Crítica breve de la película Los fabulosos hermanos Baker (1989)

Sinopsis: Jack Baker y su hermano Frank trabajan desde hace muchos años como pianistas en salas de fiestas. Como todos los músicos han pasado por buenos y malos momentos, pero una noche su actuación es un fracaso tan estrepitoso que acaban siendo despedidos. Es entonces cuando se les ocurre la idea de contratar a una cantante para relanzar su espectáculo.

Ficha técnica
Título original: The Fabulous Baker Boys
Año: 1989
Duración: 1 hr 53 min
País: Estados Unidos
Director: Steve Kloves
Guion: Steve Kloves
Música: Dave Grusin
Fotografía: Michael Ballhaus
Reparto: Jeff Bridges, Michelle Pfeiffer, Beau Bridges, Jennifer Tilly
Calificación: 7/10

Crítica breve de la película


No puedo negar que paso un rato muy agradable viendo a Los fabulosos hermanos Baker, la película que marca el debut como director de Steve Kloves y que protagonizan Jeff Bridges, Beau Bridges y Michelle Pfeiffer. No hay una escena que no disfrute cuando escucho la música de jazz o al ver la fantástica química del trío protagónico. La historia narra las desventuras de Jack Baker y su hermano Frank, dos músicos que se ganan la vida como pianistas en los lounge de los hoteles. Uno es frío y cínico; el otro, por el contrario, es introvertido y algo crédulo. La realidad es que, a pesar de haber probado un éxito minúsculo hace unos años, son dos músicos fracasados que una mala noche terminan siendo despedidos del espectáculo porque son aburridos para el público. Para remediarlo contratan a una bella cantante llamada Susie Diamond, con el fin de reanimar su acto y que puedan vender unas cuantas entradas. Ellos me resultan contagiosos con sus diálogos y es muy divertido verlos cuando empiezan el coqueteo sutil con la rubia de la voz dorada, mostrando la atracción con los gestos y las miradas, aunque como es de esperar, la chica desestabiliza el vínculo entre los hermanos. Encuentro magnéticas las actuaciones de los intérpretes principales, especialmente la de Jeff Bridges como el pianista talentoso atrapado por la frustración, la de Beau Bridges como el hermano dependiente y, principalmente, la de Michelle Pfeiffer como la cantante con el pasado oscuro que cuando abre la boca seduce a cualquiera (inolvidable la escena en que canta "Makin' Whoopee" encima del piano y vestida de rojo). Es notable el estilo visual de Ballhaus al capturar la atmósfera nocturna de la ciudad, y la maravillosa banda sonora de Grusin. Se me hace emocionante, agridulce, exótica. Andaba buscando un buen film de los ochenta y di en el blanco.




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