Crítica de la película «La mujer del camarote 10» (2025)

La mujer del camarote 10
La mujer del camarote 10 es una película de Simon Stone que rastrea ese cine de los últimos años arreglado sobre adaptaciones literarias que prometen thriller psicológico con toques de misterio whodunit, de mujeres atrapadas en rompecabezas hitchcockianos. En este caso intenta funcionar como adaptación de una novela homónima de Ruth Ware, mostrada como un thriller psicológico que navega por las aguas turbulentas de la paranoia y el engaño a bordo de un lujoso barco con Keira Knightley, pero que naufraga de inmediato en una ejecución errática que, en mi opinión, ahoga cualquier pretensión de suspenso cuando todo el asunto se resuelve sobre la gratuidad. En la trama Knightley interpreta a Laura "Lo" Blacklock, una periodista de investigación de The Guardian que, tras recuperarse del trauma de presenciar el asesinato de una fuente, recibe una invitación de la multimillonaria Anne Bullmer, quien padece una enfermedad terminal, para cubrir su historia en un yate de lujo donde se celebra una fiesta auspiciada por el esposo de esta llamado Richard; pero cuya existencia se pone a prueba tras presenciar un presunto asesinato en el camarote 10 durante la noche inaugural, quedando atrapada en una red de mentiras y gaslighting por parte de la tripulación. En términos generales, la narrativa tiene un arranque que despierta mi interés, en principio, por la manera en que se ensambla sobre las fórmulas habituales del thriller psicológico y el misterio whodunit, en la que una persona incriminada trata por su cuenta de resolver el crimen recuperando la evidencia e interrogando a los invitados para dar con el culpable que se oculta, casi como si fuera un detective privado. El problema central, no obstante, es que el guión descuida el desarrollo de los personajes para mantener sus acciones ancladas, entre otras cosas, a una serie de situaciones anodinas que se resuelven entre facilismos, pistas predecibles, diálogos expositivos y giros de tuerca que se adivinan a millas náuticas. De esta manera, no puedo evitar recibir con abulia las escenas acomodaticias que surgen de los impulsos de Laura cuando decide arriesgar su propia vida para descubrir la verdad frente a unos invitados que no le creen; la bondad de la jerarca con cáncer que se siente perseguida por un agente desconocido; las facetas de los invitados adinerados de alta sociedad en el superyate elegante rumbo a una gala benéfica en Noruega; la asistencia del fotógrafo negro que antes era novio de Laura; las sospechas que recaen sobre el acaudalado anfitrión que esconde segundas intenciones detrás de la elegancia y la sofisticación. Las secuencias de paranoia pierden el pulso hasta que solo queda revelar las fisuras como casco agujereado, que emanan de la trama rebuscada de la mujer honesta que se ve obligada a investigar a los sospechosos para destapar la escándalo que solo responde a un comentario bastante obvio sobre la podredumbre y la corrupción del capitalismo, ajustado a esa brújula moral del progresismo cansino que lleva el sello de cualquier producto de Netflix sobre feministas empoderadas que luchan contra del dominio patriarcal del hombre blanco. Debido a esto, Knightley hace lo que puede al ejercer sus gestos y expresiones calculadas para comunicar el pánico de la periodista que busca recuperar la credibilidad en el laberinto de la hipocresía, pero, por desgracia, no escapa de permanecer encasillada en un personaje unidimensional que carece de profundidad y solo rellena el espacio para impulsar la trama rutinaria. Lo mismo ocurre con la actuación nimia de Guy Pearce como el villano estereotipado. Al margen de estas actuaciones mediocres, observo que hay, por lo menos, un trabajo competente en la dirección de arte que reproduce los escenarios elegantes, y, asimismo, una fotografía absorbente de Ben Davis que sabe evocar la atmósfera claustrofóbica de tonos azulados que se gesta tanto fuera como dentro del yate. Todo lo demás, dicho sea de paso, me resulta tan plano como el horizonte marítimo.    


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Ficha técnica
Título original: The Woman in Cabin 10
Año: 2025
Duración: 1 hr. 32 min.
País: Estados Unidos
Director: Simon Stone
Guion: Joe Shrapnel, Simon Stone, Anna Waterhouse, Emma Frost
Música: Benjamin Wallfisch
Fotografía: Ben Davis
Reparto: Keira Knightley, Guy Pearce, Hannah Waddingham, David Ajala, Art Malik, Gugu Mbatha-Raw
Calificación: 4/10

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