Crítica de la película 'La chica del dragón tatuado'

La chica del dragón tatuado

El periodista Mikael Blomkvist (Craig) es ayudado por Lisbeth Salander (Mara), una joven hacker, en la búsqueda de una mujer que ha estado desaparecido durante cuarenta años. 


Duración: 2 hr. 48 min.
País: Estados Unidos
Director: David Fincher
Guion: Steve Zaillian
Reparto: Daniel Craig, Rooney Mara, Christopher Plummer, Stellan Skarsgård



Crítica de la película 



Hace varios años atrás, cuando se estrenó The Girl With The Dragon Tattoo (versión sueca), por alguna razón (instinto cinéfilo, quizás), decidí no verla. Ni siquiera quería saber de qué trataba la trama. Solo pensé que dado el nivel de popularidad debía ser un fenómeno cinematográfico excepcional. Luego cuando me enteré de que David Fincher realizaría su propia adaptación con Steve Zaillian en el guion, Trent Reznor en la música original y Jeff Cronenweth en la fotografía sabía que sería una apuesta cinematográfica segura que no podía fallar.

Ese es el punto. Para que este tipo de película funcione en nuestra mente es mejor no saber absolutamente nada de lo que sucede. Si eres amante del cine (estoy seguro que sí) es recomendable no leer las novelas antes de ver este film; ni siquiera ver la versión sueca de Niels Arden Oplev.

Lo cierto es que The Girl With The Dragon Tattoo es un thriller misterioso que inyecta grandes cantidades de pánico en una atmósfera tensa mientras se genera incógnitas sobre qué está ocurriendo en realidad. Créanme, este misterio se halla fuera de lo normal. Está adaptado perfectamente de las raíces de Stierg Larsson, escritor sueco –ya fallecido- que terminó escribiendo dos novelas más con estos personajes que más tarde serían conocidas como la trilogía de "Millenium".

Esta historia es tan lóbrega que se ha quedado incrustada en mi cerebro, y es como si fuera un rompecabezas que está siendo construido por dos personas. La primera es Mikael Blomkvist (Daniel Craig), un periodista con una inteligencia bastante aguda a la hora de recolectar testimonios. La segunda, es Lisbeth Salander (Rooney Mara), una hacker con pasado traumático que detesta las relaciones interpersonales. Antes de descomponer dicho enigma estos dos personajes se encuentran distanciados hasta que un determinado arco argumental los une, con la mínima diferencia de que ya uno conoce el perfil del otro.

De esa forma sabemos que es un misterio cuando el millonario Henrik Vanger (Christpher Plummer) se ve en la ayuda desesperada de la perspicacia de Mikael Blomkvist para tratar de solucionar el misterio de Harriet, su amada sobrina que desapareció sin dejar rastro alguno hace 40 años. Al tener en cuenta que el acontecimiento se efectuó en la isla invernal donde residen, la lista de sospechosos es bastante larga, incluyendo los miembros de la familia Vanger, muchos de los cuales actúan de forma siniestra.

Me agrada el hecho de que, para desmantelar un misterio de esta magnitud la trama no recurre a un "detective privado con una oficina llena de casos sin revolver", sino a un periodista perspicaz en la búsqueda de información y a una hacker extraña con un pasado turbulento (rara combinación, ¿no?).

Además del acertijo que este film tiene como trama, se beneficia, en gran parte, de impactantes interpretaciones, en especial la de Rooney Mara como Lisbeth Salander. Honestamente puedo decir que esta actuación es la mejor en su corta carrera como actriz. Le da credibilidad al personaje de Salander, haciéndonos sentir por qué ella actúa de esa forma tan rígida, aislada y sombría. Todas esas características, junto a un pasado traumático, un nivel deductivo excepcional y una inteligencia sagaz convierten esta hacker-flacucha en una anti-heroína verdaderamente llamativa, gracias al nivel de complejidad emocional que posee.

Aquí el sello de David Fincher permanece incrustado con el estilo visual que lo caracteriza. Le da fuerza a los personajes que está presentando, a tal punto que nos pone a experimentar toda clase de sensaciones a través de la atmósfera desolada del argumento. En otras palabras, mantiene el suspenso constantemente para hipnotizarnos con la psicosis durante el desmantelamiento del enigma narrativo.

Hasta ese punto, quedé impactado por la frialdad de ese mundo turbulento, de ese mundo agobiante. Pues de un modo escalofriante, exhibe un orbe saturado por personas corruptas, personas mentalmente inestables y otras personas que están motivadas por la inquietud del entorno que los rodea. En efecto, se podría decir que en este arquetipo de historias siempre hay mil detalles que se conectan de alguna forma u otra.

Por eso siendo desesperante en todo momento, The Girl With The Dragon Tattoo es un filme brutal, oscuro y visualmente estimulante, que soltando una ansiedad descomunal, resulta cautivador por la manera en que lo siniestro se aferra a lo inesperado.

 
 9/10




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