Crítica de 'Estación Zombie': la invasión de los zombis surcoreanos

Un virus letal se expande por Corea del Sur, provocando violentos altercados. Los pasajeros de un tren KTX que viaja de Seúl a Busan tendrán que luchar contra zombis para asegurar su supervivencia.
 
Ficha técnica

Título original: Train to Busan (Busanhaeng)
Año: 2016
Duración: 1 hr. 58 min.
País: Corea del Sur
Director: Yeon Sang-ho
Guion: Yeon Sang-ho
Música: Jang Young-gyu
Fotografía: Lee Hyung-deok
Reparto: Gong Yoo, Ma Dong-seok, Kim Soo-an, Jung Yu-mi


Crítica de la película 


Admito que esta película surcoreana, Train to Busan, ha sido una sorpresa gratificante, sobre todo porque ofrece algo diferente en el subgénero de terror de los zombis cuando presenta a una serie de individuos de la sociedad contemporánea de Corea del Sur para que sobrevivan como puedan encerrados en un tren abarrotado de zombis. O sea, que además de entretener posee un discurso social que la aleja de todas esas burradas de zombis que a veces vemos por estos rumbos.

Esto es algo que estamos acostumbrados a ver en el cine surcoreano, pues hay muchos directores interesantes que en ocasiones ofrecen alguna película original de esas que nos dejan asombrado. Y ahora a esa lista se puede añadir a Yeon Sang-ho (The King of Pigs, Saibi), quien con su audacia como director consigue engancharnos para que en ningún momento dejemos de pensar en lo que pasa.

Algunos pensarán que se trata de una versión barata de la fabulosa Snowpiercer con la aburrida World War Z, pero en lo que se quedan pensando, el señor Yeon tiene sus reglas genéricas definidas con los subterfugios del suspenso y del terror. Ha creado un gigantesco universo de zombis evidenciado con Seoul Station, la pesada precuela animada de Train to Busan que también se estrenó en el 2016. De igual forma logra que sintamos desesperación con la situación de supervivencia en la que se involucra un padre y su hija cuando se hallan a bordo del ferrocarril de la muerte.

En los planos iniciales atestiguamos que en Corea del Sur se ha desatado una epidemia letal de la cual desconocemos la causa. El virus ha provocado violentos disturbios en varias partes del país. Así mismo lo desconocen Seok-woo (Gong Yoo) y su hija, Soo-an (Kim Su-an). Seok-woo es un hombre divorciado que reparte sus días entre la esclavitud del salario y la empobrecida relación que tiene con su pequeña hija.

Para solucionar este hueco afectivo, Seok-woo decide complacer a Soo-an, quien está de cumpleaños, llevándola a reunirse con su madre en Busan. Juntos, abordan un tren KTX en una estación de Seúl que se halla atiborrada de gente. Lo que ignoran es que en dicho lugar se encuentra lo más horripilante que le pueda pasar en sus vidas.

Para corroborar el comentario social de la película Yeon deja que Seok-woo y Soo-an se relacionen con otros personajes del tren que tienen la misma necesidad de persistencia. Entre estos están Sang-hwa (Ma Dong-seok), un trabajador de cuello azul, su esposa embarazada Sung Kyung (Jung Yu-mi), los estudiantes Young-gook (Choi Woo-shik) y Jin-hee (Ahn So-hee), el egoísta CEO Yong-suk (Kim Eui-sung), las ancianas hermanas In-gil (Ye Soo-jung) y Jong-gil (Park Myung-sin) y un vagabundo que se coló por la mala.

Además de que es una película sobre lo que significa ser padre, todo parece indicar que la reunión de estos individuos es un estudio de la condición humana y de los choques de clases sociales, principalmente porque cada uno de los personajes pertenece a un determinado estrato social y, a pesar de todo, están unidos para enfrentar el mismo problema, a pesar de las diferencias. Están forzados a sobrevivir en medio del pánico extremo, la confusión y la lucha calamitosa mientras los zombis invaden cada vagón.

Yeon hace que los personajes estén desarrollados con profundidad para que sean empáticos y vulnerables, olvidándose de los héroes innecesarios. También construye una tensión inquietante que eficazmente equilibra la acción con el thriller. Y sus escenas recurren mayormente a una sola locación para desprender emociones, humor, violencia, claustrofobia. Su ejercicio de dirección me ha sacado sonrisas.

Se puede decir que esta es una de las películas de zombis más efectivas de los últimos años. En la narración del expreso del apocalipsis zombi hay rapidez, diversión y secuencias emocionantes. Es la resurrección de un subgénero del horror de la que George Romero y Bong Joon-ho estarían orgullosos.


7/10




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