Crítica de la película 'Zootopia'

Zootopia

En una ciudad de los animales antropomorfos, una novata coneja de la policía y un cínico zorro estafador deben trabajar juntos para descubrir una conspiración.

Crítica de la película 


Cuando veía a Zootopia, la nueva apuesta de los estudios Disney, no sentí que miraba una buddy movie sobre un grupo de animales en 3D, creía que estaba viendo humanos. Y estos animales que caminan y actúan como personas representan, claramente, una alegoría de los individuos del mundo moderno, en una sociedad donde los prejuicios y la desigualdad están a la vuelta de la esquina.

Esto es evidente con la historia inusual del vínculo surgido entre una coneja y un zorro cuando intentan desmantelar una conspiración que involucra la desaparición de civiles depredadores en medio de una nación de mamíferos.

Siendo enemigos naturales (la presa y el depredador), ambos simbolizan la unión entre los sujetos estereotipados, pues dejan las diferencias a un lado por un propósito en común. La idea de reunirlos para alternar los roles le otorga un carácter reflexivo, porque la conejita, que es inocente, constituye la imagen de la independencia y de liberación; mientras el zorro, que es intrépido, se queda con su reconocida astucia e ingenio.

Esto comienza en la infancia de la coneja Judy Hopps (voz de Ginnifer Goodwin) cuando decide convertirse en la primera oficial de policía de Zootopia, la capital donde los animales antropomórficos residen en armonía. Ella es una coneja optimista, idealista y con un deseo de superación que se aleja de las princesitas de Disney. También, vive con sus padres en el pueblo de Bunnyburrow y su sueño es ser policía para hacer lo correcto.

Quince años después se muda hacia Zootopia y logra ser aceptada con altas calificaciones por el Jefe Bogo (voz Idris Elba) en la academia de policías. Pero como era de esperarse, no todo es color de rosa; y en la jefatura, el Jefe Bogo, como duda de su potencial, le asigna la tarea de ponerle multas a los vehículos mal estacionados.

Patrullando por las calles, Judy se encuentra con Nick Wilde (voz de Jason Bateman), un zorro que se gana la vida embaucando a los animales de la ciudad. Al quedar involucrados en un barullo, ambos se verán en la necesidad de resolver el caso de un animal desaparecido que amenaza con perturbar la paz de la metrópoli.

La trama se desarrolla de forma rápida en la Zootopia y la sucesión de situaciones y de diálogos está tan bien escrita que todo resulta conciso con el relato de Judy y de Nick. O sea, es un buen guion. Y en algunas escenas se alternan los eventos entre la comedia y el thriller policial con mucha agudeza.

La película es una metáfora de la añoranza de una comunidad utópica en donde todos los animales conviven pacíficamente con derechos de igualdad. Ese es el zoológico utópico. Pero lo que se quiere esquematizar es la utopía humana equilibrada con tolerancia y respeto.

Incluso Zootopia se halla dividida en varios sectores, tales como el distrito Tundra, el distrito Forestal, la plaza Sáhara y otros. En esos distritos, desde los policías y los trabajadores, hasta el alcalde y los mafiosos, cada personaje de esta fauna incorpora un estereotipo de nuestra sociedad; además de las numerosas referencias de películas populares.

Naturalmente, como entretenimiento es una película animada muy divertida cuyos chistes dan mucha risa con la fábula de Judy, la nueva heroína de Disney. Y estos directores, Byron Howard (Bolt) y Rich Moore (Wreck-it-Ralph), consiguen el efecto deseado con un exquisito detalle de animación y una trama que engancha para poner a Disney de regreso en el negocio de animales parlantes.

Ficha técnica
Año: 2016
Duración: 1 hr. 48 min.
País: Estados Unidos
Director: Byron Howard, Rich Moore, Jared Bush
Guión: Jared Bush, Phil Johnston (Historia: Byron Howard, Jared Bush, Rich Moore, Josie Trinidad, Jim Reardon, Phil Johnston, Jennifer Lee)
Música: Michael Giacchino
Reparto (voces): Ginnifer Goodwin, Jason Bateman, J.K. Simmons, Idris Elba, Jenny Slate,


7/10




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