Lejos de los decorados suntuosos que reproducen la antigüedad con cierta autenticidad,
Cleopatra es un espectáculo épico al que no le encuentro otra cosa que un resultado errático y artificioso en sus cuatro horas y once minutos de metraje. Recuerdo todavía haberla visto hace muchísimos años atrás, cuando los péplum se pasaban religiosamente en la televisión local en las vísperas de Semana Santa. Habiéndola revisado ahora, confirmo mi abulia de esos años. Me parece una de las películas tibias del catálogo de Mankiewicz. Se dice que su producción de 44 millones de dólares fue un tanto accidentada y se convirtió hasta ese momento en la película más cara jamás realizada, llevando casi a la bancarrota al estudio de la Fox. A pesar de todo fue un relativo éxito de taquilla. Su epopeya histórica se divide en dos partes. En la primera muestra el control total de Julio César sobre la república romana tras la batalla de Farsalia y el vínculo amoroso que lo une a la emperatriz Cleopatra de Egipto, mientras los miembros del senado conspiran para ejecutar su magnicidio. En la segunda, presenta el sendero de autodestrucción de un poderoso Marco Antonio que no puede escapar de la sombra de César y el romance que tiene con la viuda Cleopatra, mientras de paso se gana unos cuantos enemigos romanos conformados por el emperador Octavio. Durante cuatro largas horas, la narrativa de esos personajes me pasea por exóticos paisajes de la antigua Roma y de Egipto, donde abundan los escenarios colosales y los vestuarios opulentos que son registrados por ese estilo visual que aprovecha las panorámicas en CinemaScope, con un tono tan desmedido como pomposo, pero desde la segunda mitad me invade la sensación de que todo lo que observo es rutinario y las acciones de los soberanos carecen de tacto emocional, de pulso dramático. Permanezco en plan de indiferencia cuando discuten asuntos políticos a puertas cerradas, asisten a desfiles carnavalescos, celebran en fiestas exuberantes en los interiores de Alejandría o luchan en batallas navales que no tienen ninguna fuerza. La química notable entre Burton y Taylor no solventa el desarrollo hueco de sus personajes, cuya telenovela sobre amoríos egipcios lleva el sello de la blandura. Solo Rex Harrison se impone, a mi parecer, durante toda la primera mitad con una actuación fascinante que proyecta a Julio César como un megalómano arrogante, carismático y temerario. Lo demás es pura bagatela de espadas y sandalias.
Ficha técnica
Título original: CleopatraAño: 1963
Duración: 4 hr 11 min
País: Estados Unidos
Director: Joseph L. Mankiewicz
Guion: Joseph L. Mankiewicz, Ranald MacDougall, Sidney Buchman
Música: Alex North
Fotografía: Leon Shamroy
Reparto: Elizabeth Taylor, Richard Burton, Rex Harrison, Roddy McDowall, Martin Landau,
Calificación: 6/10
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