiada preponderancia al ridículo triángulo amoroso que transcurre a puerta cerrada cuando los dos ladrones compiten por la chica, sin que ni siquiera haya alguna escena que arroje algún intertítulo para ampliar la retorcida psicología del protagonista. La mayoría de las escenas permanecen entre lo cutre y lo rutinario, en una sucesión de clichés que nunca escapan del epicentro de lujuria, avaricia y caprichos. Los personajes secundarios, como la exesposa de Dan, apenas tienen desarrollo, sirviendo solo como accesorios cosméticos para rellenar escenas. A pesar de las deficiencias narrativas, la interpretación de Chaney me parece algo peculiar por la manera en que utiliza su registro expresivo para interpretar a un hombre con dos personalidades completamente diferentes, destacándose su habilidad física para ponerse bajo la ropa de un discapacitado bondadoso con la pierna y el brazo lesionado, que anda con la muleta en mano antes de transformarse en un ratero megalómano y trastornado. Aunque las primeras secuencias logran capturar la atmósfera sórdida de Limehouse con una estética que refleja el talento visual de Browning con el uso del primer plano, el plano subjetivo, la elección del vestuario y los escenarios teatrales, la película se estanca en una serie de escenas repetitivas que no avanzan la historia de manera significativa y desperdician el talento de Chaney cuando se roba todas sus escenas por encima de los demás. Se trata de un melodrama folletinesco que, por desgracia, no tiene ningún tipo de gancho dramático y, dicho sea de paso, se torna un poco aburrido cerca del clímax abrupto que se resuelve con un facilismo de último minuto.



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Ficha técnica
Título original: The Blackbird
Año: 1926
Duración: 1 hr. 26 min.
País: Estados Unidos
Director: Tod Browning
Guion: Joseph Farnham, Waldemar Young
Música: Robert Israel
Fotografía: Percy Hilburn 
Reparto: Lon Chaney, Owen Moore, Renée Adorée, Doris Lloyd
Calificación: 5/10

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