El camino (1982)

Sinopsis: En una prisión en Turquía, cinco prisioneros reciben permiso para viajar a sus casas durante una semana. Los difíciles viajes para llegar hasta sus familias nos conducen a las regiones más alejadas de Turquía. Cada uno de ellos tiene sus propios problemas, preocupaciones y nostalgias. Rigurosas leyes, escritas y no escritas, y un sistema brutal son una carga que pesa sobre ellos. Sufren violencia y ejercen violencia. Las vacaciones, comenzadas con esperanza, terminan con dolor.

Ficha técnica
Título original: Yol
Año: 1982
Duración: 1 hr 54 min
País: Turquía
Director: Yilmaz Güney, Serif Gören
Guion: Yilmaz Güney
Música: Sebastian Argol Kendal
Fotografía: Erdoan Engin
Reparto: Tarik Akan,  Serif Sezer,  Halil Ergün,  Meral Orhonsoy,
Calificación: 7/10

Crítica breve de la película


Esta película turca, escrita y dirigida por el director turco, Yilmaz Güney, en el momento en que estaba encarcelado (su asistente, Serif Gören, completó la filmación siguiendo las instrucciones que le dejó), me conmueve por su carácter contestatario y de denuncia social, en el que ofrece una panorámica visión de la sociedad turca en los tiempos en que se halla sumida en la inestabilidad económica, el tradicionalismo más ortodoxo y un régimen autoritario que suprime cualquier tipo de libertad. Se ambienta poco después del golpe de estado de 1980. Lo cuenta con la historia de cinco prisioneros que reciben una semana de permiso para visitar sus hogares. Esos personajes, interpretados muy bien por el reparto, en su mayoría son kurdos que viven en la miseria con sus familiares y que han sido arrestados por ser víctimas del agitado clima político. Cuando llegan allí, se enfrentan a la imposibilidad de adaptarse al mundo exterior y lo único que obtienen es un sufrimiento incluso más agudo que el de la prisión. Valiéndose mayormente del gran plano general, del plano medio y del primer plano, Güney encuadra el camino incierto de esos personajes cuando transitan por las costumbres, los miedos y el radicalismo religioso que se olvida de esa cosa llaman moral. Y todos ellos me cautivan. Hay una escena devastadora en la nieve, y otra en el tren de la intolerancia. Su metáfora comunica que la misma sociedad en la que viven esos reclusos es también una especie de cárcel que deshace la condición humana. Es un drama con un realismo desgarrador.

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