Crítica de la película 'Outrage: Beyond'

Outrage: Beyond

Como la policía lanza una ofensiva a gran escala contra la delincuencia organizada, se inflama una lucha nacional entre la yakuza de Sanno en Oriente y el Clan de los Hanabishi en Occidente. Lo que comenzó como un conflicto interno en la indignación se ha convertido en una guerra nacional en Outrage Beyond.


Duración: 1 hr. 52 min.
País: Japón
Director: Takeshi Kitano
Guion: Takeshi Kitano
Reparto: Beat Takeshi, Ryo Kase, Tomokazu Miura, Fumiyo Kohinata



Crítica de la película 


Cuando tres años atrás Takeshi Kitano nos entregó "Outrage (Autoreiji)", la llamé la "Infernal Affairs versión Yakuza", por su revolcada trama llena de personajes desleales. Si esa fue llamada así, entonces Outrage: Beyond (Autoreiji: Biyondo) sería la "Infernal Affairs² versión Yakuza", y digo al cuadrado porque es una intrigante película criminal que entrega el doble de calidad que su antecesora, en todos los aspectos que la componen.

Outrage: Beyond es una de las mejores películas de Yakuza que he visto en mucho tiempo y es otra etiqueta Kitano. Esta secuela combinada con la primera parte, hacen inteligible la visión que Kitano tiene sobre los Yakuza; un mundo donde los personajes principales son criminales que le mienten al honor, dispuestos a hacer lo que sea para ascender a la cima. Un mundo donde te rompen la cara con una simple cuchara, por más gángster que seas. Un mundo sin reglas, donde todos son villanos con odio. Un mundo donde nadie es leal y todos son codiciosos.

Vemos esto cuando Kato (Tomokazu Miura) y su segundo al mando, Ishihara (Ryo Kase), se hacen con el poder del Clan Sanno del Oriente, una organización muy potencial que juega con controlar todo el territorio. Todo va bien hasta que se comienzan a inflar los problemas con el Clan Hanabishi de Occidente. Cuando eso pasa, el detective Kataoka (Fumiyo Kohinata) decide liberar de prisión a la bestia letal de los Yakuza, el apache con sed de venganza, el volcán pasivo, Otomo (Beat Takeshi), para limpiar lo que las basuras traidoras le hicieron.

Sí, ya sé lo que piensas. ¿Pensaste que Otomo estaba muerto, no? Pues piensa de nuevo, porque éste es un tipo duro de matar. Siempre he pensado que Beat Takeshi interpreta personajes nihilistas, llenos de agonía con un rostro lánguido y maligno, como si fuera un volcán dormido a punto de hacer erupción. Si pensamos por un segundo, la mayoría de los personajes que ha interpretado en este tipo de películas -Sonatine, Violent Cop, Boiling Point, Hana-bi- son como Otomo: Un hombre extremadamente violento en su interior que aparenta lo contrario en el exterior mientras está calmado con su entorno.

Takeshi Kitano apunta hacia la venganza, con mucha acidez, para lograr que la estructura narrativa funcione. Ese es el punto principal que hace que esta secuela supere a su antecesora: La fluidez de su historia con los personajes; haciéndola más tolerante. En esta tenemos menos personajes, pero están mejor desarrollados, lo que hace posible que el mismo espectador conecte con los personajes. Llegando directamente al punto sin rodeos.

Ésta es una película sobre venganza y tiene el doble de brutalidad que su antecesora, a diferencia de que en esta parte no se exagera. Kitano ofrece la misma energía con los personajes a la hora de matarse entre ellos; especialmente cuando Otomo, con su mirada de matón diabólico, entra en acción.

Outrage: Beyond no es solamente un hervidero de Yakuza, es una de las mejores de películas de Kitano. En sus mejores momentos es un film de Yakuza que se mantiene fiel al concepto inyectando más tiroteos, personajes simples, humor negro y una trama pesadamente sangrienta. Kitano supo corregir los errores de su primera Outrage entregándonos lo que mejor sabe hacer: encender la curiosidad con violencia.

 7/10




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