Crítica de la película «Scoop, la primicia» (2006)

Scoop, la primicia

En Scoop: la primicia, Woody Allen intenta de nuevo poner sobre la mesa las cartas de su peculiar estilo, supongo, para presentar una mezcla de géneros que se forman sobre la base de la comedia. El rato de hora y media que paso viendo sus escenas me invitan a pensar lo suficiente como para saber que, en esta ocasión, la película de Allen trata de funcionar como comedia romántica y misterio fantástico, pero, en general, carece de un toque de humor y todo luce desequilibrado en su narrativa, quedando en una zona hueca en la que no hay ni chispa ni el ingenio característico de sus mejores trabajos. La trama, ambientada en Londres, sigue a Sondra Pransky, una estudiante de periodismo que, tras un encuentro sobrenatural con el fantasma de un reportero fallecido en un espectáculo de magia del mago Sid Waterman, recibe una pista que vincula al aristócrata Peter Lyman como el asesino del tarot. En términos generales, la narrativa de Allen parte de una premisa original que, dentro de sus limitaciones, busca mezclar las fórmulas habituales de la comedia romántica con la fantasía y el misterio de asesinato, donde la protagonista asume una identidad falsa para investigar como detective aficionada el caso de feminicidios mientras recibe la asistencia del prestidigitador torpe y se enamora perdidamente del tipo rico que la rescató en la piscina antes de sospechar que es, en efecto, el asesino de prostitutas. El problema, sospecho, radica en que los personajes mostrados por Allen no poseen desarrollo más allá de las descripciones banales del guión y, a menudo, permanecen estacionados en una inercia de situaciones predecibles que nunca termina de cohesionar ese entramado que oscila entre los conflictos absurdos y los diálogos inanes a puerta cerrada; además de que el asunto nunca se siente convincente porque Allen no se toma la molestia de añadir un poco de sustancia al híbrido desorganizado entre la comedia romántica y el misterio fantasioso. El desbarajuste tonal se incrementa con las conversaciones superfluas entre la rubia y el mago neurótico para atrapar al asesino; los momentos de melodrama apasionado entre la periodista y el aristócrata; las intervenciones esporádicas del espíritu del difunto periodista que regresa del inframundo para arrojar pistas nuevas para resolver el caso. Todo avanza a un ritmo plomizo que no permite que las escenas respiren ni que el misterio se desarrolle. Lo mismo sucede con las interpretaciones forzadas del reparto. La actuación de Scarlett Johansson es, cuanto mucho, bastante acartonada como la rubia de porcelana con anteojos, en un papel de ingenua que roza lo caricaturesco y no tiene matices lejos de servir como el interés romántico del villano para impulsar la trama. Hugh Jackman, por su parte, no aporta absolutamente nada a un personaje que parece solo un cliché del galán sinuoso. Y Allen, cuyo personaje recicla los tics neuróticos de sus roles anteriores, me resulta hasta molesto cuando habla más de no lo necesario para exhibir su presunto conocimiento cultural y las pretensiones de sus chistes de doble sentido. Del mismo modo, Allen no se preocupa por otorgarle alguna profundidad a su exploración de tópicos filosóficos sobre la verdad, la causalidad y la moralidad, dejando las reflexiones detrás de las motivaciones de los personajes como un accesorio cosmético de las escenas. La estética funcional de Allen, por otro lado, encuentra cierta armonía compositiva en la dirección de arte y los decorados que, en algunas escenas, reflejan la elegancia de la ambientación londinense desde los típicos planos generales, aunque a veces se reduce a un telón de fondo genérico carente de personalidad. La música de Chaikovski, Strauss y Grieg, al menos, se integra correctamente como leitmotiv en un par de escenas. Todo lo demás, por desgracia, me deja con la sensación de que estoy atestiguando una de las peores películas de Allen porque, francamente, su ejecución mediocre no tiene la agudeza de sus comedias ni la intriga de un buen misterio.



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Ficha técnica
Título original: Scoop
Año: 2006
Duración: 1 hr. 36 min.
País: Reino Unido
Director: Woody Allen
Guion: Woody Allen
Música: Varios
Fotografía: Remi Adefarasin
Reparto: Woody Allen, Scarlett Johansson, Hugh Jackman, Ian McShane, Charles Dance
Calificación: 4/10

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