Crítica breve de 'Tropa de élite' (2007)

Tropa de élite
Recuerdo que se habló mucho de Tropa de élite cuando se estrenó hace más de 14 años y ganó el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín. Yo en ese entonces no pude verla por mi compromiso con la procrastinación, aunque finalmente la he podido ver. Y admito que es una película policial que tiene un arranque más o menos trepidante que, por un momento, me mantiene interesado con su muestreo de violencia barrial y brutalidad policial, pero se ve afectada por la carencia de desarrollo de personajes y una narrativa regular que parece repetirse como una ola de crimen en las favelas. Al rato parece una versión policíaca de Ciudad de dios, cosa que detecto desde las primeras secuencias. Se ambienta en Brasil en 1997, y narra la historia de Nascimento, el duro capitán de una unidad del Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE) que, por medio de la voz en off, relata sus experiencias en ese cuerpo de élite de la policía de Río de Janeiro y las misiones nocturnas que tiene dentro de las favelas contaminadas de traficantes de droga y de policías corruptos. En una primera mitad, me cuenta innecesariamente la existencia de dos reclutas honestos a los que entrena para que lo puedan reemplazar antes de retirarse, así como los miedos intrínsecos que lo ponen a elegir entre el llamado del deber y su familia. En la segunda, muestra el entrenamiento infernal de los novatos y unas operaciones para asesinar a un destacado vendedor de drogas. El caso es que, a pesar del aparato de acción, en el que abundan los tiroteos gratuitos y las tácticas policiales más sucias, no me sorprende ni me impacta el retrato de esa milicia que manda al carajo los códigos de justicia. Todo es efectista, pueril, genérico. Muchos de los personajes solo cumplen la función de rellenar metraje. Solo me resulta convincente la actuación de Wagner Moura como ese capitán con la presencia volcánica que aparentemente ha entrado y salido del infierno varias veces, en un rol de mucha expresividad y pericia física. También el estilo visual que captura el panorama brutal con una cámara en mano que busca crear una tensión de la que, desafortunadamente, soy inmune. El ritmo y la falta de cohesión se pierde a la media hora como una bala. Cuanto mucho, es una película aceptable del director brasileño José Padilha.

Streaming en:



Calificación: 6/10

0 comments:

Publicar un comentario