Crítica de la película 'Los ocho más odiados'

Los odiosos ocho

Es Wyoming posterior a la Guerra Civil y un grupo de personajes inverosímiles, llenos de odio, se encuentran atrapados bajo el mismo techo, ya que todos buscan refugiarse de una tormenta de nieve.


Crítica de la película


Solo en la mente de Quentin Tarantino cabe la idea de filmar un western tan violento, tan entretenido y tan original como The Hateful Eight. Y esa idea es poner a ocho fulanos del Viejo Oeste en una sola habitación. Cada uno de ellos con un propósito en particular y con mil intenciones que pueden o no ser verdaderas.

Estos son los típicos personajes de las películas clásicas del Viejo Oeste: el colgador, dos cazarrecompensas, el general de la guerra civil, la fugitiva, el mexicano, el alguacil y un par de forajidos. Con eso, evidentemente, Tarantino logra simbolizar cada una de las características de los personajes de los western clásicos que tanto ama; y yo, por mi parte, estoy muy agradecido, porque esta película es un western y la amo.

Al tener estos personajes tan excéntricos encerrados mayormente en una sola locación el film adquiere, por una parte, las venas estilísticas de un western  filmado en 65mm y, por la otra, una atmósfera claustrofóbica extraída de los misterios de Agatha Christie; esos que te dicen que algo malo puede pasar porque las apariencias engañan.

Así comienza la historia de estos ocho extraños o, mejor dicho, de estos ocho odiosos. Poco después de la Guerra de Secesión, en Wyoming, seguimos a John Ruth (Kurt Russell) y a Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh) montados en una diligencia que se dirige hacia Red Rock. La razón por la que se dirigen ahí es porque Ruth ha atrapado a Daisy y tiene la misión de enviarla a la horca para cobrar los diez mil dólares de recompensa que hay por su cabeza.

Pero la tormenta de nieve es muy intensa. En medio de la tempestad se encuentran con un Mayor de la Guerra Civil, Marquis Warren (Samuel L. Jackson), que lleva consigo los cadáveres de tres forajidos para depositarlos también en Red Rock. Ellos negocian y Ruth le da un aventón en la misma diligencia. Pero a causa del gran temporal se desvían del curso y deben esperar a que amaine el temporal en un salón en medio de la nada con otros cinco individuos que tienen su propia agenda, no sin que antes surja la tensión entre todos ellos.

El film posee un tono misterioso, debido a que sabemos que algo espeluznante está pasando dentro de un cuarto donde todos son villanos y las mentiras se pueden oler. Las pistas se van revelando a medida que avanza la trama como si fuera un rompecabezas en el cual los personajes entablan conversaciones para aumentar las sospechas. Como es naturaleza humana todos desconfían de todos.

En ese sentido hay dos puntos vitales. Primero, la sensación que nos produce escuchar los diálogos de Tarantino mientras descomponen el enigma, ya que la película se apoya totalmente del uso extenso de monólogos durante unas tres horas que se van volando; además están escritos de una forma irónica y repleta de palabrerías atrevidas y grotescas. Segundo, los personajes, cuyas descripciones de personalidad son tan inmersas que hasta sentimos lo que sienten: frío, claustrofobia, desconfianza, hambre, sarcasmo.

Los intérpretes se meten bajo la piel de cada uno de esos personajes con unas actuaciones enérgicas que, en mi opinión, tienen la mejor química de escena del año; destacándose Samuel L. Jackson como Marquis Warren, Kurt Russell como John Ruth y, muy especialmente, Jennifer Jason Leigh como Daisy Domergue, la cual al final se roba el show con sus escenas.

Los personajes que interpretan carecen de escrúpulos morales y poseen un rencor reprimido que busca liberarse con redención y con venganza. Sin embargo, el catalizador es los efectos psicológicos de la Guerra Civil. Muchos de ellos vienen de ese pasado turbulento oculto en sus trasfondos, muy especialmente Warren y Ruth. En el caso de Daisy, es la condición social de la época que la ha llevado a ser forajida.

Lo interesante es que Tarantino logra que uno se sienta tan aislado como los personajes porque en todas las escenas se desarrolla un sentido de paranoia entre lo que sucede y lo que vemos. O sea, que estamos ahí adentro intimando con ellos. Además, mezcla todo. Es una mezcla de géneros. Tiene drama, tiene humor negro, tiene misterio, tiene suspenso, tiene acción, vaqueros, caballos, pistolas. Todo eso le otorga a una fuerza inquietante que dan ganas de verla dos o tres veces más.

Sin mencionar la gran cantidad de alusiones del cine western de John Ford y de Sergio Leone, y de referencias a las mismas películas de Tarantino como Reservoir Dogs, Pulp Fiction, Inglourious Basterds y Kill Bill que, de alguna manera, junto a la magnífica banda sonora de Ennio Morricone, quien por primera vez trabaja con Tarantino, y temas sensibles de la historia norteamericana como el odio racial, la política social, la violencia de género, los conflictos éticos y la traición; la convierten en una épica extraordinaria de Tarantino que da mucho más de lo que promete.

Ficha técnica:
Duración: 2 hr. 47 min.
País: Estados Unidos
Director: Quentin Tarantino
Guion: Quentin Tarantino
Música: Ennio Morricone
Fotografía: Robert Richardson
Reparto: Samuel L. Jackson, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh, Demian Bichir, Walton Goggins, Tim Roth, Bruce Dern, Michael Madsen, Channing Tatum,


9/10




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