Reconozco que esta película de Noé está ejecutada con algo de fiereza. Arranca muy bien. Con el plano holandés, picados muy atrevidos y unos prolongados plano secuencias, se empeña en reproducir una lista del buen techno noventero que me pone loco y en encuadrar a unos personajes que bailan endemoniados a merced del LSD y las coloridas luces de neón que comunican sus experiencias, gente muy loca que parece haber salido de un Techno Parade cualquiera, y que, al mismo tiempo, son estereotipos que elaboran una metáfora sobre las distintas esferas de la diversidad existentes en la sociedad francesa. Pero luego presiento la calculada exposición de Noé y se me pasa. Soy inmune a su mareante estilo visual. Me quedo indiferente cuando veo a los bailarines volviéndose esclavos de las drogas, el alcohol y el sexo orgiástico más salvaje. Sus efectos son letárgicos. Se puede confundir fácilmente su carencia de sustancia con algo rupturista y novedoso.
Crítica de la película Clímax (2018)
- Por Yasser Medina
- En marzo 24, 2019
- Sin comentario
Calificación: 6/10
Etiquetas:
Críticas archivadas,
Críticas breves
Yasser Medina es un crítico de cine, editor y ensayista dominicano que escribe sobre la historia del cine y el análisis cinematográfico. Es miembro de FIPRESCI. Actualmente colabora con el periódico dominicano El Nuevo Diario (desde 2014). También es el primer crítico de cine en República Dominicana aprobado por Rotten Tomatoes.
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