Crítica de la película 'El árbol de la vida'

El árbol de la vida

The Tree Of Life narra la evolución de Jack, un niño que vive con su madre (Jessica Chastain), que encarna el amor y la bondad, mientras que su padre (Brad Pitt), que representa la severidad, es el encargado de enseñarle a enfrentarse a un mundo hostil en los años 50. 

Duración: 2 hr. 19 min.
País: Estados Unidos
Director: Terrence Malick
Guion: Terrence Malick
Reparto: Brad Pitt, Sean Penn, Hunter McCracken, Jessica Chastain

Crítica de la película 


Esta película, The Tree of Life, representa la cúspide de la carrera del director Terrence Malick, sobre todo por la complejidad que encierra. Malick, quien había durado años concibiendo la historia, ofrece una película entrañable en la que el progreso natural de la especie humana y la existencia de la vida son los pilares de una narración sublime que nos ha puesto a pensar en los enigmas del mundo en el que vivimos. Su filosofía suscita emociones, belleza visual. Sus planos simbolizan la catarsis de la cotidianidad. Y la estructura narrativa — anacrónica— se refleja con una cadena de eventos que va desde el mismísimo santiamén que originó todo el cosmos con el Big Bang, hasta el origen de las primeras formas de vida en distintos períodos de tiempo.

El protagonista es Jack (Sean Penn), un hombre que se encuentra perdido en la monotonía repetitiva de la adultez. Es un nostálgico que anhela aquella niñez que se ha esfumado. Apenas recuerda el instante en que, siendo un niño, su madre, la Sra. O'Brien (Jessica Chastain), anunciaba la terrible noticia de que su hermano menor había fallecido. A causa de esto, su familia se sumerge en una crisis profunda de melancolía manifestada a través de cada uno de los integrantes que sufren la pérdida.

La familia de Jack, que bien puede ser un retrato autobiográfico de Malick, simboliza el estereotipo de la familia norteamericana de los años 50. Y algunos de los personajes adquieren un punto de vista separado por las distintas narraciones en off cada vez que viven de la cotidianidad en las largas tardes del verano.

El argumento de la película se sustenta en la relación que existe entre el niño Jack (Hunter McCracken), su madre, la Sra. O'Brien, y su padre, el Sr. O'Brien (Brad Pitt), durante la década de los 50. Representan el tradicionalismo del precepto intrafamiliar. El Sr. O'Brien es un padre autoritario y orgulloso, pero en el fondo es afectuoso, sintiendo gran amor por sus hijos. En cada primer plano sus gestos faciales expresan emociones genuinas cuando está cerca de los bebés una vez que nacen. La Sra. O'Brien representa el matriarcado, pues carece de autoritarismo y sucumbe ante el orden patriarcal, y su sensibilidad le resta tacto para disciplinar a sus hijos. Y Jack es solo un niño que juega con la curiosidad.

La trinidad conformada por el padre, la madre y el hijo son metáforas inmediatas de los temas de la reconciliación, la pérdida de la inocencia y de los lazos familiares cuando son recordadas por un individuo enfrascado en el tiempo de su memoria. Los momentos efímeros que jamás volverán.

Además del cuadro familiar, Malick sabe cuándo usar la elipsis para crear la grandilocuencia épica de la película una vez que continúa la exploración del origen del universo (en un pasado remoto hace miles de millones de años atrás) hasta la formación de la tierra y de las primeras formas de vida que se originaron en los millones de años siguientes. Las secuencias de flashbacks y flashforwards otorgan una dimensión experimental a la exposición de su historia cada vez que sucede un salto temporal que fragmenta la narración.

El filme expresa pocas palabras en los diálogos, sin embargo, las exhibe con la profunda poesía que caracteriza el estilo de su director. Cada plano contiene un valor poético y evoca un amplio retrato de sentimiento humanista que nunca pierde el sello naturalista de Malick. Su poder dramático resulta hipnótico, nos pone a reflexionar profundamente sobre las cuestiones inexplicables que rodean la existencia humana; cuestiones que nadie puede responder.


  8/10




1 comentario:

  1. Gran maestría de Malick, uno de los mayores cineastas de la historia del cine. Hace una magnífica conjunción de poesía visual, belleza en las imágenes y música. Una inmensa obra maestra.

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